- Louis Thompson – Una médica de cabello rubio en un rodete y uniforme blanco y turquesa llamó con fuerte acento polaco, salteándose la O y alargando la S en su nombre y pronunciando ‘’Tom-Pson’’ cual apellido de origen asiático mientras leía unos papeles.
Por suerte, solo tuvieron media hora de espera ya que no era una larga lista de examen.
Aaliyah estaba de un gran mal humor por los pinchazos en sus piernas a pesar de que no había llorado, pero cada vez que Skyler se acercaba le lanzaba un chupete que una de las enfermeras le regaló por comportarse, haciendo que Harry tuviese que levantarse a enjuagarlo varias veces.
No admitió que le daba un poco de gracia la situación.
- Soy yo – Louis se levantó de su lugar, secando sus manos sudorosas en sus pantalones. Su cuerpo temblaba un poco, al igual que su voz, por lo que Harry le dejó un apretón en su hombro ya que no podía tomar su mano.
- Yo traduciré, ja mówie po polsku [Yo hablo polaco] – La mujer suspiró aliviada con una fría sonrisa.
- Masz infekcję, która zaczęła się tak, jakbyś miał piercing, ale rozprzestrzeniła się z powodu braku leczenia.
- Tienes una infección que se generó por algo como si hubieses tenido una perforación, un piercing, pero se extendió debido a la falta de tratamiento – Tradujo, casi en simultaneo.
- Ale to nie jest zapalenie wątroby typu c, więc nie martw się.
- No es hepatitis c, así que no te preocupes Louis – Sonrió el chico, observando a la mujer y agradeciéndole con la cabeza.
Louis exhaló con pesadez y ojos húmedos, agarrándose el cabello y tirando de este. Harry tomó su mano por detrás de su espalda y le susurró al oído:
- Sabía que no era nada grave, que todo estaría bien.
- Kocham dich so sehr, ale ich żargon trouver mots – Susurró en un sollozo en su oído, a lo que Harry frunció el ceño.
- Ehm, ¿Louis? – Carraspeó Skyler, haciendo que Louis, cabizbajo, volteara hacia él. – Dicen que pueden proporcionarte antibióticos de ceftriaxona. Es bastante efectivo, aunque fuerte. Lo suficiente para que en un día estes bien.
- Vale – Asintió con la cabeza – Quiero salir de aquí cuanto antes.
- Dice que la sigas.
- Twój chłopak też może przyjść [Su novio también puede venir] – Skyler la observó extremadamente confundido – dobra, nie obchodzi mnie to. Czasy się zmieniają [Está bien, no me importa. Los tiempos cambian] – Skyler hizo una mueca con la boca a modo de ‘’Nada mal’’ mientras levantaba las cejas.
- Harry puede ir contigo. Sabe que eres su… su pareja – Musitó – Cuidaré a Aali… - Se cortó cuando la bebé se quitó el chupete de la boca y se lo lanzó cuando notó que se acercaba – Bueno, ayudaré a Finn a cuidarla.
Finn se rió suave y tímidamente, cubriendo su boca con su mano mientras raspaba sus labios con la uña de su pulgar antes de estirar sus brazos y en ellos recibir a la pequeña, quien dio un gritito de felicidad. El chico castaño hizo un gesto con sus labios, como un gracioso puchero, haciéndole pensar a Harry lo parecido que era a Louis en ciertos manierismos.
Ante el alivio de saber que podían tomarse de las manos sin problemas ante la presencia de la médica, se dirigieron a una pequeña sala que era dividida de una recepción de laboratorio por una gran cortina blanca.
Una camilla blanca con una cubierta de entretela con aspecto similar al papel, descartable y color celeste era lo primero que los recibió en aquel estrecho lugar, así como una bandeja metálica sostenida por un trípode de un metro con algunos elementos médicos cuyos nombres Harry no sabía, una aguja descartable, una jeringa – ambas selladas – y un pequeño frasquito con un líquido transparente dentro.
La chica rubia, de nombre Nadia Woźniak, se colocó unos guantes blancos de látex y le indicó a Louis con unas palmaditas sobre la camilla que se sentara. El ojiazul colocó sus manos a ambos lados de sus caderas y con un impulso con sus brazos se subió fácilmente.
Nadia le indicó que se quitara el abrigo y la camiseta con un gesto, a lo que Louis asintió, aunque quitaba su ropa con cierto pudor.
Cubrió su estómago y algunas cicatrices al rodear su cintura con sus brazos, bajando la cabeza con la intención de no cruzar miradas ni con el rizado ni con la mujer.
Ésta los quitó de aquella posición para poder examinarlo, su semblante permaneciendo igual de serio cuando pasó sus dedos por las cicatrices.
- ¿Necesita saber? – Preguntó con un pésimo dominio del lenguaje. El ojiazul frunció el ceño, indicándole que no entendía de qué demonios hablaba - Pierdolić ¿Mówisz po hiszpańsku, Ola? [Joder, ¿Hablas español, Ola?]
Ambas hablaron por unos segundos, antes de que una segunda mujer corriera la cortina y se adentrara. Llevaba un uniforme, con una falda azul Francia ajustada a sus piernas y una camisa celeste con un blazer del mismo color que la falda. Su cabello castaño estaba arreglado en una trenza de costado y sus ojos grises irradiaban cierta frialdad. Nadia le murmuró algo antes de que la chica se dirigiera a ellos, con un acento un poco más suave pero aún notorio.