Verum Falsum

Capítulo 1. Días de febrero

Antes que nada quiero con todo el corazón (o sistema límbico) comentar algunos puntos:

Esta es la historia que lo comenzó todo con respeto a las 9 N.H. por allá en el bonito año de 2006. Aunque a diferencia de TENEBRAE, cuya primera parte se encuentra completa, ésta aún esta en proceso pues difiera mucho de la versión original, pero me pareció buena idea sacarlas en simultaneo (relativamente) pues comprendo que TENEBRAE carece de carisma y puede resultar aburrida.

No obstante hago la invitación a por lo menos hojear Tenebrae pues aún con la diferencia temporal ambas (junto a las 6 que aún no llegan a esta etapa) son importantes para comprender lo que me gusta llamar la Saga 9N.H.

Cualquier duda o comentario ya sea hacia las historias o la autora (‹‹ósease›› yo) es más que bien recibido.

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VERUM FALSUM

 

Capítulo 1.  Días de febrero

 

 

 

Febrero era un mes de ir y venir entre los adolescentes de la hermosa ciudad de Akarium. Entre las alocadas hormonas que esperaban con excitación el día de San Valentín y, a la vez, la reciente desazón por el regreso a clases, volvía loco a cualquier padre de familia con hijo en plena adolescencia.

     Poco les podía importar a los jóvenes que el febrero de ese año marcara ‹‹el día oculto››, para los Citlallanes esa fecha era una más en el calendario que, como su nombre lo indicaban, se ocultaba por un par de años. Los mitos que le rondaban apenas si eran conocidos por los chicos, y por poco más de un puñado de adultos.

     Aquella tarde al punto de las tres, la campana de la escuela preparatoria Miyotl marcaba el fin de otra jornada más para los adolescentes, y la caótica escena de cientos de pequeños adultos o niños subdesarrollados saliendo entre risas y uno que otro empujón se dejaba ver como cada día desde que iniciara el nuevo ciclo escolar.

     Ryu Paradis, junto a sus tres amigos, Emiliana Vilvar, Omer Rodríguez y Eduer Larsh se dirigían como todas las tardes a su restaurante de comida rápida favorito, la hamburguesería ‹‹ECom››.

     Ese lugar era su parada obligada cada día, y no precisamente por la buena comida chatarra, dado que en ocasiones debían juntar todo lo que tenían para alcanzar a comprar unas malteadas. No, lo que volvía a ese lugar tan especial era una de las camareras que atendía el lugar justo en su horario de salida.

     Ryu estaba encantado con la bella chica, de piel pálida y largo cabello negro, siempre recibiendo a todo el mundo con una sonrisa. Había bastado un par de visitas desde que la joven empezara a trabajar en el lugar a finales de enero, para que los amigos de Ryu se percataran de cuanto interés tenía en la muchacha, y desde ese momento insistían en ir nada más salir de la escuela.

     A sabiendas que apenas pusiera un pie en el lugar las burlas mal disimuladas de sus amigos se harían presentes, especialmente de Emi, incluso siendo el blanco de sus mofas seguía aceptando ir sin excusa alguna.

     Esa tarde como todas las anteriores, la linda camarera se acercó a ellos para tomar su orden:

     ― ¿Lo mismo de siempre? ―les preguntó con su inmoral sonrisa.

     ― Si, por favor      ― respondió Omer, compadeciéndose de su amigo que no parecía capaz de auricular palabra alguna.

     La chica empezó a anotar el pedido y tras unos segundos de su usual lapicito rasgando el papel se disponía a irse, pero ―después de dar una rápida mirada al establecimiento, relativamente vacío para ser un viernes por la tarde     ― Emi decidió hacerle un favor a su amigo Ryu e intentar retener la atención de la camarera un poco más.

     ― Disculpa, ¿Qué es ese anuncio de la entrada? ―soltó Emi, ganándose unas amplias sonrisas de Omer y Eduer y una mirada de reproche de Ryu, los tres se percataron de las intenciones de su amiga―. Ayer no estaba.

     ― Es un concurso de cartas antiguas ―empezó a explicar la chica, sonriéndole directamente a Ryu quien enrojeció pues temía que pensara mal de él por la mirada que le lanzo a Emi―. Antes se usaban mucho las cartas para comunicarse, y como hay quien tiene algunas muy bonitas decidimos hacerles un… homenaje ―decía como intentado encontrar la palabra―. ¿Tú tienes alguna carta que pudieras inscribir? Somos muy cuidadosos al verlas.



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En el texto hay: drama

Editado: 04.09.2018

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