Verona

Capítulo 14

Era la historia de un Ethan muchísimo más joven. Tenía diez años para entonces… y antes no sabía hacer nada más que dar órdenes. Conseguir lo que quería… los adultos no entendían muy bien porque siempre le cumplían sus peticiones. Lo veían simplemente como un niño muy carismático pero le tenían un miedo inexplicable.

 

Ethan desde que conoció persona alguna, padre, madre o hermana había obtenido lo que necesitaba sin el llanto. Las personas entendían perfectamente lo que quería sin producir sonido. Solo viéndolo. Una defensa de supervivencia por lo que Alexandru nos pudo decir aunque la historia la contaba Ethan.

 

Su padre no confiaba en nada de lo que pasaba con su hijo. Cada vez que su madre hacía algo sin que el niño provocara sonido alguno desconfiaba. Siempre había intentado alejar a su hija de él, ella era su adoración. Mientras Ethan fue creciendo lo que pedía era más y más caprichoso y no había absolutamente nada que se le negara. Su padre por supuesto intentaba a toda costa no ver sus ojos, pensaba que había algo maligno en ellos… y seguía alejando a su adorada de él, mientras que su madre no hacía más que prestarle atención y cumplir a buen grado lo que él deseara, por supuesto que ella no sabía que el bebé desde el momento en que fue concebido tenía el poder de controlar a su madre más que cualquier otro ser de la tierra. Ella estaba atada profundamente a su bebé y él a ella. Él sabía que era deseado y la amaba. Nunca había intentado controlarla pero era algo que había sucedido sin que hubiera forma de evitarlo. Mientras con el padre el vínculo solo se podría crear de forma externa.

 

Alguna noche a los 5 años, antes que llegara cualquiera de sus padres del trabajo la pequeña estaba cuidando de su hermano mientras la niñera se entretenía en otras cosas pues el deseo de Ethan era jugar con su hermana a solas. Ella hacía mayormente lo que él quería pero por iniciativa propia y amor a su hermano. Se podía negar… algo que nadie más podía hacer, ni aun su padre cuando evitaba verlo. Ese día en especial Ethan estaba muy irritado. No podía hacer que su hermana le diera el juguete que él quería. Ella solo buscaba molestarlo. Jugar con él. No le guardaba ningún rencor en realidad, aunque no entendía porque su madre se portaba así solo con él no le molestaba si aun era muy pequeño y ella como la hermana mayor lo tenía que cuidar.

Ethan sabía perfectamente que su hermana no le daría lo que él quería por una orden, podía haber jugado con ella muchas horas pero ya se había desesperado.

Como pudo salió de la habitación para encontrarse con la niñera y ordenarle castigar a su hermana por mala y darle su juguete. La pobre alma no tuvo más alternativa, incluso si sabía que estaba mal la azotó fuertemente… la pequeña quedó extremadamente lastimada al punto de tener que ser internada en un hospital.

 

Ella jamás podía ver de nuevo a su hermano, ni tocarlo o dedicarle una mirada de amor. Solo había miedo. Ethan no le había querido hacer daño en realidad. No se había dado cuenta de cuan enojado estaba y su padre no lo comprendió. Él lo reprendió pero no pudo tocarlo. No pudo desquitar su odio contra él… solo contra quien lo trajo al mundo. Su padre golpeo a su madre sin que Ethan pudiera hacer nada. Habían puesto la música para evitar escucharlo y cerrado la puerta.

 

Era la culpa de su mujer, era lo único en lo que pensaba. La hirió mucho. Salió, tomó a su hija y se fue. Ella no podía hacer nada. Tenía que cuidar a su bebé, a su pequeño de 5 años. No podía luchar por su hija…

 

Solo depresión la hundió. Hacía lo que él quería… pero sin alegría. Él podía haber deseado que lo hiciera como quería pero no lo hizo. Solo quería normal a su madre.

Después de unos años no había vuelto a ver a su padre y solo aprendió que lo que había hecho causaba la tristeza de su madre. Que no podía seguir obligando a las personas a hacer lo que él quería.

 

Solo una vez más lo hizo… había sido sin la intención. No entendía aún muy bien que era en realidad lo que sucedía. Solo sabía que algunas veces las personas hacían lo que él quería y lo que en realidad más deseaba era que desapareciera la tristeza de su madre. La vio directamente a los ojos. Marchitos de tantas noches en vela llorando… intentó mostrarle una sonrisa que no hizo feliz a nadie. Ethan se acercó a ella y le habló viéndola a los ojos. “lo único que quiero es que desaparezca tu tristeza y que seas libre”

 

Por fin vio a su madre sonreír con verdadera alegría. Se veía libre, contenta. Besó a su hijo en la frente. Hizo una maleta para él. Alguna lista… dejó todo impecable… y se disparó en la cabeza. Lo arregló todo de tal manera que su hijo no pudiera ver su cuerpo. Asegurándose de que llevaría una buena vida en una pensión pagada con todo lo que tenía y la pensión de su padre.




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