He sido mi propio amanecer,
cuando la noche era larga
y el sueño frágil.
Me he convertido en refugio,
en cobijo de mi ser entero,
he dejado de buscar afuera
lo que en mí florecía lento.
Hoy, en la quietud de mi alma,
reconozco que soy casa,
que soy hogar,
que soy amor.
#4451 en Otros
#1235 en Relatos cortos
#8708 en Novela romántica
#1975 en Chick lit
poesia narrativa para jovenes y adultos, amor propio nuevo amor y esperanza, poesìa mujeres
Editado: 08.12.2024