Después de una tarde tan agradable con Luna, que sin duda le quité el tiempo del fin de semana que ya me había dicho quería para ir de compras, tendida sobre mi cama pensé y lo hice de nuevo. Sin duda ir con Rose era lo primordial. Ella y yo teníamos en esencia una conexión más profunda que el resto. Tanto ella me podía ayudar a encontrar mi poder como yo a completar el suyo al parecer. Perezosamente me levanté de mi cama preguntándome si seguiría despierta o era mejor esperar hasta mañana.
Toqué suavemente en su puerta e inmediatamente salió a recibirme.
-Verona, tardaste querida. Ya te estaba esperando- me tomó del brazo y jaló dentro de su recamara. Me detuve solo un instante a ver el lugar en el que ella pasaba tanto tiempo. Las paredes estaban pintadas de lila. Su cama en el fondo daba a una ventana oscurecida por la noche. Sin esperar ya una invitación tomé asiento en la orilla más cercana de la cama. Obviamente ella había esperado toda la tarde por mí a que fuera para hablarme de algo importante.
-entonces. Platícame, ¿qué es lo que pasa entre mi hermano y tú?- la sorpresa hizo que la mandíbula se abrió casi hasta mi pecho. Sin duda no me esperaba eso y al ver mi reacción ella se dio cuenta de mi pensamiento- ¿no era eso de lo que querías hablar?
No aguante más y una carcajada que no tenía intención de grosería brotó de mi garganta haciendo un colorete muy tierno en sus mejillas. Aunque en realidad lo que yo quisiera era disfrazar la vergüenza, era una risa nerviosa más que cualquier cosa… aunque creo que había exagerado un poquito.
-jamás pensé que creerías que yo al buscarte sería para hablar de tú hermano
-bueno… dado que las únicas mujeres con las que puedo hablar es contigo y Luna, pensando que ella es bastante gruñona, y soy yo misma una muy linda mujer, no me puedes culpar por querer tocar estos temas.
-no Rose. Lo siento. Es que todo el día había pensado en otras cosas, no en tu hermano- me di la vuelta para ocultar mi rostro incómodo. Mentí un poco, no quería admitirlo, de por sí el que todos lo mencionaran ya era demasiada pena, pensando ahora también que Rose era su hermana solo lo ponía más complicado para mí.
Un suspiro la sumió mientras bajaba la mirada.
-pensaba que por fin tendría novia, ¡ay Mi querido!
-De verdad que te falta salir más con chicas ya que al parecer se te ha olvidado que tu vida amorosa es así o más complicada-dije acercando más la atención a su situación que a lo que pensara de Dóminic y de mí.
-no es que se me olvide Verona, pero… pensar que a una chica como yo la están rechazando… no es sencillo pensar en Allen. Tiene un carácter muchísimo menos accesible que el hermoso de mi hermano querida. Intentar incluso solo insinuar, desplegar mis dotes, mostrarme o vulgarmente hablando pavonearme… uff. Allen me mataría.
-y lo más extraño es que suena como si me dijeras que te ve como una niña que lo veo tan poco probable. El tal caso Rose tal vez como evitas todo esto necesites deshacerte un poco del miedo que te inhibe- increíblemente algo la podía inhibir
-¿quién dice que me inhibe?-dijo con un tono defensivo, y un poco avergonzado
- sencillo Rose, ponte a pensar ¿cómo es que deseándolo tanto, queriendo estar con él, siendo para mi tan obvio él no se ha dado cuenta? Y si ya se dio cuenta que pensarías hacer. Si lo quieres tocar, abrazar ¿no sería más sencillo hacerlo?
- puede ser que me haya limitado…
Perdida en sus pensamientos yo hice lo mismo. Allen era la persona a la que Rose se moría por hacerle saber cuánto significaba en su vida, era la persona a la que más quería proteger, la que más suplicaba por su atención, la que más anhelaba su toque y cariño. Allen se portaba tan distante y de cierta forma tan indiferente, como con cualquiera de nosotros. Sentí un poco de lástima hasta que lo consideré mejor, tal vez eso era en frente de todos, a final de cuentas ¿no me había pasado lo mismo con Dóminic? Él por lo que me decían era frío, distante, menos con su hermana, ningun roce de cariño o muestra de afecto, absolutamente nada más que un líder, y al inicio lo único que hacía era jugar conmigo, incluso ahora que me mantiene alejada creo que muestra más sentimientos incluso de molestia que con todos los demás ¿y yo? Yo misma era un ejemplo con él.
Le podía contar cosas que ni a Cristol compartiría, buscaba su aprobación, que viera que estaba orgulloso de mí. Dóminic, la persona que me llegó en primer lugar a la mente y cumplió, rellenó todo el espacio de mi cabeza. Sin duda era el hombre que me causaba una atracción inmediata.