Verona

Capítulo 8

Regresamos, juntos, muy cerca, lo que sin duda no estaba segura de que pensar, si era o no una buena idea. Para empezar el simple contacto con él hacía que mi cuerpo aumentara de temperatura, el segundo problema es qué tan rápido podrían viajar las noticias en el plantel. Evidentemente para terminar el día las personas que nos conocían ya estarían enteradas.

 

Tenía que prepararme para eso. En primer lugar no dejaría que las palabras de Dóminic me volvieran a afectar.

 

-¿sabes? Hay algo que me inquieta. No quiero que te vuelvas a pelear con Dóminic. Él es un arrogante, siempre me irritan sus actitudes… pero para empezar fue mi culpa por escucharlo. Te lo pido como un favor, no vuelvas a eso con él.- con mi mejor voz de convencimiento se lo dije, soportar ver una discusión entre esas dos personas, aun molesta con Dóminic me haría sentir muy mal, y peor si la razón fuera yo.

 

-aunque me lo digas, no podría soportar que te lastimen, si antes no lo permití, menos ahora. No puedo pasarlo por alto aunque me lo pidas, lo siento- pareció un poco molesto pero también apenado.

 

-en ese caso yo también me interpondría, tampoco me quedaría quieta si pudieran salir lastimados- dije con convicción en mi voz, y en vez de la reacción exacerbada que estaba acostumbrada a recibir, el simplemente rió un poco y sonrió al ver mi rostro.

 

-está bien, si eso es lo que quieres. En ese caso es mejor que yo no vea que te lastiman y tú, que yo le rompo la cara a alguien- me sorprendió su respuesta y sin embargo los dos nos soltamos a reír mientras continuamos nuestro camino a la siguiente clase.


 

Cuando regresamos a la casa apenas tenía fuerza para continuar, pese a no quería dejar que Jackes viera que tan mal estaba.

Me despedí de él con un fugaz beso en los labios que se estaba convirtiendo en la sensación más linda que hubiera conocido hasta entonces. Entré por la puerta principal, Geral y Dimitri me esperaban en la sala, un poco con ansiedad y disgusto.

 

-has decidido estar con alguien después de la advertencia de Dóminic- estaban enterados. Jamás me imagine que la noticia hubiera volado tan rápido, y peor escuchar el reproche de parte de los gemelos antes de cualquier otro.

 

-la advertencia de Dóminic me tiene sin cuidado, tomé esta decisión por mí y por lo que yo siento- era la primera prueba después de todo y si no podía con ellos me esperaba un largo camino para poder ser novia de Jackes.

 

-pues en ese caso espero que no te hayas enamorado- Dimitri expresó

 

-no creo que sea de tu incumbencia en todo caso, por favor, esto es un asunto del que seré responsable, no quiero discutir con nadie más- ellos guardaron de mala gana sus reclamos, no sin antes lanzarme miradas de disgusto, exasperación y continuaron con sus asuntos.

 

No podía aguantar más, la enfermedad actuaba después de todo el esfuerzo en el día, había tenido que reponer de muchos inconvenientes y emociones fuertes, varias noticias y sorpresas, mi cabeza estaba a punto de estallar. Me acerque a la cocina, había una taza de té caliente, como si esperara por mí, tal vez de parte de los gemelos preocupados, a fin de cuentas ellos me vieron en la mañana y lo mal que estaba, la tomé sin saber su verdadero dueño y me escabullí a mi habitación. Me quité las botas y metí dentro de las cobijas con la ropa que usaba del colegio, puse mi música favorita en el reproductor y cerré los ojos a descansar. Hasta que no me quedé en un absoluto reposo no resentí el padecimiento. La fiebre iba en aumento, mi respiración agitada y profunda.

 

Sentía lapsos de conciencia, tantos que no estaba segura cuales eran sueño y que otros eran realidad.

 

Daba vueltas en la cama de malestar que sentí, me dolían los huesos y mis músculos, mis ojos de tanto llorar, mi mente a reventar… hasta que alguien toco mi frente. Era un toque muy frío pero se sintió bien después de un tiempo, disminuyó la calentura.

 

-su fiebre ha aumentado desde la mañana

 

-¿crees que deberíamos llamar a un doctor?- la voz de Luna inquieta, no como la noche pasada que no dudó en decirme lo que pensaba.

 

-no lo creo necesario, para mañana estará mejor- Cristol había aprendido a controlar su ansiedad lo que me daba gusto, tendríamos que trabajar en la sobreprotección como siguiente paso, al menos, por ahora, no me estaban molestando con el asunto de Jackes.

 

-a cerca de eso, lo dejaremos para después. Yo no me involucraré porque ya te di mi advertencia, que me gustaría escucharas.- “no quiero oírte Dóminic, estaba muy triste al haber discutido contigo, no creo que esté mal al pedirte que me consideres antes de que se pongan como locos, a parte, hoy golpeaste a Jackes”




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