Verdadero amor

Capítulo |5|El primer hombre que aparezca.

Observó con incredulidad como hasta ese momento ese par de desgraciados no advertían su presencia y seguían en lo suyo.

Devorándose las bocas.

Esto en realidad era una dolorosa traición.

Maldita sea, ¿desde cuándo ese par de infelices estaban viéndole la cara de idiota? Se preguntó, quejándose mentalmente.

Sin poder contener más la iría, lacónica y perdida en esa horrorosa imagen, no distinguió en qué momento empezó a dar pasos hasta donde ellos, mientras chillaba con desdén el nombre de su supuesta amiga que de inmediato giró a mirarla con su rostro pálido, tanto como un fantasma e inútilmente intentó bajarse el vestido que lo tenía hasta su cadera.

No debió ser tan buena como ella.

¡Claro que no!

Así mismo sucedió con Luca, que se acomodó el pantalón al tiempo que empujaba a Kiara, provocando que esta cayera al piso, provocando un sonido seco, aunado al quejido de dolor ante el golpe que Inye supuso su ex amiga, debió haber recibido por la caída.

—¿Es en serio, Luca? ¿Kiara? ¿Y en el día de nuestro compromiso? —interrogó Inye, cruzándose de brazos, sintiendo su rostro caliente de rabia.

—Amor. No hagas escándalo por algo sin importancia. No vamos a dañar este evento, ¿no es así? ¿Por qué mejor no haces como que no ocurrió nada y entramos como la pareja feliz que somos? 

Inye lo vio acercarse a paso lento, pero mientras ella lo veía avanzar, por su parte, hacía lo contrario y retrocedía.

—Detente —demandó, aparentando calma y alzando su mano—, si no lo haces, haré un escándalo que te juro, te hará arrepentirás por no obedecerme— advirtió y suponía que su novio traicionero la conocía lo suficiente como escucharla, sin embargo, el muy idiota parecía no saberlo, porque siguió avanzando—. ¡Detente! —esta vez chilló, acto que logró que Luca se paralizara en su sitio—. Dices que esto es algo sin importancia, ¿verdad, idiota? —interrogó ella, asintiendo y mirando el sucio lugar donde se encontraban. Los contenedores gigantescos de basura, acompañado al olor nauseabundo, le hicieron hacer una mueca de asco; tanto como el que sentía ahora por el par que tenía frente a ella.

Luca, por su parte, asintió con vehemencia, esbozando una sonrisa, creyendo que había logrado el perdón de Inye.

—Exacto, cariño. Ves que hablando se entiende y tú eres tan comprensiva, por eso te amo tanto. No vamos a dañar nuestro compromiso por tonterías como esta que no se volverán a repetir —señaló a Kiara que se levantaba con dificultad, debido a sus altos tacones—. Ahora, olvidemos que todo esto pasó y vayamos a la mesa a continuar con nuestro compromiso, ¿te parece?

—Ve tú solo y excúsame con todos por una hora. No sé, diles estoy en el baño porque me dio indigestión o mejor diles que me he ido al hospital a colocar suero. Aunque considero que será mejor que se marchen porque ya no regresaré, ¿estás de acuerdo, cariño? —casi vomitó cuando murmuró esto último, mientras apartaba la mano del traicionero con rabia.

—¿A dónde se supone que irás? No entiendo qué planeas hacer, Inye. ¿Una hora? No entiendo.

La aludida, haciendo un puchero, puso los ojos en blanco, sabiendo que Luca odiaba que ella hiciera aquello.

—Ay, cosita mía. —articuló con voz chillona, otorgándole un golpe en su pecho—. Pues, ¿qué más va a ser? —esbozó una sonrisa tiesa—. Como esto va a ser normal en nuestro matrimonio, ya sabes, tú, yo —los señaló—, libres, haciendo lo que queremos con quien mejor nos parezca, porque este matrimonio claramente es por cuestiones de interés económico —hizo un movimiento bastante sugerente con sus dedos, como si contara dinero—, yo iré a encamarme con el primer hombre que me encuentre. Así estaremos a mano. ¿Te parece esa idea?

—Pero yo no me encamé con Kiara. 

—Hoy no —aclaró—, porque seguro lo hiciste otros días, o me equivoco, Kiara? —miró a la aludida que elevaba su mentón y sin una pizca de vergüenza asentía—. Lo hiciste, perra, pero es que yo sabía. Tú como siempre siendo mi sombra y tomando mis sobras, ¿no es así?

—¡Oye! ¿Cómo es que dices tantas estupideces juntas? ¡Eres loca! —chilló e intentó acercarse hasta donde Inye que, burlonamente, la llamaba con su dedo, probando que no le tenía miedo. Incluso se carcajeó porque Luca la detenía—. Eres una desgraciada, ¿Por qué dices eso? ¿Acaso crees que te tengo envidia? Ja, qué equivocada estás —se burló kiara, cubriéndose la boca—. Nunca ni en mil años quisiera ser como tú, perra narcisista que supone que el mundo debe rendirle pleitesía cuando no eres más que una persona patética. 

—Hey, no te atrevas a desmerecer quién soy, porque eso no te lo permito —la señaló, pero bufó aburrida de la pelea, así que miró a Luca y masculló —.  Y tú, imbécil —volvió a señalar a Luca que intentaba acercarse nuevamente hacia ella—. Puedes ir a encamarte con confianza con Kiara que te juro que yo haré lo mismo con el primer hombre que aparezca. No lo dudes ni por un segundo —lo empujó hasta donde esa que en algún momento se hizo llamar amiga.

Así, seguidamente se giró, lista para marcharse, pero terminó chocando con un pecho duro que, si no fuera porque una mano la sujetó de la cintura, provocando el cambio de temperatura en su cuerpo por el toque de esa mano, evitó que ella cayera al piso.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.