Kazuo
Esperamos nuestro turno a una sesión de fotografía, papá usa su clásico uniforme pero dentro usa una corbata rojo y cambia la gabardina por una capa de pana larga de color gris que se arrastra hasta el suelo, la barba espesa arreglada con fijador y su cabello ébano lo mantiene anudado atrás para luego caer libremente. Mientras yo uso un uniforme, una camisa negra con la manga izquierda roja, debajo unos cómodos jeans pegados de color blanco y unos zapatos de vestir marrones, todo esto cubierto por una capa de lana blanca hasta la cintura que parece una bufanda, el cabello en cambio lo llevo completamente a un lado suelto formando olas.
Trato de disfrutar un poco de esta alegría luego de todo lo sucedido en dos semanas. Los días que pasaron luego de la entrevistas tuve que esperar ansioso los resultados de los catastróficos intentos que hice, cada que sonaba el celular brincaba con la esperanza de ver la notificación del Ministerio, bajaba a buscar en el buzón alguna carta, pero en ambos casos fueron mensajes de otras cosas como: pagar saldos, mensaje de amigos o promociones absurdas. Estaba esperanzado y a la vez no, era una mezcla extraña que apretaba el pecho como un desgraciado queriendo quitarme el aire. Tampoco ayudo las heridas que tiene papá, me explico todo y quede adolorido aún cuando no fueran mías. Enseguida noto mis sentimientos, con su brazo bueno me abrazo tratando de calmarme, que eran heridas que recordara para mejorar. Lo trate de ayudar en casa limpiándole la herida así como con las compras, medicaciones que necesitaba y demás cosas. A él tampoco le hizo gracia, paso de estar patrullando a un trabajo de oficina hasta que se recupere. Cuando recibió la noticia estaba enojado, pero un enojo que trato de ocultar de manera pobre.
-A ustedes dos son los siguientes mmmm el General Silas y Kazuo si mal no recuerdo, corríjanme si me equivoco- anuncia el fotógrafo Elliot con movimientos exagerados y una voz extremadamente aguda.
-Esta en lo correcto- papá le da un apretón de mano mientras la otra coloca en mí espalda.
-Perrrfecto, parecen agua y aceite, se que podemos hacer luego de tu foto para el registro- me coloca en un fondo blanco con unas pantallas de luz casi en la cara que me dejan ciego por segundos. -Ahora quédate quieto, pon la cara más inexpresiva que puedas y seria todo con eso, Ugh odio ese tipo de fotos son....cero artísticas-
-Emmm- pongo una cara sería que es seguida por cinco disparos de la cámara.
-Eso quedarán bien, ahora vamos a lo bueno, como solicito pude abrir un hueco en la agenda para la sesión que deseaba General, ahora síganme- nos lleva a otra habitación mientras un androide toma su lugar -Como verá casi nadie aprueba mis altos costos, pero usted al ser uno de los pocos estaré al cien por ciento su disposición-
-Se que dijiste que vendría una sesión pero ¿Cuanto te costo todo esto?- le susurro
-Bueno, fue solo casi un mes de mis créditos- se debe agachar un poco para decirme y quedo estupefacto, lo agarro de la camisa queriendo ahorcarlo -Se que es demasiado, pero quería recordar este momento así que tenia un ahorro para estas situaciones- me guiña el ojo.
-Con eso pudimos pagar algunas deudas que tienes- quiero gritárselo pero no quiero ofender al Elliot.
Pasamos de un cuarto aburrido a otro lleno de luces y mucho material para escenografías. Con eso nos acomodamos en una escena invernal con fondo un muro de piedra, algunas plantas y nieve cayendo. Elliot esta emocionado y nos pide algunas poses, a veces trae algunas cosas como sillas o hasta armas falsas para integrarnos más, pero ambos no nos acoplamos bien con sus instrucciones. Se nota su frustración como crece con cada fallo.
-Deja de estar tan rígido, pareces una piedra- reclama papá mientras sonríe.
-Y tu deja de ser tan alto que no llego- me río un poco -Ademas tienes la capa torcida, ven agáchate un poco, la nieve se está acumulando arriba- cuando lo hace le quito la nieve del espeso pelaje que le rodea su cuello. -Ves, ahora te ves mejor General Silas-
En ese momento veo sus ojos, verdes salvaje e indomable como los bosques de un pasado distante, siento que me transporta a otro lado que tengo que sostenerme de su pecho, me agarra contra él con una delicadeza contradictoria ante su contextura, un pequeño acto fue tan cálido que el invierno pareciera derretirse en mi interior.
-¿Estas bien?- muestra una expresión de alegría mezclada de preocupación.
-Sí, estoy bien, gracias- me sostengo fuerte a él.
-No agradezcas nada- ese hermoso verdor de repente se vuelven turbulentos.
-Eso, esoooo, sigan así, eso fue tan natural- la frustración paso a alegría en segundos, y es que sin notarlo en nuestra pequeña conversación tomo varias fotos -Parecían un padre protegiendo a su hijo, en otras lo contrario el hijo cuidando al padre, que emoción!!! sabia que saldría perfecto, al inicio dude mucho, pero ahora es enternecedor el trabajo-
Ambos sonrojados nos separamos rápidamente y él nos llama para que veamos el trabajo, en que momento tomo doscientas fotos y cada una hermosamente tomada, pero una es que me conmueve, allí sale papá agachándose poniendo su capa sobre mi y yo acercando ambas manos a él mientras la nieve cae.