Mis cicatrices no son cadenas,
son medallas.
Cada una cuenta una historia,
un momento en que me enfrenté
a la vida y sobreviví.
La del brazo me recuerda
aquella caída que creí mortal,
pero que me enseñó a levantarme.
La del corazón no se ve,
pero la siento cada vez que cierra los ojos.
Es la marca de un amor que no fue,
pero que me mostró cómo amarme a mí misma.
No escondo mis cicatrices,
porque son testigos
de lo que he vivido,
#5664 en Otros
#1573 en Relatos cortos
#10474 en Novela romántica
#2284 en Chick lit
poesia narrativa para jovenes y adultos, amor propio nuevo amor y esperanza, poesìa mujeres
Editado: 08.12.2024