Verdadero amor

Capítulo |1|Accidente.

En una pequeña iglesia y escapados del mundo, la pareja de novios sonreían frente al pastor, al cual su cabellera era completamente blanca. Siendo como testigos únicamente las tres personas, se efectuaría el matrimonio, retando a las familias más poderosas del medio empresarial de Estados Unidos.

—Prometo amarte por siempre y para siempre. Seré fiel a mi corazón y al amor que te profeso —pronunció la rubia, derramando lágrimas al tiempo que esbozaba una dulce sonrisa —, juro que haré todo lo que esté en mis manos para que nuestro amor cada día crezca y jamás perezca. 

¡Cómo no! Pensó Inye interiormente, no creyendo con seguridad esas mentiras, mientras seguía con la mirada fija frente al hombre, sosteniendo sus manos.

—Si todo está dicho y una vez que profesan su gran amor entre ustedes. Con mis mejores deseos, los declaro marido y mujer. Ahora, bien, si existe alguien que se oponga, que hable en este momento, o calle para siempre.

En ese momento la puerta de la iglesia se abrió y por ella entró una mujer con un vientre abultado y que a viva voz gritaba "Yo me pongo" inmediatamente y en cuestión de segundos, se encontraba frente a la pareja que aún permanecía con sus manos entrelazadas.

—¡Ese hombre es mío y el bebé que llevo en mi vientre no se quedará sin padre! ¡Te mataré! —gritó, apuntándole con un arma y en cuanto sonó el disparo, sus ropas se teñían de rojo.

Inye cansina exhaló todo el aire de sus pulmones y masculló una maldición en su interior.

—¡Ya no puedo más! Ay, me va a dar una jaqueca —siseó apretando sus dientes—. No puedo hacerlo. ¡Corte, señor director! ¿Qué es todo esto? —gritó ella en una clara queja, soltando las manos del hombre para seguidamente limpiarse el sudor de las suyas en el ridículo vestido que usaba—. ¿Es en serio todo esto? O sea —se despeinó el cabello, al tiempo que se señalaba el vestido e iba a donde Simón y al pasar por la actriz embarazada que se sacaba el vientre falso con el arma aún en sus manos, la empujó y continuó su camino hasta donde el director de la película que ya se había incorporado y acortaba la distancia hasta donde ella se encontraba.

Los murmullos de los demás asistentes de la filmación de la película no tardaron en llegar. De hecho, eran quejas por el comportamiento inmaduro de Inye la actriz principal, pero pese a sus quejas, no podían evitar aceptar que era una de las mejores actrices del medio y eso lo sabía perfectamente el director Simón, que soportaba los berrinches que a menudo la rubia solía hacer.

Tras inhalar el suficiente aire y pedir paciencia al cielo, miró a la rubia con una sonrisa.

—¿Cuál es tu molestia ahora, querida? —le preguntó Simón, apartando sus lentes oscuros y cruzándose de brazos. Sospechando lo que sucedía—. ¿Nuevamente están las luces muy claras?, ¿tal vez debemos encender el aire acondicionado?, dime, Inye. ¿Qué te molesta para arreglarlo y continuar con la grabación?

La aludida terminó de beber el agua que su ayudante le había pasado y antes de limpiar su boca, le otorgó una mirada matadora.

—Esta vez no es ninguna de esas cosas, señor director. —dijo, antes de rodar sus ojos, aburrida—. Es solamente que me incomoda terriblemente el diálogo tan estúpido que tenemos, y qué decir de lo más importante. ¿Quién se supone que es esa mujer? Y, ¿por qué diablos me dispara? —continuó, señalando a la mujer que permanecía de pie, abrazando el vientre falso, mirando con atención la escena—. ¿Cómo sucedió esto? ¡Mateo! El libreto —gritó y de inmediato el muchacho correteó hasta donde ella

—Es Marco.

Inye giró su rostro y el muchacho se encogió en su sitio.

—¿Dónde? ¿Dónde está la otra mujer y el disparo? —preguntó, elevando el librero en los ojos del director—. ¿No cree que merezco una explicación del por qué tanta ridiculez? ¿Querían matarme? ¡Desgraciados! m@!d¡t@$, ¡nf3!¡c3$ y tú, P#rr@, ¿Cómo te atreves siquiera pensar en querer ser mi competencia? —vociferó a viva voz, provocando que todos en el set de grabación se escondieran ante el arranque de Inye, mientras señaló a la mujer y avanzó hasta ella, pero Simón la detuvo.

—Inye, querida. En primer lugar, debemos calmarnos. No es cómo crees. ¡Oye, tú! —sacudió su mano, llamando a la nueva actriz que fue de inmediato a su llamado—. Ven muchacha a presentarte. Al final serás la rival de amores y quien va a matar a Inye. La actriz más famosa del mundo. Adorada por todos por su hermosura y talento —pronunció, alzando su mano y señalando a la aludida que ahora estaba cruzada de brazos, después de haber rodado sus ojos por tanta zalamería del director.

—Hola, Inye, soy Olivia Woldf. Es un placer y un sueño trabajar contigo. —saludó la muchacha, extendiendo su mano; mano que Inye ignoró. 

—Sí, ajá, lo imagino, pero considero que el sueño no se te hará realidad. Esto no es un juego, el libreto debe seguir como en un principio y tú no estabas y mucho menos me matabas Así que...

—Inye, por favor. No seamos tercos. —interrumpió Simón, tragando saliva pesada—. No actúes de esa manera. 

—¿O qué? Si no te gusta, me marcho. —lo retó, alzando su vestido lista para marcharse, pero la mano de Simón la detuvo.

—Hubo un pequeño cambio en la trama. Ten, este es el nuevo libreto y no morirás, querida —estiró las hojas, para que Inye las tomara, pero la rubia solo miraba las hojas como si de estiércol se tratase—. Léelo, tiene un mejor desarrollo y también es más beneficioso para ti. 




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