Mia
Apenas puedo respirar después de la historia que me ha contado Luke. He tenido que sentarme porque no era capaz de estar de pie. He sido testigo de cómo se ha roto en mil trozos y se ha vuelto a componer de nuevo.
—Una vez me preguntaste que era la cicatriz que tenía en el vientre. Y es que la primera vez que me tiró contra el marco de la puerta me golpeo tan fuerte que me abrió el vientre de arriba a abajo. Por eso no fui capaz de levantarme y corrí para proteger a mi hermana. Después de todo eso mi madre me llevó al médico. Ambos teníamos moratones por todo el cuerpo y los médicos no dejaban de hacer preguntas.
Ambos negamos lo evidente por miedo a más represalias. Pero aquel informe fue vital para mi madre. Pasaron tan solo dos años y luego nos pudiese recoger del orfanato. No fue un proceso fácil pero pudimos ganarlos.
UN MES DESPUÉS
Después de que Luke me contara aquella historia decidí perdonarlo. No se si hice lo correcto pero desde entonces no ha estado controlandome tanto. Es la última oportunidad que le doy. Y se la he dado por el bebe que estamos esperando. Hoy tenemos la primera ecografia en la que nos van a decir el sexo del bebe.
Estoy deseando saberlo. No llego el momento de que llegue. Los nervios se apoderan de mi. El sudor frío recorre verticalmente mi espalda. Es como ese momento de tensión en el que sabes que lo que va a ocurrir va a tener trascendencia los próximos meses.
Así que mientras esperamos en la consulta del médico Luke se encarga de desgastar lo suficiente la suela de sus zapatos recorriendo de un lugar a otro la consulta del médico. Yo no paro en mis suspiros. Voy a quince segundos y de mientras centró mi atención a la pantalla del móvil.
Oliver no ha dejado de llamarme desde la última vez que lo vi. Creo que quiere una explicación y no entiende porque cada vez que me llama la dejo sonando hasta que salta el contestador. Me ha dejado varios mensajes en el buzón con los cuales no he sido capaz de escuchar.
A veces es mejor dejar pasar las cosas ha afrontarlas. Se que suena cobarde pero creo que es lo mejor. No quiero complicar las cosas ahora que van bien.
—¿Miller?¿Señorita Mia Miller?
Me levanto de golpe y Luke se pone a mi lado.
—Somos nosotros —decimos al unísono.
Estoy nerviosa. Temo que algo no esté bien. Creo que es un miedo que nos pasa a todas las mujeres del mundo.
Pero en estos momentos siento unos nervios que no se lo recomiendo a nadie. Entro a la consulta. Es más fría de lo que me había imaginado. Es más fría incluso que el corazón de Luke y eso ya es decir a uno de los lados se encuentra el doctor rodeado de una mesa y de varios instrumentos que creo que no sería capaz de nombrar.
—Bien señorita Miller. Ha notado algo estas últimas semanas que quiera resaltar algo inusual.
Hago memoria pero estas dos últimas semanas la verdad es que han sido muy tranquilas así que niego rotundamente.
—Está bien. Entonces echaremos un vistazo. Por favor acompañarme. El doctor se levanta y dejando atrás su mesa llega a una puerta que hoy está a unos de los lados de la consulta.
—Después de ustedes —dice abriendo la puerta y dejando que yo sea la primera en entrar. En el centro de esta se encuentra el asiento con la pantalla. He soñado muchas veces con este momento y el tiempo no pasaba.
—¿Y bien ¿quereis saber el sexo del bebe o quereis que os lo ponga en la hoja y que sea sorpresa.
—Queremos saberlo ya. Muero de ganas —responde mientras trato de colocarme lo más cómoda posible.
—Está bien…
Responde el doctor mientras vierte el gel por el abdomen el cual está bastante frío y me deja petrificada durante unos segundos.
En cuanto giró la cabeza a la pantalla puedo apreciarlo claramente. Ahora es más real que nunca. Antes lo sentía pero verlo en la pantalla con mis propios ojos y ver latir su diminuto corazón hace que me emocione.
Tengo miedo a este nuevo desafío. Quiero que todo salga bien, además de que quiero estar a la altura. Sé que no va a ser fácil.
Mi relación con Luke no es la mejor del mundo mundial con la que espero que ya no haya discusión y que vayamos todos a una misma dirección. Solo pido eso.
—Bien ¿Queréis saber lo que es?
—Si —respondemos los dos a la vez. Hasta ahora se había mantenido en silencio observando y cogiéndome de la mano. Aunque no lo va a reconocer creo que está un poco emocionado.
El doctor mira con detenimiento la imagen. Sonríe y puedo apreciar como se le marcan los hoyuelos.
—Es una niña…
No tenia un sexo preferido. No he tenido tiempo de pensar si lo que quería era un niño o una niña. Ni siquiera he pensado en nombres. Pero una mini versión mia me hace imaginarme miles de situaciones diferentes.
Es en una de ellas que me viene un nombre a la cabeza y ya no lo puedo visualizar con otro diferente.
—Se llamará Luna…
Giro la cabeza para ver la reacción de Luke pero puedo observar que está bastante contrariado.
—Bueno eso habrá que hablarlo.
—No hay nada de que hablar. Lo voy a tener yo y punto.
Con esta última palabra quiero cerrar esta conversación. El doctor está en medio de una batalla dialéctica y de miradas.
—Yo me voy a salir para que podáis hablarlo tranquilamente. Mía ya te puedes cambiar.
Concluye mientras abandona el lugar y nos deja solos.
No digo nada, espero que sea él quien haga el próximo movimiento.
—¿De verdad que no me vas ni a consultar lo más mínimo esta decisión con lo importante que es? También sera mi hija Mia.
Noto como su voz se quiebra y de sus ojos brotan lágrimas.
—Es el nombre que siento que tiene que llevar. Nada más verla a través de la pantalla ya lo he imaginado.
—¿Entonces no vas a tener en cuenta mi opinión?
—Claro que la tengo en cuenta y sé cual es. Pero ya lo he decidido.
—Vale pues yo me salgo fuera.
—¿Por qué?
—Porque lo he decidido…