Mia
Necesito cerrar etapas. Quiero quedar con Oliver y aclararlo todo. Me ha venido bien no borrar el registro de llamadas porque tenía el suyo registrado.
Estoy en la cafetería “London” mirando continuamente por la ventana una y mil veces deseando que aparezca. El sonido de la puerta abriéndose hace que me dé la vuelta y me encuentre con su mirada que sin decirme nada se que arde en deseo de verme.
Llega hasta donde me encuentro y enseguida me da dos besos.
—¿Cómo estás? —pregunta dibujando una gran sonrisa.
—Bien —le respondo a la pregunta mientras le invito a sentarse.
Él obedece sin poner ninguna traba.
—Veras hay algo que necesito contarte y creo que es ilícito que lo sepas —mientras sea sincera no puedo mirarle a los ojos y me limito a mirar a cualquier otro punto.
—Tú dirás…
Su voz, su cálida voz hace que me ponga aún más nerviosa. Que todo se desmorone y que todo se vuelva borroso y oscuro.
Decido no esperar un segundo más e ir al grano.
—Estoy embarazada Oliver.
Mientras lo cuento observo que se recoloca en su sitio. Parece nervioso y da la sensación de que está improvisando.
Se hunde el puente de la nariz y parece medir cada una de sus palabras.
—Pe… pe —tartamudea y enseguida le pide un vaso de agua a la camarera—. ¿Es mio?
Sus ojos pardos me piden una respuesta rápida.
—No lo sé, creo que no. Pero lo que sucedió aquella noche sigo teniendolo en blanco. No recuerdo nada.
—Creo que ahora no es el mejor momento para hablar de ello. No comprendo nada hasta que me doy la vuelta y me encuentro con la mirada de Luke apuntando hacia nosotros.
Pero hay algo diferente en el que me sorprende. No es ira ni rabia sino ilusión.
—¿Que tal? He venido con un compañero del trabajo a tomar el mejor café de la ciudad. Dicen que aquí lo hacen.
—Yo me voy que no quiero líos —dice Oliver algo molesto.
Luke lo coge del hombro y este se remueve al notar el contacto.
—Eh tranquilo que no te voy hacer nada. Es verdad lo que digo. Mirar ahí está entrando mi compañero.
A Oliver no le parece creíble la excusa.
—No estoy celoso. ¿Amigos? Dice mientras le tiende la mano pero Oliver no se la acepta y se va de su lado.
—Adios Mia ya hablaremos en otro momento.
Puedo llegar a escuchar como se quiebra su voz en el silencio del local. Todos están callados observando la escena que se ha creado debido a la tensión que hay en estas cuatro paredes. Luke le hace un gesto a su compañero que parece decirle que le de dos minutos.
—¿Porque siempre apareces en el momento menos oportuno? —le pregunto clavando mi mirada en él.
—Oye tienes que creerme. Que ha sido simple casualidad —me responde mientras saca del bolsillo del pantalón vaquero su teléfono—. Mira ha sido mi compañero quien ha propuesto venir aquí.
Aunque no debería observo detenida la conversación y es cierto lo que dice pero aun así no debería de hacerle caso.
Observo varios segundos por la ventana y puedo comprobar como comienza a llover. El viento arrecia fuerte contra el cristal. Seguramente Oliver se haya mojado completamente.
—Bueno Mia luego si quieres nos vemos que voy a tomarme algo con mi compañero y enseguida regreso a trabajar. ¿Nos vemos en salir?
Me pregunta y yo tardo varios segundos en entender la pregunta.
Asiento y él se levanta para darme un beso en la frente y marcharse con su compañero y yo de nuevo me quedo sola.
Como hace unas semanas. Me estoy empezando a acostumbrar a esta sensación.
Aunque bueno sola del todo no estoy porque tengo algo detrás de mí que me pide que me coma algo dulce urgentemente. Pido unos crepes y me lo como mientras miro unas últimas publicaciones de Instagram y voy cogiendo ideas para el trabajo.
Después me levanto y decido que también es hora de que vuelva a trabajar aunque me faltan las ganas. Me acerco a la barra donde está la camarera secando platos.
—¿Que necesitas cariño?
—La cuenta —le respondo mientras busco el monedero en mi bolso.
—La ha pagado un hombre que se acaba de marchar. Dice que te espera en la puerta de tu trabajo cuando salgas y que no le va a importar estar esperando durante horas. A mi me ha sonado ha amenaza así que cariño si estas en peligro solo tienes que decirmelo. Mi hermano es policía.
—No gracias, no será necesario.
—Lo que tu veas, enseguida lo metemos en la cárcel.
—No te preocupes… —le vuelvo a admitir mientras le muestro una sonrisa un tanto tonta y vuelvo a recordar porque me gustaba este chico.
Después de recuperar el trabajo que tenía pendiente y de ponerme al día de todos los dimes y diretes con la persona más chismosa que hay en el afán de la tierra llamada James al final salgo de la oficina.
Y como lo prometio Luke está en la puerta apoyado en su coche.
—Estas muy guapa Mia Miller —me lanza el cumplido mientras me abre la puerta del copiloto.
—Me has visto hace cuatro horas, voy exactamente igual.
—Es que hace cuatro horas solamente lo había pensado y he creído conveniente que lo supieras.
—¡Gracias!
No sé por qué razón pero no puedo dejar de sonreír. Luke cierra la puerta con delicadeza y conduce unos veinte minutos hasta que llegamos a las afueras y la densidad de coches y edificios disminuye.
—¿A dónde vamos? —pregunto cuando veo que estamos rodeados de árboles en una pequeña carretera con dos carriles uno para cada lado.
Sin contestarme giro a un lado hasta que llegamos a un barranco.
Cuando estoy estresado o tengo una mala racha me encanta venir aquí. Es como mi rincón en el mundo en el que estoy yo solo. Bueno ahora lo conozcas tú también. Desde el día que ocurrió eso he venido aquí cada tarde. Pensado en ti y en cómo arreglarlo sin dejar de darle vueltas. No era fácil y ahora que lo hemos podido aclarar todo quería que conocieras este lugar. Al principio me gustaría por esto y poco a poco me empecé a enamorar.