Mi mano se dirigió involuntariamente al papel repasando la hermosa E escrita a mano.
Recogí el ramo regresando a la entrada de mi hogar ansiosa por descubrir el posible significado de aquel misterioso regalo.
Mientras iba subiendo los peldaños sentí una mirada pegada a mi nuca.
Serán imaginaciones mías, pensé.
Me dirigí directamente hacia mi cuarto, para dejar las flores, pero mientras iba yendo hacia él, vi el pequeño armario que mi tía siempre dejaba cerrado ligeramente abierto.
Apoye las flores en suelo y le terminé de abrir, dejando paso a unas enormes cajas de cartón apiladas unas encima de otras, mostrando un aspecto caótico.
Con mucho cuidado retire las que se hallaban encima.
Fui abriéndome paso hasta llegar a una caja de mediana estatura con mi nombre escrito en ella.
La sujeté con una mano mientras que con la otra recogía el ramo que estaba esparcido en el suelo, algunos pétalos se habían quedado depositados sobre el
Me dio bastante pena y deseé con todas mis fuerzas que las flores no se hubieran arruinado del todo.
Volví a ir camino a mi habitación con los dos objetos sobre mis manos.
Dios, más valía la pena que lo del interior de la caja fuera interesante porque me estaba empezando a doler el brazo de cargarla.
Me senté en mi cama y mientras apoyaba con cuidado el ramo en un pequeño jarrón que me había regalado mi tía hace tiempo mi vista volvió a dirigirse hacia la misteriosa caja.
La abrí con delicadeza, miles de recuerdos me golpearon con tanta fuerza que me mareé.
La caja, estaba repleta de fotos mías y mis padres, algún peluche de cuando era niña y ropa de mi madre, había un vestido azul con estampado de flores.
Me le acerqué y le abrace con la misma fuerza con la que deseaba que mis padres siguieran a mi lado.
El antiguo perfume de mi madre atacó mi nariz, aunque claro era imposible que siguiera en la prenda después de 10 años, tan solo era una memoria de como recordaba que era.
Mi vista se dirigió otra vez a la caja de cartón para encontrar algo bastante interesante.