Vermisst : The colorado project

XXXI

-Oh mierda – Suspiró el rizado refregándose la barbilla mientras observaban a una niña que no debía tener más de un mes recostada sobre la cama donde yacía el cuerpo sin vida de su madre, una chica árabe de dieciocho años.

- ¿Cómo nunca en estos días vimos a la bebé?

- No lo sé, realmente no lo entiendo – Harry respondió, cargando en sus brazos a la pequeña y sacándola de la habitación. Sus ojos grisáceos oscuro eran grandes y saltones, y lucían un delineado natural que los destacaba aún más. La bebé le sonrió mientras metía sus dedos en su boca - ¿Por qué necesitaban mi ayuda?

-Porque pareces el tipo de persona que sabe cómo tratar con bebés – Respondió Finn con simpleza.

Sara y Louis estaban sentados en la sala donde solían comer, cubiertos por mantas y sin pronunciar palabra mientras observaban a Gianna, quien estaba inconsciente amarrada a una silla y con algunos cortes en la cara.

- Acabo de hablar con la policía – Anunció Ody entrando a la sala. Seguía conmocionada y las manos le temblaban, al igual que su voz – Deben irse. Escribiré que se fueron hace unos días en la lista pero no pueden estar aquí cuando la policía llegue.

- Si nos encuentran seremos los principales sospechosos Ody – Finn masculló frunciendo el ceño.

-Los que hicieron esto fueron militares, la policía no va a ayudarlos, es más, buscarán cómo llevárselos, la menor excusa. Si están aquí para cuando lleguen, no importa si son inocentes o no, están perdidos.

- ¿Cómo…? – Harry la observó confundido, preguntándose cómo sabía sobre ellos y sus verdades.

- Solo lo sé – Su semblante estaba serio y demostraba molestia – Deben irse, tienen un poco más de hora y media para hacerlo – Zahir bajó la mirada y asintió.

-Sí – Suspiró – Deben irse. No puedo seguir exponiendo a más gente a esto, lo siento.

- ¿Qué haremos con la niña? – Sara cuestionó con frialdad y sin quitar la mirada del suelo – Esa cosa no sabe ni cómo sostenerse sobre sus pies.

- ¡Porque es una bebé! – Finn respondió con incredulidad, frunciendo el ceño y haciendo una mueca en desaprobación. Zahir hizo un gesto con la mano en señal de que ambos bajaran la voz, para luego brevemente explicar.

- Su madre vino aquí comenzar una nueva vida. Nos contó que quedó embarazada allá en Arabia, pero que sus padres no saben – El moreno ubicó su pulgar debajo de su labio inferior y su índice sobre este, haciendo presión – Y que no quería que sepan de la existencia de la bebé pero… - Chasqueó la lengua, observándola - Quizá…

-Zahir – Ody le regañó solo llamándolo, como si estuviese pensando en una terrible idea.

-El sistema aquí de orfanatos es horrible, quizá pueda criarla.

-Lamento reventar tu estúpida burbuja Zahir, pero los dos tendremos suerte si no terminamos en la cárcel por esto. Seremos los principales sospechosos, ¿Lo sabes verdad? – Ody llevó los talones de las palmas de sus manos a su frente, presionando sus puños - ¡¿Tienes presente que el hecho de que seas musulmán y yo una chica negra es un factor que empeora nuestra situación?!

- ¡Ya lo sé, mierda! ¡No hace falta que me lo recuerdes! – El moreno respondió mientras se masajeaba las sienes. Lucía al borde del colapso y, al Louis darse cuenta, se acercó a abrazarlo, haciendo que su amigo rompa en llanto – Todo esto es mi culpa.

-No Zahir, no lo es, es nuestra. Te expusimos demasiado.

-No Lou, no. Los exhibí en el primer momento que me pidieron aquella estúpida ficha – El ojiazul lo abrazó más fuerte, el moreno dejando sus manos sobre los hombros de Louis – No pensé que traería tantos problemas.

- Nadie aquí tiene la culpa – Señaló Isla entrando a la sala; Su ropa cubierta de sangre y nieve y su cabello color azabache desordenado y pegajoso por el líquido rojo – Sepan que aquí solo hay una culpable.

- ¿Qué demonios te pasó? – Ody se acercó a ella rápidamente pero sin tocarla - ¿De qué…?

Harry leyó en la mente de Ody sobre alguien estando detrás de Isla, pero no parecía presentar peligro.

- Perra alemana – Escupió con disgusto, Sara levantando una ceja a modo de ‘’ ¿Disculpa?’’. La chica dejó un anillo sobre la mesa con un fénix tallado en él.

Súbitamente un recuerdo se hizo presente. Una chica que podía causar alucinaciones en la gente: Elena.

- ¿Qué es eso? – Louis se inclinó para observar aquello, Sara tomándolo y examinándolo.

- No lo sé – Respondió observando a Isla, quien dejó una mano en su estómago e hizo una mueca de dolor - ¿Cómo está tu niño?

Esta vez, no obtuvo respuesta, Isla repasando sus manos por su estómago sin levantar la mirada.

- Lamento… interrumpir, pero ¿A dónde iremos? – El rizado se atrevió a preguntar, sentándose junto al ojiazul mientras observaba a aquella pequeña criatura inquieta.

‘’Puedo cargarla?’’ Louis comunicó cuando cruzaron miradas, a lo que el rizado asintió, pasándosela con cuidado.

El castaño sonrió levemente al observarla, como está la observaba divertida con sus largas pestañas. Al cabo de unos minutos, esta se dejó vencer por el sueño, cediendo a la calma que le estaba siendo transmitida.




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