Nuevo Comienzo
Malia
El viaje al campus me dio tiempo para reflexionar. Las casas y los campos se desdibujaban al pasar, y el traqueteo del tren era como un ritmo constante que calmaba mis pensamientos. Por un lado, estaba aterrada. No conocía a nadie en la universidad, y aunque era lo que había soñado durante tanto tiempo, la idea de enfrentar este año por mi cuenta me parecía abrumadora.
Pero también era una oportunidad única.
Cuando finalmente llegué a la universidad, fue como entrar en un mundo nuevo. Los edificios antiguos tenían una belleza imponente, como si cada ladrillo guardara secretos de generaciones pasadas. El bullicio de los estudiantes, hablando en diferentes idiomas y moviéndose con prisa, hacía que el lugar se sintiera vivo, vibrante.
Arrastré mis maletas por el campus con una mezcla de emoción y nervios. Había tanto por descubrir, tanto por hacer, y aunque una parte de mí seguía pensando en...
carajo concentrado en tu momento
ok ya no me lloriqueas
Subí los escalones hacia la residencia estudiantil y por lo visto no era la única que estaba perdida entre tantos edificios, habían muchos chicos de diferentes partes del mundo, algunos franceses, estadounidenses, pero la mayoría se notaban que eran de aquí, lo que si batalle. . para encontrar fue el baño, la razón: mi cerebro decidido que era buena idea pedirse un café justo antes de bajar del tren y ya no pude encontrar un baño hasta que llegue.
Cuando finalmente me senté en la recepción de la residencia para completar mis papeles, mire mi bolso para sacar algo y...pum¡ Una chica rubia termino con su café esparcido por su vestido floreado y en el suelo, la miré, apenada esperando una reprimenda, pero ella solo irritantemente.
-¡Oh! Perdón, ¿estás bien? —dijo ella, con un marcado acento extranjero.
Era otra chica de intercambio. Nos miramos por un momento, con una mezcla de confusión y simpatía, como si ambos estuviéramos compartiendo la misma ansiedad en este nuevo lugar.
—Disculpa, últimamente andando con la cabeza en las nubes
—No te preocupes, pero yo no vi por donde hiba, y derrame tu café, lo siento— me disculpe mientras me sentaba a su lado
—No te preocupes, peores cosas le hice a este vestido— me dijo mientras dejaba sus cosas al lado de mi y se sentaba en la silla mientras me miraba.
—¿Está bien la verdad?
—Sí, estoy bien. ¡Soy Malia! —respondí, estrechando su mano.
—Yo soy Sofía. Vengo de Francia —respondió, con una sonrisa amistosa.
—Valla que coincidencia, justo una amiga ya debe estar camino ahi
—Vienes de intercambio o de unas buenas vacaciones— le pregunte
—De traslado en realidad, hay buenas oportunidades aquí
—Que bueno— le respondí alegremente.
—Oye sabes por dónde tenemos que ir a recoger los papeles?— me pregunto la rubia mientras miraba para todos lados.
—Si....digamos que también ando un poco perdido, pero creo que puedo resolverlo, ¿vienes conmigo?— le pregunte mientras me paraba de mi silla.
—Obvio, no me arriesgare a perder a una nueva próxima amistad— dije dando un salto mientras agarraba sus cosas y comenzábamos a caminar, por suerte pudimos encontrar en lugar donde estaban dando los papeles a los de intercambio; nos dirigimos juntas a la mesa de recepción, donde completamos nuestros papeles. Conversamos mientras esperábamos, y me sorprendí lo mucho que teníamos en común, ambos estábamos en la misma carrera solo que diferentes especialidades.
—Y dime, que piensas hacer ni bien sea de noche, la fiesta de bienvenida es mañana— me dijo mientras caminábamos hacia la residencia.
—Pues, ordena mi parte del cuarto, y ponme en contacto con mi hermana.
—Que bien, pero eso se hace en un momento, tenía una idea de recorrer la ciudad o al menos los alrededores de la universidad para saber dónde estoy parada, me acompañas?— me dijo con una mirada suplicante.
—Claro, pero para eso tenemos que ver como primero llegamos a la residencia.— dije mientras seguíamos caminando, aunque ambos estábamos igual de perdidas en un lugar tan grande, al llegar nos dimos cuenta que en realidad la residencia era una mansión antigua, por cada facultad había una, y todas las rodeaba un pequeño parque con una fuente de piedra blanca donde un ángel sostenía al nombre de la facultad en un pergamino.
—Esto es......muy impresionante— mire hacia la mansión que tenía en frente, era de pintura blanca con ventanas cristalinas, alguna que otra decoración y algunos balcones.
—Que bello, aquí viviremos....vamos rápido a buscar una buena habitación
Al entrar era bastante similar al exterior, con la diferencia de que el piso era de madera color rojizo oscuro, había dos escaleras en caracol hacia los otros pisos, fuimos directo hacia la biblioteca de la facultad donde se daban toda la información, una secretaría que no parecía ser muy amigable nos dio las llaves, y algunos papeles de confirmación del dormitorio, además de darnos en monto mensual de estadía y toque de queda, al salir las habitaciones que nos dieron estaban en la segunda planta, las escaleras de caracol nos condujeron hacia un enorme pasillo donde estaban las habitaciones Para las chicas que era el segundo piso, había un enorme ventanal de marco negro que daba hacia lo que parecía ser una piscina y un pequeño bosque.
—La mía es la habitación 208 y la tuya? —me pregunto mientras veíamos los papeles para saber donde dormiríamos
—207, justo al lado —dije volteando mi mirada hacia las puertas que teniamos a nuestras espaldas.
—Bien supongo que aquí nos despedimos
—Por ahora, no te olvides a las 7 te veo afuera para conocer la ciudad.
—Esta bien, ahi estare dejo mis cosas, me instalo y te veo afuera.
—Adiós Malia
La vi caminar hacia su habitación, con esa seguridad que parecía ser innata en ella, y no pude evitar sonreír. Aunque el día había comenzado con nervios, parecía que las cosas iban encajando poco a poco. Ahora solo quedaba desempacar, instalarme y prepararme para ver todos los exteriores, no me gustaría perder