Había una vez una calabaza
Que no era de color naranja.
Todos raro la miraban
Porque su piel era blanca.
Pobre calabaza albina,
Con su baja autoestima,
Siempre estaba deprimida,
Llorando por las esquinas.
No estés triste, mi calabaza,
Pues aquello que te hace distinta
Puedes transformar en ventaja
A lo largo de tu vida.
#23722 en Otros
#6955 en Relatos cortos
#18247 en Fantasía
#6659 en Personajes sobrenaturales
Editado: 17.10.2020