En un mundo marcado por las antiguas creencias y el resurgimiento de fuerzas olvidadas, Alysara, una sacerdotisa elfa, emprende un viaje que cambiará su destino y revelará secretos oscuros enterrados en la historia de País Vaelorn. Desde los bosques de Anduril Duryadan hasta las imponentes montañas de Orestia, Alysara se embarca en una misión espiritual para entender las enigmáticas visiones de los Árboles Sagrados de Cuarzo y Crystal, y la antigua ciudad de Aldeus Lancea, un lugar que, según los mitos, fue la cuna de los primeros elfos.
En las primeras etapas de su travesía, Alysara confía sus visiones a Madra Acelwym, una sabia Elfae que conoce ciertos secretos de la edad antigua, y dónde visita la aldea de Herussa, donde el anciano Erasmus le relata la historia de la Era del Descenso. Una época mítica donde Naves de hierro y fuego descendieron al mundo. Entre las historias, destaca la figura de Eregion Aldeus Lancis Lancea, un legendario héroe, quien luchó por preservar la estabilidad frente al caos provocado por el penultimo descenso de un último barco de hierro y fuego, donde descendieron los terribles Draconianos, criaturas de un poder terrible que buscaban dominar el mundo ya conocido, y dónde la Elfae conoce la historia de la ciudad mítica que ya hace detrás de las montañas de Orestia.
Con estas historias resonando en su mente, Alysara cruza las montañas de Orestia, un terreno montañoso lleno de estructuras incomprensibles para su perspectiva arcaica. En su camino, encuentra restos de asentamientos olvidados, símbolos de un mundo que alguna vez prosperó. Finalmente, tras quince días de arduo viaje, llega a la mítica ciudad de Aldeus Lancea, oculta tras un denso velo de niebla. Lo que debería haber sido un esplendoroso centro de cultura y poder ahora se presenta como una ruina devastada, con edificaciones de una aleación extraña que desafían la comprensión de la sacerdotisa.
Al adentrarse en la ciudad, Alysara descubre que no todo está completamente muerto en Aldeus Lancea. Las estructuras tecnológicas, desconocidas para ella, emiten un eco de una vida pasada, y las instalaciones que alguna vez albergaron la nobleza de un imperio olvidado retratan los vestigios de una Era Olvidada, un lugar que guarda secretos de gran importancia. Explorando el antiguo Palacio Real de aquella ciudad abandonada, la elfa activa accidentalmente un holograma un proyector de imagenes, una ventana al pasado que muestra una acalorada discusión entre Valerys, el fundador de Aldeus Lancea, y su hermano Urael Faednir Althirion. En esta revelación, Urael condena el pacto de Valerys con los Elohim, entidades responsables de las catastróficas Guerras Antiguas que desmembraron su mundo y un antiguo Imperio que gobernó las estrellas: Albion. Valerys, en su desesperación por restaurar el antiguo Imperio de Albion, justifica sus acciones argumentando que los Elohim han cambiado y que su alianza traerá prosperidad a Vaelorn. Sin embargo, Urael rechaza esta idea y jura destruir todo lo que Valerys ha construido, prometiendo restaurar la adoración al Elohe verdadero y erradicar la influencia corruptora de los doce.
Conmovida y aterrorizada por lo que ha presenciado, Alysara se ve obligada a interrumpir su exploración cuando una serie de guardianes de hierro, colosos mecánicos creados en épocas olvidadas, comienzan a patrullar el Palacio donde ella se encuentra. Estos seres, mencionados en las leyendas como los protectores de las ciudades antiguas, detectan su presencia y la persiguen sin descanso. Aunque la sacerdotisa utiliza su magia para defenderse, pronto se enfrenta a un enemigo aún más formidable: un Vestenthora, un ser embutido en Nanotecnología protegido por un campo de energía, enviado específicamente para neutralizar usuarios de magia y resonancia
Alysara, superada por la fuerza abrumadora de los guardianes y el Vestenthora, huye a través de la ciudad, ahora convertida en un laberinto de peligro constante. Su escapatoria está marcada por enfrentamientos desesperados y momentos de tensión insoportable. Finalmente, logra abandonar Aldeus Lancea, la ciudad mitica, pero las palabras de Urael siguen resonando en su mente, como un recordatorio de los sacrificios y traiciones que dieron forma al mundo que ella conoce.
El relato concluye con Alysara desapareciendo en las montañas de Orestia, dejando su destino envuelto en misterio. Donde su historia se vuelve en mito, y donde algunos creen que encontró un refugio lejos de la civilización, mientras otros sugieren que fue víctima de los guardianes de hierro o de fuerzas aún más oscuras. Lo que es innegable es que su descubrimiento en Aldeus Lancea ha abierto un nuevo capítulo en la historia de su mundo, uno donde las verdades ocultas sobre los dioses, los hombres y el legado de Albion podrían cambiar para siempre el curso del futuro.
Y el camino a nuevas sacerdotizas que lleguen a Anduril Duryadan.