Kazuo
Es un día tranquilo dónde el sol es tapado por las nubes, un clima perfecto para estar en casa encerrado, sin embargo estoy aquí, frente a la Biblioteca con el uniforme negro y rojo esperando que nos abran. No soy el único como era de esperar, desde una esquina miro los que serán mis compañeros. Sentados por las escaleras están un grupo de tres chicas parloteando como guacamayas de sus vidas, un poco más cerca con gran melena está otro completamente callado leyendo un libro hasta la llegada de una dama de aspecto ágil, recostado a la puerta un grupo silencioso de cinco compañeros que esperan ansiosos. Trato de mantener distancia con un perfil bajo, desconozco las tradiciones de aquí y no tengo ganas de hablar con nadie tampoco, no quiero tener experiencias como en el pasado. Parece una eternidad que comienzo a ver el reloj por tal falta de respeto al tiempo, cuando levanto la vista están allí el dúo animado.
-Hola, mucho gusto. Espero poder conocerte- extiende su mano.
Solo los quedo mirando en completo silencio.
-¿Te sucede algo?¿Eres mudo?- la chica pregunta acercándose tanto que su perfume empieza asfixiarme.
Niego con la cabeza apretando la mochila contra el muro por echarme más atrás.
-Entonces habla, para eso tienes boca. Me llamo Eudor y ella es Vaitiare-
-Me...me llamo Kazuo- susurrando.
-Habla fuerte, no te escucho nada, mira, para estar más en confianza, ambos tenemos diecinueve ¿Tú?- su curiosidad se nota en cada poro de su piel.
-Me llamo Kazuo, tengo veintitrés- un poco más fuerte para que ellos escuchen.
-Eres mayor que nosotros, creo que nos podemos llevar bien, soy Vaitiare Mermaneu mi familia trabaja aquí y se encarga de transcribir la información de cada libro- con orgullo lo anuncia.
-Transcribir ¡JA!- ella le da un codazo - Soy Eudor Tuell, mi familia también trabaja aquí pero es en restauración de libros que traen fuera del muro- con muy poca humildad lo dice.
-Me alegro por ustedes dos- desviando la mirada de ellos a la puerta.
No es algo raro que sigan los trabajos de sus padres, es más, aún cuando no exista regla o ley, la misma sociedad critica muy duro aquellos que no sigan los papeles que deben seguir por linea sanguínea.
-Dinos de ti, nunca te hemos visto por aquí, dinos tu apellido o tu padre, tal vez lo conozcamos- Vaitere pregunta rápido.
Me quedo dudando un poco para cuando abro la boca las puertas se abren saliendo un demacrado profesor con largas togas rojas que cubren su cuerpo.
-Bienvenidos nuevos aprendices, se que están deseosos de ingresar, así que evitemos más la espera y empecemos con este primer día que descubrirán la labor que deberán realizar el resto de sus vidas- el viejo mueve las manos para dar mayos vistosidad a su discurso.
Todos ingresamos al edificio, dentro los libreros que llegan a elevarse hasta el techo llenos de libros antiguos y olvidados, las ventanas cubiertas con pesadas cortinas que cubren la luz del sol y es remplazada con bombillos cálidos evitando un mayor deterioro, los que trabajan dentro van de un lado a otro en este mundo de papel sin perderse buscando la solicitud realizada.
-Aquí dentro será como su segundo hogar, pero por el momento no estarán aquí sino por acá. En el sótanos guardamos...- el profesor es interrumpido.
-Guardan los registros de cada Bibliotecario que vivió antes que nosotros, donde podremos aprender de ellos y así llevar nuestro aprendizaje con mayor eficacia- interrumpe una del grupito de tres guacamayas.
-Exactamente, pero prefiero que me dejen terminar las explicaciones. Entonces aquí buscaran los libros que sean de su familia, deberán escoger sabiamente para llevar una guía satisfactoria y así poder recibir mejores puestos antes que termine está evaluación.-
Al entrar en un pequeño cuarto donde hileras olvidadas con cuadernos de registros de diferentes tamaños, formas y colores, pero sobre todo la sabiduría y el tiempo que contienen sus páginas. Todos salen corriendo buscando sus guías del pasado mientras el joven de aspecto de cocodrilo y yo nos quedamos frente al profesor esperando el regreso de los demás. El primero en regresas es Vaitiare con un cuaderno azul de gran tamaño, luego el trío de lengua larga y poco a poco los demás, hasta el último Eudor.
-Parece que todos tienen sus respectivos cuadernos, ahora podemos seguir con el tour por los lugares que desempeñaran hasta que se escojan sus puestos-
-Pero Profesor Zoilo hay dos que no tienen- reclama Eudor.
Cállate, cállate nadie se había dado cuenta, agacho la cabeza mirando los pies.
-No tengo...aquí familiares...soy el primero en entrar en la Biblioteca- trato de disimular el nervio.
-Como dice su compañero, le es imposible escoger algún otro, como sabrán solo pueden escoger de su familia, ellos dos deberán aprender desde lo más básico y demostrar de lo que están hechos. Puede que nos sorprendan de grata manera.-
En el resto de camino me quedo al fondo del grupo mientras explican lo que se realiza en cada lugar, lo que podemos hacer y donde no debemos ingresar, los lugares de restauración con material de prueba, transcripción de textos al digital, hasta la creación de una copia. Vemos desde el cuarto piso a la planta baja donde allí se dividen los pasillos para cada torre donde guardan material delicado que se deben proteger, varios se aburren por conocer el lugar desde pequeños al ser entrenados, otros en cambio somos asombrados por la cantidad de información que a la vez nos abruma. Al final del recorrido regresamos a la entrada donde nos dan un reglamento para leer y aprendernos de memoria lo más pronto posible.