Había algo especial en los viajes de ruta.
Ese sentimiento de extraña liberación y libertad, donde te preguntas ‘’ ¿Por qué no me puedo sentir así todo el tiempo?’’.
Kilómetros y kilómetros de tierras llanas, a excepción de una línea artificial de árboles al costado del concreto y alguna que otra hogareña casa de campo. Los cables de los teléfonos parecían eternos y el sol brillaba de una manera increíble, aunque el día no era demasiado cálido.
El celular de Skyler no dejaba de sonar, lo cual le hizo a Harry hacerse un cuestionamiento: ¿Alguna vez habría pensado que sobreviviría tanto tiempo sin aquel maldito aparato?
Pero allí estaba, en un país que nunca se le habría pasado por la cabeza visitar con un chico de diecinueve años con peligrosos dones sobrenaturales, un muchacho polaco que conducía la camioneta con la cual se transportaban, una bebé que había tomado como hija y Louis en aquellas condiciones luego de meses de supervivencia.
Se habían detenido a recargar gas, así como a comprar alimento para bebé y agua en una tienda junto a la gasolinera dado que Louis no se sentía del todo bien y Finn había llorado en silencio la mayor parte del viaje.
El lugar era horrendo; Los vidrios de una sección de la tienda de comida estaban rotos y cubiertos con cartón, así como algunos grafitis que Harry no entendía pero que no parecían que dijeran ‘’Vive, ríe y ama’’.
Sin embargo allí estaba, ignorando el olor a cerrado de aquel baño mientras Louis devolvía incluso lo que no había en su estómago, acariciando su espalda y repitiéndole que todo estaría bien mientras daba rápidas miradas a Finn, quien se encontraba jugando con Aaliyah en aquel momento.
Porque el entorno no era lo peor allí, no. Le había cambiado los pañales a Aaliyah suficientes veces para que no le asqueara nada ya. Era el terror lo que tensaba el ambiente; Terror a que algo malo le sucediera a Louis.
- Estoy bien – Murmuró con voz ronca mientras se incorporaba, dirigiéndose al lavabo de manos para enjuagarse la boca – No, espera – Louis cerró los ojos y sostuvo su cabeza entre sus manos, tosiendo repetidas veces antes de escupir allí. Harry lo tomó con suavidad por la cintura y acarició su nuca, analizándolo – Dame un momento – Inhaló y exhaló profundamente – Tengo calor – Comentó en una mueca.
Harry le dedicó una sonrisa, aun si sentía que el miedo le carcomía el cerebro.
Porque no hacía calor en aquel momento.
- Lávate el rostro con agua fría, quizá ayude – Louis asintió, mojándose el rostro y el cabello, manteniendo sus ojos cerrados unos momentos antes de recostar su cabeza en el hombro de Harry.
- Salgamos de aquí – Se limitó a decir.