Me dijeron que mirara al cielo
si quería encontrar algo inmenso.
Que las estrellas guardaban los secretos,
que el universo era la respuesta
a todas mis preguntas.
Y lo creí.
Pasé noches enteras mirando las constelaciones,
intentando descifrar el lenguaje de la luna,
esperando que el viento me susurrara verdades.
Pero cuanto más buscaba fuera,
más me perdía en mi interior.
Un día, agotada de tanto buscar,
cerré los ojos y miré dentro.
Y allí estaba.
Un universo entero,
hecho de mis cicatrices y mis sueños,
de mis caídas y mis victorias,
de cada lágrima y cada risa.
Descubrí que las estrellas viven en mis ojos,
que mi piel guarda constelaciones de historias,
que mi corazón late con la fuerza de un millón de galaxias.
No necesito mirar afuera para sentirme inmensa.
Soy un universo en expansión,
lleno de posibilidades infinitas,
de caos y belleza.
Soy todo lo que siempre estuve buscando.
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Editado: 08.12.2024