Verona

Capítulo 12

-Verona, Verona… hey amor, despierta.

 

-¿Jackes?-soñolienta respondí

 

-¿Jackes? Eso me dolió. Esperaba mínimo un besito.

 

Cuando abrí los ojos seguía en mi puesto de guardia a la entrada de la escuela. Había encontrado una pared acogedora y donde el viento no me pegara tanto. Estiré mis manos hasta el rostro de Dimitri que aunque ya a unos centímetros del mío se sorprendió ante mi reacción. Los sujeté de las orejas para que no pudiera moverse. Me acerqué a sus labios y le mordí la nariz.

 

-¡auch! Verona, no hagas eso. Me dolió- exclamó 

 

- si vas a querer un beso busca a alguien más que te lo dé- bufé

 

-qué mala eres- respondió indignado

 

-pero por eso es mi chica- llegando como esperaba por el portón entraba Jackes con sus vaqueros habituales. El suéter café y su chamarra marrón que acentuaban sus ojos y resaltaba su piel.

 

-hey guapo ¿Por qué tardaste tanto?-Salí corriendo a sus brazos con las quejas de Dimitri a mi espalda la que me dolía por la postura tan incómoda en la que me había quedado dormida después de salir del gimnasio y pensar cuál sería el mejor lugar para esperar a Jackes.

 

- yo esperaba ser quien te sorprendiera. Me arruinas corazón- me susurró entre los besos que dejaba caer en mi cuello

 

Detrás de él Geral gesticulaba estar vomitando y su hermano ser apuñalado. Yo tiernamente coloqué mis labios sobre los de él jugando con nuestra respiración lo que solo dio como resultado que se nos quitara el frío y la intención de sacar también alguna ropa.

 

-¿sabían que la casa está sola? Encierrense mejor en un cuarto- lo dijo Cristol que por la misma entrada llegaba con Luna abrazada de su brazo para proteger su carita de porcelana atacada por el frío cada vez más fuerte conforme la mañana avanzaba. Me separé un poco de Jackes para darles la cara y responder su burla con una mejor.

 

- pues si no les molesta, y ahora que lo mencionas no es tan mala tu idea Cristol. Tal vez tome la iniciativa y me robe a mi guapísimo novio para abrazarnos todo lo que queramos en un lugar muy cercano a sus pertenencias pero en donde no se tendrán que preocupar de ver nuestro amor nacer cada vez más. Bueno eso claro está ya que no les importa que nos vayamos a encerrar a la casa, solos –me burlé

 

Jalé a Jackes del brazo y comencé a arrastrarlo hacia la salida mientras nos íbamos despidiendo de los demás. Enderezando para tomar ya el camino correcto vi llegar a Dóminic como último de cada estudiante caminando despreocupado mirando el cielo y las pocas hojas que quedaban a los árboles; doradas, pardas, rojizas, marrones solo hacían que a sus ojos los siguiera con calma “regresa a la realidad Verona”.

 

Salí de mi ensueño e inventé una excusa para no cruzarnos con él.

 

-Jackes qué te parece acompañarme a buscar a Alisa- hasta a mí me sorprendió la petición.

 

-¿para qué la necesitas?-preguntó Jackes

 

-en la mañana estábamos hablando y desapareció apenada. Creo que sintió que algo que me dijo fue indebido y salió corriendo. Yo solo quiero decirle que no importa en realidad, qué fue nada. No causó ningún daño y de hecho hasta cómoda me sentí al estar con ella-respondí. 

 

Me sentía avergonzada. En realidad, más allá de Amanda, tener amigas a la que contarles secretos, o mis sentimientos, o solo para salir, con personas de confianza, en realidad sería un chiste. No me fiaba tanto de nadie que conociera en las calles. Aun así los necesité para sobrevivir, pero no pensé que ni ellos como yo tampoco nos viéramos como una familia. Ahora a mi lado estaban ya Rose y Luna, esperaba que Alisa también fuera una buena amiga. Tal vez así podría demostrar que tanto había cambiado y si así aquí conseguía personas que de verdad me vieran como su amiga tal vez, solo tal vez significaba que mi vida valía. Si teniendo a quien proteger, ayudar y amar lo hacía entonces mi vida ya valdría para algo más de lo que pensaba cuando nos atacaron en el café de Gala. Y si una persona tan bella como Jackes me podía aceptar tal y como yo era, no me preocuparía jamás el ver si los demás me aceptaban. Así como me lo esperaba la sonrisa que me dio Jackes es solo comparable a la de un niño al ver un arcoíris llena de emoción y felicidad.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.