Me dijiste: quiéreme,
Y yo no te escuche,
Me dijiste: ámame,
Y yo no preste atención.
Gritabas día tras día: “aquí estoy, necesito tu cariño,”
Y yo no escuchaba tus gritos,
Suplicabas por amor,
Rogabas un te quiero,
Y que idiota fui,
No lo supe ver.
Creí que te tenía,
Creí que eras feliz,
Pero nunca fue así,
Quizás debí preguntarte que tan grande era tu felicidad,
Quizás me lo dijiste pero no te supe escuchar.
Hoy te busco entre mil penas,
Pero hoy ya no estás,
Te he perdido en el silencio,
Cuando tú solías gritar.
Jonathan Cordero
12 de Abril 2020