Vermisst : The colorado project

XXI

El reloj de la pared marcaba la una de la mañana, y Louis se encontraba acurrucado bajo las mantas buscando calor y comodidad. Ya nada se sentía suave, nada se sentía bien.

-Lou – llamó la voz de Harry en un susurro. No quería voltearse, pues tenía miedo de que se notara la tristeza de sus ojos.

Fingió no escuchar.

-Louis – Esta vez era Zahir quien hablaba, por lo que se removió fingiendo despertar. Se sentía mal, todo su cuerpo le dolía.

- ¿Qué sucede? – Preguntó refregándose los ojos, incorporándose.

- Feliz cumpleaños Lou – Felicitó el rizado mientras acariciaba sus nudillos.

Lo había olvidado, había olvidado su propio cumpleaños.

-Feliz cumpleaños amigo – Zahir agarró un platillo que mantenía a su lado con un muffin y un fósforo en el centro – No tenemos velas pequeñas, pero-

-Está bien, en serio gracias, había olvidado por completo que hoy era mi cumpleaños – El moreno lo miró con una sonrisa triste mientras le pasaba el platillo al rizado, quien encendió con cuidado el fósforo – Solo no me hagan pasar un momento incómodo cantando el feliz cumpleaños – Bromeó, sintiendo bastante angustia por la situación en la que se encontraba.

Sin su familia, en otro continente, escapando de un secuestro, a punto de pasar navidad en un intento de granja sin sus hermanas, quienes solo sabían que él estaba desaparecido, más no si estaba vivo.

- Pide tres deseos Tommo.

-Ya no creo en los deseos Zahir – Rió secamente apagando con cuidado la cerilla.

‘’Deseo poder ser feliz’’

‘’Deseo olvidar lo que me hicieron allí’

‘’Deseo poder volver a ver a mi familia’’

No creía, pero ¿Qué perdería?

-Mañana seremos nosotros seis en la granja, los voluntarios me pidieron más tiempo para pasar tiempo con sus familias por Navidad, a lo que por supuesto dije que sí – Harry y Louis asintieron, más no dijeron nada. Ambos sabían lo que el otro pensaba – Los dejaré solos – guiñó el ojo al rizado - Orión nunca duerme si no estoy con él y se pone molesto. Hasta dentro de unas horas.

-Que descanses bien Zahi.

El rizado notó que el ojiazul estaba ido, mirando fijamente hacia la cerilla apagada.

- ¿Qué sucede?

- Nada, solo… pensaba – Respondió sin más dejando el muffin sobre el escritorio que la pequeña habitación tenía, para luego refugiarse bajo las mantas.

El rizado asintió, un poco cansado por la falta de sueño y porque Louis no hablaba con él como solía hacerlo. Y eso fue lo que los llevó hasta esto.

Se incorporó y se sentó en su cama, mirando en silencio a Louis. Notaba cómo inhalaba y exhalaba rápidamente, como su respiración no se calmaba indicando que había entrado en sueño.

El ojiazul suspiró como si se hubiese rendido, como con molestia y se levantó cual niño que le pediría algo a su madre luego de una pelea. Incluso cuando ellos no habían discutido.

- Bebé ­– Llamó el ojiazul, y el rizado relajó sus músculos porque ese apodo que su novio le había dado hace unos años indicaba que no estaba enojado con él ni nada parecido. Suspiró antes de seguir – Yo… ¿Puedo dormir contigo? – Harry abrió sus brazos en respuesta, a lo que Louis se acercó para abrazarlo. Ambos se cubrieron torpemente para no separarse.

Estaban un tanto incómodos, ya que la cama no era demasiado grande, pero se las arreglaron abrazándose de lado.

La respiración del ojiazul era agitada, pero se las arregló para besar necesitadamente al rizado mientras sostenía sus brazos, inmovilizando su torso.

Harry sintió la tensión en aquellos besos, generándole cierta incomodidad que lo hizo tomarlo de los hombros para alejarlo un poco.

- Amor, ¿Cuándo hablaremos sobre lo de…?

-No – Murmuró, besando ahora su cuello.

-Louis, para - Harry se incorporó un poco, volviendo a poner cierta distancia – Lo que sucedió no es menor ni sucede por nada. Tenemos que hablar de esto.

Louis notó lo que intentaba y solo quiso llorar hasta, quizá con suerte, ahogarse y morir por la falta de aire.

-No puedo, no – El rizado comenzó a dejar caricias en su nuca, pero cuando bajó su mano hacia las caderas del mayor, este cerró los ojos fuertemente, contrayendo sus músculos – Apenas te tengo de vuelta.

Le dolía en todo sentido, y solo quería decirle a Harry que se aleje, que se daba asco. Más no podía, porque él le preguntaría y no podía contarle.

-No vas a perderme por decirme – Murmuró, sosteniendo ahora el brazo de Louis por aquella incomodidad de la posición anterior, porque sintió como se tensaba ante el toque de sus caderas – Lou, te lo juro, no vas a perderme.

-Vas a odiarme – Su labio temblaba, y su cuerpo levemente también. Odiaba no poder ocultar cuando estaba aterrado, cuando estaba herido…

Cuando solo quería huir a algún sitio donde nadie supiese su nombre ni sus capacidades, y que lo dejaran en paz.




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