Capítulo 61: Una De Las Ultimas Cosas Por Hacer.
Pocos segundos después Sebastián abrió los ojos, vio que estaba en la casa de Zack, y que unos hombres estaban alrededor de él, hablando con parsimonia. Poco a poco se sentó, pero sus brazos y manos le dolían y ardían fuertemente. Mientras que las piernas estaban calientes como el mismo infierno. De momento recordó que se había metido al incendio. Esa era su factura por dársela de héroe de televisión.
Busco a Zack con la mirada y vio que estaba hablando con Jhony y Charlie. Se puso de pie como pudo, lentamente y sintiendo un dolor insoportable en las rodillas. Cuando se logro poner en pie, uno de los hombres le grito a Zack. y el hombre vino de inmediato a ver como estaba su hermano.
—¿Ya te sientes mejor?
—Si gracias por… Zack con parsimonia conecto un golpe directo a la cara de Sebastián haciendo caer al suelo otra vez.
Todos se alarmaron y ponían atención a lo que pasaba, a excepción de Charlie que agarro a Sebastián de los hombros.
—No te mande a perseguirme idiota, yo sabía lo que hacía.
Sebastián se sacudía la cabeza del fuerte golpe que había recibido.
—Idiota, si te hubiera pasado algo, no me lo hubiera perdonado. Levántate. Ordeno Zack.
Inmediatamente el chico se puso en pie. Y acto seguido Zack soltándose de las manos de Charlie le dio un abrazo a su hermano.
—Hermano ganamos. Dijo Sebastián.
—Si hermano.
—¿Pero porque fuiste a donde estaba el incendio?
—Tenía que recuperar esto —Alzo la medallita en forma de “R”— Es más preciado que todas mis tierras. Además hay algo que quiero que sepas. Pero eso lo discutiremos. En privado sígueme.
Sebastián siguió a Zack a una parte alejada de los hombres.
—Hermano hay un problema grande… —Sebastián trago saliva— Fabián no era un hombre legal, y sus negocios no eran de lo más bueno… ya lo capturamos, pero el tenia un socio en la ciudad, a los que paso todos los bienes, y ese hombre es el padre de tu amada Michelle. Además Su padre fingió tu muerte y se la llevo a la ciudad.
—¡Que! Interrumpió Sebastián
—Y no es todo, sino que también nos puso una recompensa y una orden de captura en la ciudad. Ósea que no vas a poder ir a buscar a Michelle.
Sebastián dejo su cara de impresión y frunció el ceño.
—Nada me va a separar de Michelle.
El cruce de miradas era tan intenso, como la luz a 1000 watts. O un relámpago en una tormenta.
—No va a ser fácil. Dijo Zack.
—Reconstruyamos la casa, eso es lo primero.
—¿No quieres ir a la ciudad Para buscar a Michelle? Zack estaba sorprendido con la respuesta.
—Aun no es el momento, creo que esperare Hasta el Próximo Verano.
Zack sonrió la prudencia de su hermano, mientras que un cielo despejado, el olor a azufre, y un sol saliente, contemplaban el horizonte, donde nacía una brisa fría y fresca, viendo como los hombres se regocijaban de su victoria y haciendo preparativos para la reconstrucción de la casa de Los Fernández. Todos con una sonrisa en la cara un jubilo en sus corazones y viendo al porvenir. Brindado a lo holandés con tarra de cerveza hasta la punta con desbordante espuma.