Luke
Hace un año.
—Por favor pónganse los cinturones de seguridad, en breves despegamos —decía la voz del comandante mientras yo miraba al suelo. No me puedo creer que le esté haciendo todo esto a un ser de luz que no se lo merece. estoy jugando con ella, con sus sentimientos y al final voy a acabar haciendola daño. es algo que no quiero, ella no.
La observo por un segundo, mis ojos se quedan clavados en sus pupilas por un instante. Tengo que decir algo o parecé tonto.
—Te quiero…
¿Pero que cojones estoy diciendo?
¿Que me pasa? tendría que contarle toda la verdad. Pero no puedo. Tengo dos opciones. O seguir jugando con sus emociones como si fuese un juguete y al final dejarla como si fuese un juguete roto o perder mi empresa.
La segunda es la que mi corazón y mi razón me dicen que es la mejor. Pero mi ego y mi avaricia me dicen que no puedo perder algo que lleva toda la vida construyendo.
—Yo también —se me cae el alma a los pies. Ya está bastante rota. Le he hecho tantas ilusiones que cada vez que está a mi lado enseguida se rompen.
Llegamos en poco más de cinco horas. Durante el trayecto intento desviar la atención pensando en que voy hacer cuando llegue a su fin.
Nos montamos en el coche. Ella no dice palabra alguna cosa que agradezco porque no se que decirle.
Al llegar a su apartamento me da un beso.
—Cuando termines me avisas —me dice parece que le ha cambiado un poco la cara.
Seguramente sea porque va a estar separada de mi y eso significa tener libertar y estar más tranquila.
Pongo la atención a la carretera y voy volando al lugar donde todo cambio. El antro está vacío y Liam me espera al fondo con cara de pocos amigos y humor de perros. No está ahora para decirle nada.
—¿Que coño te pasa Luke? para que cojones me llamaste anoche —dice el con su superioridad que tanto odio. Pero es él el que tiene la sartén por el mango.
—Necesito cambiar la apuesta Liam —suelto la bomba esperando a que no me salpique.
—Pero que te has creído que eres ¿eh? —odio cuando me responde de esa manera, me dan ganas de hacerle una cara nueva.
Pero no quiero montar un numerito ahora.
—No puedo seguir haciéndole esto a Mia. Dame otra persona. Dime otra apuesta, pero no puedo seguir con esto —ya no se que mas decir.
—Luke te apostastes la empresa y la perdiste. Yo te dije que la única forma de recuperarla era esa condición. Te di dos años para cumplirlo. Te quedan aún veinte meses, te da tiempo de sobra —y se ríe que es lo que en estos momentos más me hace daño.
Cómo es capaz de hacerle daño a una persona inofensiva.
Aunque pensándolo mejor soy yo el que está haciendo ese daño. De mi depende seguir o dejarlo todo aquí.
—Te recuerdo que está todo aquí escrito —dice señalando la dichosa hoja que firme aquella noche—. Y que sería muy fácil ir y decírselo a esa chica.
Seguro que entonces no cumples la apuesta y yo me hago una de las personas más ricas en Estados Unidos y del mundo.
Esas palabras entran dentro de mí como si fueran espadas clavando por los costados. No puedo seguir con todo esto.
—Entonces decido perder la apuesta.
Se acabo, prefiero arruinarme a arruinar a una persona inocente.
—No —su respuesta me deja patidifusa.
—¿Cómo que no? —estoy harto de su jueguecito.
—Tienes que cumplir la apuesta o sino me iré a decirle a Mia y a todas las mujeres con las que te estas acostando o contarles lo miserable que eres —me sube el calor por la espalda. Cierro el puño y me dan ganas de lanzarlo hacia su sonrisa casi perfecta.
—No tendrás valor —le amenzaco.
—Ponme a prueba Luke Johnson. Mira aquí esta tu firma —dice señalando el papel. Me dan ganas de quitárselo y provocar que se lo coma. Me lo restriega de nuevo y ya no puedo temblar más de los nervios. Me abalanzo hacia él como arma que carga el diablo y asiento un puñetazo. El se queda por un segundo desorientado en el suelo. En ese mismo momento escucho como el camarero de este antro llama a la policía. Será mejor que huya de aquí o me meteré en más líos de los que ya tengo.
El se levanta con la ceja rota y sangrando bastante. Sin verlo venir observo que regresa de nuevo a gran velocidad pero no reacciono a tiempo y esta vez me golpea a mi partiéndome el labio y dejándome drogui y cayendo al suelo.
Cuando intento levantarme regreso de nuevo a por más. La culpa es mía por empezarlo todo. Golpea deliberadamente mi estómago varias veces. Haciendo que toda la sangre sin control.
En ese mismo momento y apunto de desmayarme del dolor escucho la sirena de la policía. Sé que estoy en un buen lío y a la vez me tranquilizo porque esto se queda de momento aquí.
Cuando de nuevo abro los ojos una luz golpea directamente mi vista y no me deja ver nada.
—¿Se encuentra bien Luke? —me pregunta una voz anónima pero por lo que ven mis ojos resulta ser un hospital. Estoy con un gotero puesto encima de una cama. Hay un sofá a mi lado y me está hablando un hombre con bata.