Verdades y mentiras[saga Lunar]

Capítulo 24

Mia

Después de llevar más de dos horas en el coche hemos llegado. Luke ha estado insistiendo bastante hasta que me ha pasado que he apagado el móvil. Lo único por lo que me puedo arrepentir es por Luna por lo que le pase algo. Pero tiene biberones para rato con lo que no creo que pase hambre ademas el sabe prepararlo. Oliver aparca el coche justo delante de una playa. Para mi sorpresa y las fechas en las que estamos, está bastante vacía.

Es una playa con la arena limpia y el agua cristalina. Del maletero saca una especie de toalla pero es más una tela enorme. La lleva en la mano y me hace gestos para que lo siga.

Bajamos por una escalera de madera. De esas que tienen tanto tiempo que da la sensación de que se va a salir en cualquier momento. Cuando llevamos abajo y apenas estamos a cinco metros del límite del golpe de las olas posa la sábana sobre el suelo. Me siento sobre el orden más para fuera. Ahora mismo y a pesar de lo contradictorio que pueda parecer no necesito mucho más.

—¿Por qué te aferras a aquello a pesar de que todos los caminos te dicen lo contrario? Es como agarrarse a un clavo ardiendo y aún sabiéndolo lo haces. Y al final lo que ocurre es que te quemas.

Me recuesto antes de contestar.

—Como te he dicho no es tan fácil.

—Es fácil que tú lo quieras que lo seas.

Su respuesta está cargada de verdades como todas nuestras conversaciones hasta este lugar.

—¿Cómo se llama tu hijo?

—Luna, es… una niña.

—Bonito nombre —toma una bocanada de aire mientras cierra los ojos.

—¿Por qué no me cogías las llamadas?

¿Quizás por miedo a afrontar la realidad? pero si le digo eso seguramente se ria de mi así que decido mentirle de nuevo y una vez más.

—He estado muy ocupada. Desde que me enteré que estaba embarazada mi vida ha sido para ello. No he tenido mucho más tiempo que para dedicarme a eso y al trabajo.

¿A quién intento engañar? Sé que no sueno nada convincente.

—Cometería un error tratando de juzgarte ¿tu sabes porque me encanta venir aquí?

Me pregunta y tengo la ligera sensación de que está encarrilando la conversación y que no se quiere meter más en el pantano y que lo engullen.

—¿Por qué? —pregunto entrando completamente en su juego.

—Porque desde este lugar te puedes hacer muchas preguntas.

Preguntas tales como ¿cómo suenan las estrellas?¿a que huelen?¿o que tienen que decir? A veces me pregunto todo eso mientras estoy aquí tumbado.

—¿Y has obtenido alguna respuesta?

—Si, el universo es hermoso. Como tu.

Su respuesta me deja sorprendida. No me la esperaba.

—Gracias —respondo sin poder añadir ni una sola palabra más.

Espero unos segundos a que el dia algo pero sin embargo se limita a mirarme mientras el sol empieza a caer por el horizonte y ya las primeras estrellas empiezan a lucir en el firmamento.

—Después de esto volverás a llamarme o al menos a responder mis mensajes? Noto como su corazón está en un puñal. Me da la sensación de que teme una respuesta negativa.

—Creo que sí pero me gustaría que me respondieras a una pregunta.

—Si claro dime…

—Que ocurrió la noche en la que desperté en tu casa.

Llevo meses preguntándome y necesito al fin obtener una respuesta.

—¿De verdad que no te acuerdas?

Niego con la cabeza varias veces para que quede claro de que no.

—Está bien, pues…



#29312 en Novela romántica

En el texto hay: literatura, romance, amor

Editado: 21.06.2025

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