Verdad Corrupta

Capítulo 26

Silas

Hemos terminado de exterminar a cada Bajo que se alzaban contra la ciudad, en el sector G se ha calmado todo, el área del saber está aún más en calma, las puertas se encuentran abiertas y se encuentra una pila de seres sin vida en el suelo de la entrada. ¿Y si tiene razón? mi misión era hacer la limpieza pero incluso llegaron hasta aquí, si mi pequeño estuviera aquí entre los cadáveres que hubiera podido hacer.

-General es momento de retirarnos, viene el equipo de limpieza y los supervivientes han sido desalojados- dije Quirina -Tengo una duda, no, muchas dudas General-

-No es el momento, sigamos el procedimiento marcado- la dejo en la entrada.

Paso por los pasillos olfateando un olor, el olor de mí pequeño, la peste de aquí trata de ocultarlo pero su alegría y miedo diferencia su aroma sobre todas las demás, sigo hasta llegar a una puerta sucia de rojo, abro la puerta para descubrir a un bibliotecario tirado en el piso sin vida, aquí no debe haber estado pero...su mochila lo contradice, aquí estaba trabajando y si se hubiera quedado él... él se hubiera alejado para siempre de mí lado, agarro la mochila y la olfateó comprando su olor.

-Parece que eso le pertenece ha alguien importante General- desde la entrada Quirina abre su boca.

-Si no sabes mejor quédate callada, vamos y larguemos de está tumba- tiro la mochila al sofá.

Abandonamos el lugar, pero se que ella está curiosa ante mí pequeño, no le dejaré sacar nada de información y lo juro con la noche sin luna que nos cubre en el cielo. Tampoco nos podemos quedar hasta tarde, llevamos horas en esta limpieza y muchos estamos cansados incluyéndome, han dado toque de queda y el día de mañana hasta nuevo aviso todos los trabajos excepto de urgencias y funcionamiento quedan cancelados.

En un momento de distracción de ella escapó de su mirada para regresar a escondidas a casa, es un viaje largo a pie pero me deja pensar. Lo que dice...puede que sea cierto, le jure protegerlo y he seguido la misión al pie de la letra para descubrir que si se hubiera quedado estaría muerto, pero el sistema ha ordenado, es justicia.

Abro la puerta para ver a los tres amigos y el viejo mirando las noticias en el televisor. JILL en cambio no la veo por ningún lado y menos a Kazuo.

-¿Y Kazuo?- les pregunto mirándolos con enojo.

-Se encuentra en su habitación, no ha salido desde que regresamos- habla el pequeño león.

Era de suponerse, voy hasta frente su puerta y trato de abrirlo para encontrar que necesito una contraseña, comienzo a tocar la puerta con fuerza, al inicio para despertarlo en caso de que estuviera dormido pero ahora de nervioso. Cuando se abre está allí de pie con los ojos rojos, su cabello revuelto y con todo el uniforme ajado, quiero hablar con él pero lo único que soy recibido es con un golpe en toda la cara al parar a JILL cuando él la lanzó con todas sus fuerzas y cierra la puerta. Bajo mientras cargo la esfera de metal que me lanzó y la dejo en la mesa.

-Y...¿Cómo se encuentra?- Aitor pregunta nervioso.

-Para nada bien, me ha lanzado directamente en la cara de su padre y en toda la distancia que estuvo en su cuarto ha llorado en silencio- JILL les dice mientras comienza a flotar.

-No entiendo para nada eso de él, quiere proteger toda la vida pero es un juicio y una orden son mis misiones- acarició la nariz que por suerte no me la rompió.

-Creo que lo mejor es darle su espacio- se levanta el hombre león -Me presento soy Dymas Tuell, Kazuo es lo asistente desde hoy-

-Perfecto, tengo los tres amigos y el jefe de mí hijo en mí casa- estoy exasperado -Pero, debo darles las gracias-

Note como lo detuvieron, como lo consolaron, le dejaron su espacio, siguieron con el aún con mis amenazas, todo para ser sus amigos y Kazuo es recíproco, los ayudo en los momentos donde se sintieron más débiles y dudaron.

-Creo que debe hablar con el en buenos términos, es un joven....especial, se va a los extremos, quiere proteger a los necesitados y a la vez desea salvar a los abusadores. Hay que tratar a los hijos de la manera que nos puedan entender- el león mayor habla sabiamente.

Durante la noche debo atenderlos aún cuando no es de mi agrado, aunque ellos también intentan evitar pedir o prácticamente hablar, se mantienen reservados solo por mi presencia. Les acomodo en el sofá abriéndolo para dejarlo como una cama, allí se acomodan los tres más jóvenes mientras Dymas se sienta en en una butaca a descansar. Me disculpo por no tener más lugares pero comprende la situación, nos quedamos viendo las noticias donde recapitulan todo lo sucedido y echando la culpa a los Bajos, anuncian que hasta nuevo aviso se queden en los lugares donde se encuentran excepto aquellos obligados, que bien deben quedarse estos más tiempo aunque ellos tampoco encuentran la experiencia como un paseo, me levanto para dejarlos.

Paso enfrente a la habitación para encontrarla abierta y nadie en su interior, se me cae el alma a los pies, estoy apunto de salir a buscarlo cuando veo otra habitación abierta donde está él sentado leyendo un libro. Dudo al inicio para entrar, pero prefiero dejarlo solo, cuando siento que me agarran de la camisa. Su cabello todo revuelto, sus ojos rojos de haber llorado tanto, el uniforme completamente arrugado. Nos quedamos completamente en silencio durante los minutos más largos de toda mi vida.



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En el texto hay: fantasia, ciencia ficcion, romance

Editado: 29.11.2019

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