Capítulo 1

Mia

Traición y mentira, conocidas de primera mano por unas manos tan desgarradoras como imposibles de olvidar. He conocido aquello que no es real pero al mismo tiempo no consigo quitar de mis pensamientos. Solo en esos raros momentos cuando me encuentro a solas con él dentro de un habitáculo es cuando su forma de ser cambia completamente y parece que es otra la persona la que me habla a través de sus ojos, es ahí cuando me doy cuenta que dentro de su alma hay algo puro que se esfuma cuando los rayos del sol entran directamente en su piel. No se donde me deparará esto, con él lo tengo todo, hasta el dolor que siento ahora mismo que no me deja ni respirar. Es como un imán que se repele constantemente conmigo y aún así intento acercarme, sé que no debería pero algo dentro de mi lo sigue intentando.

Quizás en el fondo es que me haya dado cuenta de que todo es mentira y siento como una gran bola de fuego que me devora por dentro.

Tal vez sea como un juguete para todos, uno de esos que se pueden romper, usar y tirar y en el fondo para aquellas personas parezca que no les duele nada.

Aquí me encuentro tirada en mi oscura habitación con el resultado que menos deseaba en estos momentos de mi vida, cuando todo iba cuesta arriba la vida me tira por un barranco cuesta abajo y sin frenos. Lo peor de todo es que no hay nadie al otro lado para detenerme.

—Toc toc —el ruido de la puerta me saca del sitio. Me levanto y voy rápidamente para abrir.

—¿Que tal estás tía?, hace dos días que no sé nada de ti —es Elizabeth. Desde que se enteró del resultado no se ha separado de mi.

—Prefiero no salir a la calle, reniego de la vida —maldigo entre dientes.

—Tia esa no es la actitud, aquí te vas a volver loca, necesitas salir y coger vitamina C.

—Bastante tengo con las náuseas y los vómitos —le recuerdo una vez más aunque me paso el día recordandoselo.

—Es verdad, ¿que vas hacer con eso? —me pregunta como si tuviera elección.

—Pues tenerlo, ¿que voy hacer? —le devuelvo la pelota a su tejado.

—¿Estás segura? mira que eso es una decisión para toda la vida —hace la misma aclaración que haría cualquier amiga que quisiera que no lo tuviera.

—Por supuesto —me reafirmo en mis palabras.

—Está bien, ¿pero se lo vas a decir a Luke?

—Es que… —en la habitación se hace el silencio y se me viene a la cabeza recuerdos de aquella noche en la que me senti traicionada por Luke y como acabé con Oliver en su casa, todavía no tengo muy claro lo que ocurrió aquella noche—. Tengo que contarte algo… —Eli pone los ojos como platos.

—La noche que salimos de fiesta y bebí tanto… —miro directamente con Eli y esta parece ser capaz de llegar a comprenderme sin decir más—. Pues esa noche acabé con un chico y no se muy bien lo que paso —me sabe decirle cayéndome la cara de vergüenza.

—No te creo, dime que es mentira —niego con la cabeza aunque parece que es una cámara oculta.

—Es la verdad…

—Entonces no sabes si es de Luke o de esa persona —cualquiera que nos escuche pensara que soy una persona alocada. Pero realmente no me llega a entrar en la cabeza como pude acabar tan mal esa noche.

Tan solo me sale negar repetida veces con la cabeza.

—Lo más probable es que sea de Luke, la fecha que me dijo el doctor coincide con él y no con la noche de Oliver.

Hace dos días que me hice una revisión en la que me lo confirmaban. El doctor me ha dicho que estoy de cuatro semanas.

—¿Y cómo se lo vas a contar a Luke? si hace semanas que no hablas con él.

—Pues llamándole —miro a la pared deseando no haber dicho eso, no sé porque de nuevo voy a caer.

—Y con el otro chico…

—¿Oliver? —me adelanto.

—Eso… ¿que vas hacer con él? —me pregunta y me incomoda un poco porque todavía no he llegado a pensar en eso.

Muestro cara de indiferencia, todavía no se lo que contestar.

—No lo sé, todavía no se que voy hacer con Luke ni con Oliver, todavía me tengo que encontrar conmigo misma.

—Está bien, vayamos por partes, habla con Luke primero y trata de explicarle todo, creo que sería un buen comienzo.

Cojo el móvil y me salgo del salón, prefiero que sea una conversación privada aunque con ella en estas paredes eso es complicado.

Marco su numero, me sale el contestador una y otra vez. Decido hablarle y dejarle un mensaje…

—Luke, veras, hay algo que quiero decirte… creo que debes saber…