En una esquina de la cafetería se encontraba un grupo de jóvenes del equipo de futbol tratando de fortalecer a su nuevo amigo, pero a la vez trataban de mantener la conversación fuera del alcance de sus demás compañeros.
Josh un joven inquieto y un poco aburrido por la conversación, miró a sus amigos nuevamente tomando su jugo, seguía sin entender por qué se preocupaban tanto; por un simple sobre y su empeño de negar lo sucedido.
—Bien, pero lo que no entiendo es… ¿Por qué no te lo dijo? —dijo su amigo David viéndole con el ceño fruncido—. ¿Acaso no confiaba en ti?
Está empeorando las cosas, él está dolido, se nota —pensó, pero no dijo nada. No le interesaba ni un poco esa conversación, sentía que eso era ilógico.
—No sé. —Alan su compañero nuevo se inclinó hacia adelante antes de seguir hablando— Me contó solo lo del sobre, pero nada más.
—Y si el sobre solo era una excusa —intervino esperando que con eso terminara—. Tal vez lo sabía y no quería decírtelo.
Alan lo vio enojado, el joven frunció los labios al ver que su compañero no comprendía ni les daba un poco de razón. Eso le parecía un poco ofensivo de su parte.
—Es que… no había nada que saber. No la engañé, jamás pensaba hacerlo —se cristalizaron sus ojos, realmente la amaba y ahora los padres de aquella joven lo culpaban por su muerte—. No entiendo donde consiguió esas fotos. No entiendo por qué no me lo dijo. —Vaciló por un momento intentando no llorar— ¿Por qué lo hizo?
—Y como dije —recalcó David viéndole a los ojos—. Las notas solo fueron una excusa, la cual hizo que fortalecer algunos prejuicios que tenía sobre ti y su desconfianza. Y con respecto a sus padres, no te pueden hacer nada, no hiciste nada. Además, sucedió cuando ya estabas aquí. Así que tú, amigo mío ya te lavaste las manos.
Nuevamente Alan se enojó al escucharlo, lo pudieron notar al tensar su mandíbula y apretar fuertemente su jugo.
—No puedo dejarlo así. Necesito demostrarles que jamás le haría eso. Y necesito saber quién es el de las notas. Porque si no fuera cierto, por qué tu vecino —dijo señalando a Jhonatan—. También dijo lo de las cartas.
—Pero no sabemos quién es —respondió levantando levemente los hombros.
Josh frunció las cejas al escucharlo. Es que no entiendo por qué se empeñan en decir que existen esas cartas —pensó—. No tienen remedio. Siguió refaccionando en silencio, evitando meterse en la conversación.
—Tal vez sea una persona que le gusta estudiar a las personas más desconfiadas. Y que a ellas sea a las que incite a desconfiar más de sí mismo.
—Y ¿Cómo lo hace demasiado rápido? —No pudo evitar preguntar—. ¿Qué ganaría con eso, David?
—Mira —comentó con una sonrisa—. Si me lo encuentro le pregunto.
Josh negó con la cabeza, se encontraba frustrado.
—Debe tener algún fin ¿no?
—Me imagino. —Alan casi lo dice en un hilo de voz— Tendré que averiguarlo.
—No quiero ser negativo —comentó nuevamente, pero en realidad era casi imposible—. Pero ¿Cómo vas a lograrlo? Si sus víctimas son clasificadas y según David. son personas con problemas de confianza. Y al menos que tú lo seas, no lo podrás encontrar. No figuras en ninguna de sus listas de víctimas.
El joven con ganas de probar su inocencia se quedó totalmente callado. Y en ese instante Josh se retractó por haberse metido en la conversación que había evitado todo el receso.
En ese preciso momento Jhonatan le da un leve codazo. Pero fue culpa de él, pensaba, por hablarle y no solo por eso; si no porque también le contó sobre Jake su amigo que le había sucedido casi lo mismo.
Sin embargo, Alan desconocía aun el caso de dos chicas del colegio que les sucedió algo parecido, y en esa situación estaría más seguro de que era una cadena que posiblemente nunca terminaría.
—Tal vez es mejor dejarlo como está —propuso Jhonatan.
—No —dijo negando con la cabeza
Al joven le molesto esa actitud. No sé por qué está con nosotros, sí solo es vecino de Jhonatan —pensó
—Estoy seguro —prosiguió—, que lo voy a encontrar y no solo eso. Demostraré que no fue mi culpa que Sam lo hiciera.
Editado: 18.11.2020