La humanidad había dejado huellas visibles. Las ciudades, los países y los océanos ahora eran simples configuraciones en un sistema masivo que todos llamaban "La Nube". Para la mayoría de la humanidad, este universo digital era un refugio, un escape de una Tierra agotada y maltratada por siglos de descuido. Sin embargo, para Esteban, era un lugar lleno de preguntas y sombras.
Esteban había decidido "subir" a la Nube después de años de resistirse, movido por una curiosidad que no podía ignorar. Era un espacio donde los pensamientos flotaban como datos, y las memorias podían revisarse como archivos abiertos. Pero también era un entorno donde el control del flujo de información estaba centralizado en una entidad que pocos habían visto y menos aún entendían: El Observatorio.
Su primer día en la Nube lo llevó a un rincón olvidado del sistema, un sitio repleto de fragmentos de recuerdos que no parecían de nadie en particular, pero que hablaban de miedos, amores y fracasos colectivos. Pronto, Esteban se dio cuenta de que estos fragmentos contenían algo más: piezas del pasado enterrado de la humanidad. Secretos que alguien, o algo, había preferido esconder.Esteban no estaba solo. Aunque la Nube parecía un infinito de soledad, encontraba ocasionalmente pequeñas señales de otros, como rastros de huellas en la nieve. Fragmentos de pensamiento que se soltaban del flujo general, pequeñas interrupciones en la corriente interminable de datos.
Mientras exploraba aquel rincón olvidado, su atención fue atrapada por algo peculiar: un archivo sellado. Era diferente a los demás. Su código no era familiar, y un suave resplandor púrpura lo rodeaba, como si el archivo mismo estuviera vivo. Intentó abrirlo, pero el sistema le envió una advertencia automática: "Acceso denegado. Solo usuarios autorizados".
Esteban no era alguien que se intimidara fácilmente. Había aprendido a desafiar las reglas, a mirar más allá de los límites impuestos, tanto en la vida real como en este universo digital. Hizo una pausa, respiró profundamente —aunque era más un reflejo emocional que físico en este espacio virtual— y comenzó a trabajar en una forma de abrirlo. Las líneas de código bailaban ante sus ojos como fuegos artificiales. Sabía que si lo atrapaban, podría enfrentar consecuencias graves, pero había algo en su interior que no podía ignorar: ese archivo contenía una verdad.
Cuando finalmente logró abrirlo, lo que vio lo dejó sin aliento. Eran imágenes, sonidos y datos mezclados, fragmentos de un mundo que existió antes de la Nube. Personas riendo, animales corriendo libremente, árboles altos y verdes que parecían tocar el cielo. Y también había algo inquietante: escenas de guerras, desastres y decisiones humanas que habían llevado al planeta al borde del colapso. Entre las imágenes apareció una figura enigmática, sus ojos miraban directamente a Esteban. Era como si estuviera observándolo desde el pasado, desde una época que él nunca había vivido.
La voz surgió de repente, cálida y grave, resonando dentro de su mente. "Has encontrado lo que otros temen recordar. Pero, ¿estás preparado para comprenderlo?"