Querida yo de ayer,
sé que a veces sentiste que el mundo era demasiado,
que tus pasos eran torpes,
que tus sueños eran imposibles.
Sé que lloraste en silencio,
que cargaste culpas que no eran tuyas,
que te esforzaste por ser algo
que nunca necesitabas ser.
Quiero que sepas que está bien.
Está bien haber caído,
haber dudado,
haber tenido miedo.
Todo eso te trajo hasta aquí,
hasta este momento en el que puedo mirarte
y agradecerte.
Gracias por las veces que te levantaste,
aunque nadie lo notara.
Gracias por haber resistido
cuando todo parecía perdido.
Gracias por ser tú,
con tus errores y tus aciertos,
porque sin ellos,
no habría llegado a ser quien soy hoy.
Desde aquí, te prometo
que cuidaré mejor de nosotras,
que escucharé más a nuestra voz,
que no dejará que nadie apague nuestra luz.
Porque todo lo que somos,
todo lo que seremos,
es gracias a ti.
Con amor
Tu yo de hoy
#4396 en Otros
#1222 en Relatos cortos
#8581 en Novela romántica
#1959 en Chick lit
poesia narrativa para jovenes y adultos, amor propio nuevo amor y esperanza, poesìa mujeres
Editado: 08.12.2024