Capítulo 7

Silas

-Por fin llegas, pensábamos que tenias algo mucho más importante que hacer- Jessia reclama enojada.

-Reclama de nuevo y nos veremos en tu velorio- le lanzo una mirada de disgusto -No necesito explicar mi vida y menos a tí-

-Flavio, estuvo en coma y nunca viniste a verlo, luego despertó y hasta ahora vienes- trata de ponerse en mi camino a la puerta.

Con la mano la empujo hasta la silla para apartarla, solo entro al cuarto trancando la puerta por dentro, ella golpea exigiendo que le abra pero sus peticiones son ignoradas. El cuarto tan blanco que abruma de su simpleza solo destaca el color de las plumas turquesa y café del único que habita aquí. El ser que me ha acompañado, sus facciones humanas remplazadas con las de aves, pico amarillo y el cabello de plumas largas.  

-¡General Silas!- se trata de levantar para hacer el saludo.

-Descansa soldado, tuviste una suerte del carajo, pero como te veo seria mejor que estuvieras muerto- los yesos impiden que se mueva mucho y las maquinas revisando sus signos vitales.  

-Tu lengua a veces es más filosas que esas garras que tienes. Me contaron todo, tampoco la tuvo fácil ¿Cómo sigue su brazo?- solo respira sin poder evitar hacer muecas de dolor.

-Mejor pero aún fuera del trabajo de campo- arrastro una silla hasta estar junto a él.

-Entonces nuestro grupo debe estar feliz de su partida, me lamento por los de oficina ¿Ha cuantos ya mando al hospital?- riéndose

Me quedo un momento pensativo.

-Fueron tres, es que no sabes lo molestos que son "General trae esto" "¿Termino el reporte de eficiencias?" "Necesitamos que contabilice las armas" que cojones ¿Tengo la cara de secretario? Me exaspere y bueno...descargue mi ira contra ellos- la puerta aún se escuchan los golpes -Por un demonio Jessia ¡te callas de una puta vez!-

-Cada vez olvido que tienes bien merecido ser el "General Encarnizado" o mi favorito "El loco sangriento" jejeje-

-Apenas regrese y te reintegres les espera un muy buen entrenamiento de refuerzo- tronándome los dedos.

-¡¡Espere!! No nos puedes hacer eso, tus ejercicios.... solo recordarlos, eso es más tortura-

-Les iré reservando cuartos en el hospital, fue un gusto verte mejor- le doy un apretón de mano -Creo que Jessia quiere verte, si le dices algo de mi sorpresa júralo que no te dejare descansar, es más divertido torturarte en vida que mandarte a la tumba- Queda con una cara de preocupación realmente cómica y le abro la puerta a Jessia que va enseguida a verlo para confirmar si sigue todo en su lugar.

Miro el cielo gris del invierno cruel que ha llegado esté año mucho antes de lo normal, empezando con esa triste noche fría. Necesito usar un abrigo encima del uniforme evitando así la muerte común de está temporada, para los niños es un tiempo de alegría al jugar con ella pero para los más desafortunados es casi una despedida silenciosa. Es necesario utilizar cúpulas para salvaguardar los jardines que por ley se necesitan proteger, obligando a cada edificio y sector colocarlos, que por lógica reduce el espacio utilizable, a los comerciante no les hace gracia estás dos cosas que obliga a muchos cerrar y sobrevivir con lo que obtuvieron en las temporadas anteriores.

Miro el reloj central que es cargado por un ángel delicadamente tallado en mármol en una pose exageradamente esperanzadora alzando la mano al cielo donde sostiene una esfera negra con el reloj encima, la otra mano agarra con fuerza sus ropas empapadas por las marejadas de agua blanca estancada en el tiempo que se arremolinan a sus delicados pies y sus alas abiertas decoradas con enredaderas y flores.

-Creo que ha llegado tarde General- una voz particular llama desde un banco cercano.

-O tú llegaste temprano- con ambas manos en los bolsillos.

Desde el día que le di de baja ha tratado de acercarse apenas se reincorporo, pidió firmemente ser mi ayudante mientras estoy en las oficinas. También he notado sus intentos de obtener mi contacto, nunca se lo he dado a nadie, solo a Kazuo, ahora como se está poniendo la ciudad menos se lo daré a alguien. Este parece ser otro intento más de conectar conmigo, a ver como será. Pero.... porque tenia que ser en un café.

-Silas se que desde ese día...- ella intenta mantener contacto visual.

-Dime General- le corto tajante -¿Cuando traen nuestro pedido?- solo pedí algo y pague todo...solo por ser amable.

-Esta bien...General...esto es incomodo, por favor le pido que me acepte dentro de su grupo- ella se levanta y ruega.

-Otra vez con esa mierda, ya te he dicho que no, ese día te colocaron allí por accidente, no funcionas en mi equipo-

-Le falta un integrante y el otro está aún hospitalizado ¡Deme otra oportunidad! aprenderé mucho de usted-

-Ya te he dicho que no, lamento la perdida del soldado Urso, un muy buen compañero. Pero aún estoy dentro del plazo y el otro aún está vivo, no lo saques como si fuera tu trabajo. Así que vete poniendo al corriente, antes de que mande un reporte de ti- llegan nuestros pedidos.

-Necesito estar con usted ¡Con los demás aprenderé lo que necesito una vida! Se todos los rumores y lo he visto, pero me arriesgare, fui una niña tonta allá- se levanta golpeando la mesa.