Verdad de Luna

Capitulo 1

-Una cosa más- dice Roberto antes de cruzar- ella si se encontraba dentro de la fábrica- y cruza dejándome anonadado.

Una vez que el portal desaparece, volteo y corro hacia lo que queda de la fábrica, Joseph y Erick corrieron hacia el cuerpo de la hermana del primero que se hallaba sin vida. Los demás hicieron lo mismo que yo, empezaron a buscar entre los escombros, algunas paredes y pilares habían caído, lo que nos dificultaba encontrar a Aria, el único que podía aguantar algo de ese peso es un vampiro, y solo estaba Dante con nosotros, su mano derecha se había quedado en la manada para supervisar a los demás y que no cometieran algún problema.

Dante levantaba todo lo que fuera pesado y lo quitaba del camino, traba de encontrar algo que nos diera señal del lugar donde se encontrarla.

-Sigan buscando, - digo deteniéndome- iré a ver como se encuentra Joseph- ellos hacia a mí para darme un asentamiento y salí del lugar.

Lo primero que vi fue a Joseph sentado en el piso con el cuerpo de su hermana en sus brazos. Me acerco lentamente hacia él, empezó a acomodarle el cabello.

-No entiendo porque hizo esto- dice sin dejar de verla- ¿Por qué nos odiaba? Era mi princesa- la atrae con fuerza hacia su pecho.

-A mí también me sorprendió el hecho de ella nos traicionara, - digo arrodillándome a su lado- pero ya veremos más tarde que fui lo que realmente la llevo a esto- apoyo mi mano en se hombro para tratar de transmitirle tranquilidad- ¿Cómo te sientes Erick? - Digo volteando a verlo.

-No lo sé- dice frotando sus manos en su rostro- pensé realmente que era mi segunda oportunidad y resulta que todo fue un plan de mi hermana.

-Ya nos encargaremos después de saber qué fue lo que paso, pero ahora hay que encontrar a Aria- digo poniendo me dé pie.

-Mi hermana- dice Erick y sale corriendo hacia la fábrica.

-Prométeme que no le dirás- dice Joseph.

- ¿Qué cosa? - digo volteando a verlo.

-Promete me que no le dirás a mi madre lo que paso aquí, no le digas lo que hizo Isabel. Que nadie se entere de lo iba hacer a la manada.

-Sabes que no puedo, esto se lo tengo que comunicar al consejo.

-Hazlo por mí, si mi madre se entera, se le rompería el corazón.

-Está bien- digo rendido.

- ¡Alejandro! - grita Dante desde la fábrica.

-Ahora vuelvo, debieron haberla encontrado.

Corrí hacia la fábrica nuevamente con la esperanza de que Aria se encontrara con vida, algo dentro de mí me decía que ella estaba bien. Llegue con Dante, el señalaba el piso, era la entrada de un sótano dando inicio a unas escaleras.

-Erick ya está abajo, es mejor que vallas con el- dice sin dirigirme la mirada.

No entendía su actitud, bajé lentamente por las escaleras, sentía como si mi corazón se quisiera salir de mi pecho, antes de llegar al final de la escalera, vi una luz más adelante del pasillo, supuse que era ahí donde se encontraba Erick tratando de encontrar a Aria, aún seguía caminando lento pues no conocía el lugar y no estaba seguro de si Roberto había dejado alguna sorpresa para nosotros. Antes de pudiera cruzar el umbral del cuarto pude escuchar unos sollozos, era de Erick. Al escucharlos me imagine todo tipo de cosas por las que él estaría, una porque Aria estaba mal herida, y la otra es por la cual tenía más miedo, que ella estuviera sin vida. Entre con la mirada agachada, había un rastro de sangre en el piso, tenía miedo de alzarla, camine hacia donde se encontraba Erick, él se encontraba de rodillas sollozando, levante la cabeza para ver aquello que le provocaba estar así, busque por todos lados y no vi nada más que un montón de cajas viejas.

- ¿Dónde está? ¿Dónde está Aria? - me hinque para que el me hiciera caso.

-Es un maldito hijo de puta, un maldito enfermo- dice con rabia, en ningún momento volteo a verme.

- ¿Dónde está? - volví a repetir. Sentí como algo me caía sobre la cabeza, pensé que era agua, toque mi cabello para verificarlo, era sangre, con el mayor miedo que nunca antes había sentido, voltee mi cabeza hacia el techo. Más gotas de sangre caían por mi rostro. Estaba horrorizado con lo que veía.

- ¡No! - grite con dolor.

- ¡Papá despierta! - la voz de Elena la escuchaba tan lejana- ¡Grant ayúdame!

-No otra vez- dice Grant sacudiéndome, sentí perfectamente el movimiento- Alejandro despierta- abrí mis ojos lentamente para acostumbrarme a la luz.

- ¿Qué sucedió? - pregunto desorientado.

-Tuviste una pesadilla- dice Elena acariciando mi rostro.

-Ya no importa- digo levantándome para sentarme.

-Claro que importa, no estás bien, ya paso mucho desde lo que paso- dice ella reprochándome.

-Nosotros no podemos hacernos cargo de la manada mucho más tiempo- dice Grant aun parado a lado de la cama- Joseph y tú están mal.




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