Versos del alma

CAPÍTULO 12

06/05/2013

—Natalia....¿Natalia?—Cuestionó Fernando confundido, con colinas formándose en su entrecejo—En lo que llevo conociendo a la familia Alhamad, nunca se ha mencionado a una tal Natalia, Pero ¿Y cuál es su papel en la vida de Franco?

Resoplé, pidiéndole al cielo paciencia, pues la estaba perdiendo ante el distraído pelinegro frente a mí.

Luego de haber estado casi dos semanas sin vernos, manteniéndonos en contacto solo vía llamadas telefónicas y de vez en cuando, por fin me reunía con mi mejor amigo. Ambos habíamos tenido días atareados—más que de costumbre—con los exámenes finales, el trabajo y demás ocupaciones, casi no nos quedaba tiempo para salir y ponernos al día, convirtiéndose inclusive las visitas en un lujo.

Lo primero que hice al llegar al restaurante en el que trabajaba, fue preguntarle cómo estaba, sobre su padre y el hecho de que se hubiera ido al día siguiente de haberse quedado en mi casa sin siquiera despedirse. No me respondió, asegurándome que me quería y que esperaba pudiera entender su silencio, no estaba listo para contarme lo que había ocurrido en estos días que estuvimos distanciados.

Sin embargo, tenía una corazonada de que más allá de los problemas con los que cargara, ocultaba algo y aunque le vi las intenciones de decírmelo, aún no estaba preparado.

No insistí, con aquello no llegaría a ninguna parte, más bien terminaría cabreado conmigo. Por lo que sujeté su mano, asegurándole que lo apoyaba y que más adelante, si estaba en condiciones de charlar sobre lo que estuviera perturbándolo, estaría dispuesta a escucharlo.

Besó mis nudillos con ternura y aunque lo percibía distante, además de afligido, se esforzó en disimularlo muy bien, regalándome una mirada dulce en compañía de una sonrisa encantadora, para luego marearme con preguntas, mostrando mayor interés en el trabajo, que en el regreso de mi madre al país.

Hasta ahora le había contado lo confuso que me resultaba Thiago en ocasiones, como a veces parecía que le agradara y se mostraba dulce, atento y hasta servicial conmigo, pero en otras oportunidades se encargaba de construir una gran pared que nos separaba, consiguiendo que con sus acciones comenzara a cavilar que mi presencia lo irritaba a tal grado de querer huir. Fernando solo concluyó en que es un sujeto complicado, que si quería entenderlo, era mejor ser directa con él y preguntarle de qué va sus cambios de humor.

También le comenté el beso de Christian, que si bien me había parecido un gesto tierno de su parte, no era un suceso lo suficiente transcendental como para sobre pensarlo, ni pasar el día con una sonrisa bobalicona estampada en mi rostro y como había terminado mi tarde del viernes con él buscando a Franco. Le dio igual que Christian me besara, dijo que era un atrevido y que mejor me enfocara en contarle más sobre cómo el niño al que cuido casi me provoca un ataque al corazón.

—Natalia es la mejor amiga de Gisselle—Le aclaré

—¿Y quién diablos es Gisselle?

—La madre de Franco—Un jadeo repleto de asombro salió de su boca, arrepintiéndose al llamar la atención de las pocas personas que estaban en el lugar, condujo su mano hacia sus labios para cubrirlos.

Sus ojos color miel se abrieron como nunca y sus cejas ya no arrugadas se elevaron, regalándome una expresión divertida de Fernando.

—Pensé que la madre de Franco había fallecido hace años—Murmuro, todavía aturdido ante la bomba que le había lanzado.

Negué y le expliqué como después de tanto misterio por parte de Franco, ayer cuando solo tuve que cuidar de él, pues Alicia se había llevado a Yasmina a su casa a pasar unos días allá antes de su fiesta sorpresa. Me confesó que ella y Yasmina, no son de la misma madre. Celine era la madre de la pequeña, quien supe había muerto cuando Yas solo era una bebé debido a un infarto y Gisselle— la madre de Franco—a quien el no veía desde que su cumpleaños número cinco, pero que gracias a Natalia, habían recuperado contacto desde hace tres meses.

—¿Cómo Natalia supo de él? ¿Y cómo siquiera sabe si dice la verdad? ¿Hay alguna prueba de que ella es quien dice ser?—Habló con tal rapidez que me desconcertó descubrir que aire no le faltaba, seguía sereno.

—Mientras escuchaba a Franco, me cuestioné lo mismo, se lo hice saber y me dijo que Natalia trabajaba en el club donde practica futbol. Habían estado acudiendo al mismo lugar desde hace más de cinco meses y no coincidieron sino hasta que ella, limpiando las mesas de una pequeña cafetería, lo vio por primera vez bromeando con sus compañeros. Supo de inmediato que era hijo de Gisselle y apenas se le presentó la ocasión ideal, se acercó a él.

Saqué mi teléfono del bolsillo de mi pantalón, busqué a una velocidad absurda en mi galería la imagen que le había tomado a la fotografía que Franco me había mostrado, la cual Natalia le obsequió cuando tuvieron su primera interacción para demostrarle que si conocía a su madre, él desde ese día la guardada en su billetera de Ben 10.

Cuando se la enseñé a Fernando, las dudas que le quedaban y el recelo dirigido a la tal Natalia, se esfumaron por completo. En la imagen se veía claramente a Gisselle, que en ese entonces lucía de diecinueve, una mujer muy simpática cuyas similitudes con el niño eran sus ojos grandes y oscuros, el mismo tono azabache en el cabello, la nariz respingada, su frente tenuemente ancha, la tez pálida y la forma ovalada de su rostro. A su lado derecho estaba Natalia, que si bien no era tan atractiva como su amiga, su sonrisa perfecta, el color destello en sus ojos y su cabello ondulado además de castaño la hacían resaltar.

—Bueno, al menos sabemos que no está mintiendo—Hizo una breve pausa para ver la hora. Recordándome que ya se estaba haciendo tarde para irme a casa de los Alhamad—Lo que sigo sin entender y creo que es necesario que lo hables con Thiago, porque sin importar que no seas parte de la familia y no te corresponda intervenir en asuntos personales, la seguridad de Franco es primordial y creo que está en juego al mantener todo esto confidencial con una mujer que no conoces, ¿Por qué encontrarse con el niño a espaldas de su abuela, de ti, de su padre? Hay gato encerrado, ni tú ni el niño saben por qué su madre no se reúne con él directamente en lugar de tener a Natalia como paloma mensaje.



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En el texto hay: niños, escritor, romance

Editado: 18.01.2022

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