Y cómo mala hierba
que aguanta la respiración,
al ser arrancada de cuajo
yo aún sostengo el aire en mis pulmones.
Destinada a sentir el desgarro
en mi corazón joven y temeroso.
La gente dice que es tan burdo y
pesimista pensar de esa forma.
Lo que no saben es que duele menos.
Incluso a veces apenas sientes.
La decepción se a convertido en la anestesia,
que no sabía que necesitaba.
Tan adictiva, tan despreocupada.
Y que más da, que te hagan daño?
cuándo te adelantaste tanto a él,
que ya superaste el luto de la pérdida y
curaste la herida antes de que el puñal atravezara la carne.
El aire en mis pulmones me da ventaja.
Aunque podría jurar que a veces contenerlo hace que ardan.
Cómo si todo este tiempo no fuera aire lo que hay en ellos,
sino litros de lagrimas.
Aquellas que no derramé cuando debía,
las mismas que creí haber burlado,
realmente solo se escondieron por un tiempo.
Quizá por eso me torturo viendo aquellas Películas en las que son imposibles aguantar el llanto.
Como si fuera masoquista,
como si cada parte de mi buscará una excusa,
para poder hacerlo sin sentirme extraña.
Sin sentirme miserable.
O tal vez es mi salvaguarda,
la forma que he perfeccionado con éxito de asegurar la estructura de mi psique,
mi alma, mi mundo.
Porque si este cayera Y si mis pulmones reventaran,
creo que jamás podré parar.
y me asusta ahogarme en cada sentimiento que creí superado, que creí pasado, pero que allí están.
Oprimiendo mi pecho, esperando a ser libres.