Verona

Capítulo 13

Uno de los primos de Ágata siempre estuvo muy interesado en las artes oscuras- “no me sorprendí que su prima estuviera tan loca con el historial de su familia” – un día llegó de viaje y nos entretuvo con toda la historia de los fantasmas y exorcismos. A Alisa le daban mucho miedo pero Ágata estaba interesada y yo tenía cierto tipo de curiosidad morbosa por saber, éramos apenas niños, así que tener curiosidad de cosas raras, era normal; una tarde nos dejaron solos con él. La familia de Ágata había salido a hacer unas compras y el padre de su primo tenía ciertos asuntos, que me parecían igual de macabros que los que buscaría su hijo. Esa tarde se tardaron más en regresar que otros días hasta que anocheció, faltaba poco para que Alisa y yo tuviéramos que regresar a nuestras casas pero sinceramente yo no quería dejar a Ágata con una persona tan rara ni siquiera siendo de su familia. Así que nos quedamos hasta que ya estaba oscuro. En vez de prender la televisión pedir una pizza o algo más normal, dejamos todas las luces apagadas a petición de su primo y nos empezó a contar otras historias pero de nuestro pueblo esta vez.

 

Según lo que dijo su papá y él estaban ahí para investigar dos casas extraordinarias. Una que estaba en el centro de la ciudad. Por lo que ellos sabían estaba habitada y  no tenían forma de colarse para poder examinar profundamente las propiedades del hogar… mientras que la otra se encontraba en los límites de la ciudad, solo la podían ver las personas que iban a morir porque solo los fantasmas podían encontrarla, no era una casa, era el portal al otro mundo, donde se colaban los espíritus y demonios si un humano se acercaba. Ellos no tenían miedo e iban a explorar con la intención de morir si era lo que les tomaba para verla. Fue la gota que colmó el vaso, Alisa estaba asustada, yo mismo estaba asustado y Ágata siguió fascinada con su primo. Me molesté muchísimo esa tarde y le recrimine que si no dejaba de meterse con esas cosas ya no seríamos amigos. Ella había sido mi amiga desde maternal y estábamos acostumbrados a hacer todo juntos, pero ese día solo me vio con resentimiento y se fue a su habitación.

 

Tuve que acompañar todo el camino a su casa a Alisa, no dejó de gimotear; cuando llegamos su mamá se asustó obviamente, qué padre no lo haría, y ella le contó lo que el primo de Ágata nos había dicho. Le prohibió explícitamente juntarse ya con ella, hablarle o lo que se le refiriera, después Alisa me contó que su madre tuvo que dormir con ella esa noche, y las siguientes.

Seguí molesto así que no me fue tan complicado quedarme con Alisa y que cumpliera la palabra que le había dado a su mamá de alejarse de Ágata, pero no la pude proteger de todo. Por lo que me pude enterar Ágata acusó a Alisa de ser una cobarde y que si no quería seguir teniendo miedo debería ir a investigar si era cierto o falso el rumor de la casa, para ese entonces su primo ya se había ido así que yo suponía que si habían partido vivos su primo y tío no tenía nada que temer, no habían encontrado nada. Antes de que llegara Alisa ya había aceptado a ir con Ágata a la colina, nunca fue tonta para acercarse a lugares que no debía.

 

Se habían ido un tiempo antes de que me enterara que pensaban hacer. Corrí lo más rápido que pude…- el recuerdo de lo que había sucedido atormentó a Jackes, de alguna forma le tenía resentimiento a Ágata pero ver que la memoria de ella lo dañaba me molestó más

 

-no tienes que continuar…

 

-no se lo había contado a nadie después del incidente, nadie me creyó así que yo pensé que todo lo había soñado, pero cuando te vi, cuando perdiste conocimiento y me hablaste de la casa… recordé ese día… llegué y encontré a Alisa en el piso llena de moretones y rasguños en la cara. Ágata estaba frente a ella de pie, por las manchas en sus zapatos me di cuenta de que la había estado pateando. Le gritó que era su culpa que yo ya no quisiera verla ni estar con ella, que todo era su culpa, que sólo había fingido tener miedo para que yo no me apartara de su lado. Entonces se acercó para golpearla más. Nunca me pude haber imaginado que Ágata haría algo como eso, éramos amigos, Alisa era su amiga… ahora la ves, le tiene miedo, yo le tuve miedo. No supe qué más podría haber llegado a hacerle si no me ponía en su camino. La quité con toda la fuerza que pude. Ágata quedó tendida en el suelo riéndose como loca, estaba checando a Alisa para saber que tanto la había dañado, cuando voltee a verla, porque su risa se había tornado histérica, ya estaba de rodillas viendo hacía el horizonte. Cuando Alisa y yo volteamos la vimos, solo que no creo que haya sido lo que viste tú. El momento en que nuestra vista se topó con la fachada emitió un fuego azul que no quemó su entorno, parecía que salían espectros de la casa y estábamos seguros de que íbamos a morir. Alisa se escondió en mi pecho y yo con la certeza de que no podía caminar, sospechaba que no dejaría de sujetarme, la cargué en brazos. Ágata volteo a vernos recordando que estábamos ahí; le advertí nunca tocarla de nuevo ni dirigirme la palabra. Se quedó sentada viéndonos partir. Tenía miedo por ella pero me convencí que si algo le pasaba sería por haberse llevado a Alisa y  torturarla de tal manera, así que no regresé por ella.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.