Verderben

LA NOCHE MÁS LARGA

Todo se encontraba totalmente oscuro. Aquella noche de 1940 el ejército alemán había podido finalmente tomar la capital francesa a base de una invasión conocida como la Guerra Relámpago, al llegar a tomar de una vez por todas París, la capital francesa había logrado a final de cuentas caer en manos de los nazis y con ello toda Francia cayó tras ella.

Los alemanes se encontraban aún patrullando la capital en busca de cualquier parisino insolente que fuera opositor del bando ganador, o en todo caso, uno de esos asquerosos judíos que habían logrado huir a tiempo de Alemania y refugiarse en Francia.

Camile Dumont era un claro ejemplo de esta situación, era hija de un influyente médico pediatra de raíces judías originario de Polonia que emigró hasta París a los 17 años con el propósito de terminar sus estudios de medicina en una buena universidad, lo que logró en 1917 a sus 25 años.

Se graduó con honores de la carrera de medicina, con una especialidad en pediatría.

Para 1919, el doctor Jacob Spiel ya se había posicionado en un alto puesto de la jerarquía médica de la nueva compañía creciente del hospital Springwood, con sede en los Estados Unidos. Específicamente en Oregon.

Jacob se encargaba de atender a los hijos de los soldados europeos que habían logrado (luego de sobrevivir aquel infierno conocido como la Primera Guerra Mundial), regresar a casa y recuperar el tiempo perdido con sus hijos. Jacob se encargaba de atender dolores, fracturas, huesos rotos y demás enfermedades varias. Siempre y cuando fueran niños el los atendía sin ningún problema. Es más fácil trabajar con un infante que con un adulto. Pensaba él.

Jacob al darse cuenta de toda la discriminación que perduraba contra los judíos aún en esos años, decidió cambiarse el apellido de Spiel a uno que, Dios quisiera sonara un poco ¨menos judío¨. Jacob después de una minuciosa búsqueda, se decidió por el apellido, que una vez llegó a ver en una hoja de un registro escolar, que se encontraba abandonado en medio de la calle, cuyas letras de tinta negra marcaban Alfred Dumont en la primera línea.

--Podría utilizar ese apellido, de seguro al señor Dumont no le importará que yo lo tome prestado un tiempo. Después de todo, ¿En qué documento se dice que un apellido es una propiedad exclusiva?. -Se dijo a sí mismo en un pensamiento fugaz y con cierto tono de autoritarismo.

Es así que el 15 de Septiembre de 1918, Jacob Spiel moría a manos de un acta oficial de cambio de nombre, para dar paso a una nueva vida. Esta vez guiada bajo el criterio del recién nacido Jacob Dumont.

- Creo que aquí estaré a salvo de esos cerdos nazis. Se dijo Camile para sí misma mientras corría a encerrarse en su armario.

Los alemanes continuaban patrullando en las ahora destrozadas calles parisinas mientras Camile rogaba un poco de compasión a Dios para que esos asquerosos soldados pasaran de largo el Número 5 de La Rue de Candie sin hacer una inspección al azar dentro de las casas.

- Dios te lo ruego, no dejes que entren a mi casa. -Dijo con nerviosismo y a punto de quebrar en llanto.

De pronto algo la interrumpió. Un fuerte golpe con la culata de un rifle contra una puerta de madera, otro, otro, otro. La débil puerta de madera no aguantó los golpes y se abrió. Los soldados entraron a la vivienda gritando:

- ¡Quien sea que esté aquí salga de una maldita vez!. -Nadie asomó ni siquiera un dedo.

Camile tenía ganas de gritar pero logró contenerlas, para luego comenzar a decir en silencio:

-Dios ayúdame, repetidas veces -

- ¡Oí ruidos en la habitación de arriba!- Gritó uno de los soldados alertando a sus compañeros.

Ante esto todo el batallón se apresuró a subir las escaleras con sus rifles empuñados y listos para dispararle a cualquier cosa que se moviera o que tan siquiera respirara. Sus pesadas botas comenzaron subir los escalones de madera haciéndolos crujir.

-Mierda - Susurró Camile con un tono de desesperación al mismo tiempo que comenzaba a sollozar.

Era como ver a un montón de perros labradores que fueron enviados por la élite económica a cazar a un pobre zorro indefenso mientras la alta sociedad se regodeaba y les decía a los perros: Atrápenla.

Los soldados habían logrado finalmente llegar a la segunda planta del inmueble con su artillería ya preparada para capturar o asesinar al gracioso que no quería ser capturado. Caminaron otro poco hasta llegar a la entrada de la habitación. La puerta se encontraba entre abierta y un poco desgastada por el paso de los años. El alemán en jefe del batallón levantó la mano con dos dedos levantados e hizo una señal que indicaba a los demás a continuar.

- Dios ayúdame por favor -. Dijo Camille al seguir oyendo las fuertes pisadas de las botas alemanas de piel que los soldados utilizaban mientras se acercaban cada vez más hacia... Hubo movimiento dentro de un armario que estaba situado junto a una desaliñada cama con las mantas revueltas y las almohadas en posiciones abstractas.

Los soldados a pesar de haber visto el movimiento que sacudió levemente al armario continuaron con cautela. Al caminar unos cuantos pasos más y quedar todos frente al armario, el hombre al mando del batallón dejó su rifle sobre la cama, desenfundó su Luger P08, la preparó para dispararle a cualquier cosa que se moviera e hizo una seña que ordenaba a sus hombres a colocarse junto a el y alistar sus armas para matar en cualquier momento.



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En el texto hay: guerra, nazis y judíos

Editado: 19.05.2019

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