Cuando abrí la mochila vi algo totalmente extraño, era un pequeño cuaderno que decía, reglas conocidas de nuestro mundo.
Regla:1
Si una persona se aleja a más de 3 kilómetros del poblado de Armitael esta simplemente desaparecerá.
Se llevaron a cabo pruebas con exploradores que intentaron seguir el rastro del fenómeno mediante sogas largas, atadas con la esperanza de rastrear la fuente de la anomalía. Sin embargo, el resultado fue nada menos que desconcertante. Cada intento resultó en un fracaso aterrador: las sogas, tras alcanzar una cierta distancia, perdían toda tensión y se cortaban abruptamente, como si una fuerza invisible hubiera desgarrado el vínculo desde la parte del explorador. Este extraño fenómeno dejó una inquietante pregunta en el aire: ¿qué fuerza desconocida está en juego aquí? Aún no sabemos si el mismo efecto ocurre cuando se usan dos exploradores, uno para cada extremo de la soga. La oscuridad que envuelve esta anomalía solo se profundiza, intensificando el misterio que nos desafía a comprender lo que se oculta en los confines de lo desconocido.
Regla:2
Esta regla no aplica para las formas de vida biológicas que no posean conciencia, es decir, la única especia conocida hasta ahora somos nosotros.
La investigación reveló un hecho desconcertante: las aves, esas criaturas que surcan los cielos con libertad, podían volar sin dificultad hacia y desde esa distancia prohibida. Sin embargo, cualquier intento de interferir en su trayecto, cualquier tentativa de usar su vuelo como una ventana hacia lo desconocido, resultaba en su desaparición. Al parecer, si se perturba el libre albedrío de estas especies, una vez cruzan el umbral de esa distancia, se desvanecen en la nada, como si la misma distancia reclamara su existencia.
Este hallazgo abre un abismo de misterio y terror: ¿qué fuerza o entidad se esconde más allá de este límite? ¿Qué oscuridad devora a aquellos que intentan cruzar el umbral? Y lo más inquietante: si alguien, consciente y deliberadamente, usa a otras criaturas para espiar el otro lado, estarán condenadas a una desaparición segura.
El velo de lo desconocido se vuelve más espeso, y la intriga se intensifica con cada nuevo dato, sugiriendo que el poder que acecha en esta distancia no solo desafía nuestras percepciones, sino que también parece tener un apetito insaciable por la intrusión.
Regla:3
Cualquier artefacto que se realice con el propósito de explorar que hay más allá de la distancia de los 3 kilómetros no funcionara y tampoco volverá de esta distancia.
En tiempos antiguos, los más audaces y curiosos enviaron artefactos al borde de esa distancia prohibida, deseando desentrañar los secretos que se escondían más allá. Estos artefactos, cargados de ingenio y esperanza, fueron lanzados con la certeza de que la exploración revelaría lo desconocido. Sin embargo, la realidad se mostró despiadada: ninguno de estos artefactos regresó.
A medida que los exploradores y científicos revisaban los restos de las expediciones, se dio cuenta de una verdad inquietante y ominosa: era imposible que los artefactos volvieran. El mismo velo de misterio que envolvía esa distancia parecía absorberlos, como si la distancia fuera un abismo que devoraba todo intento consciente de explorar sus secretos. Cada intento de penetrar en ese reino prohibido parecía ser un acto fútil, un sacrificio a un poder que no solo desafiaba la comprensión, sino que parecía tener un apetito insaciable por la intrusión.
La desesperación y la fascinación crecieron en proporciones épicas, mientras el enigma de la distancia prohibida se convertía en una leyenda temida y reverenciada. El límite 3km del desconocido, que había engullido sin piedad a aquellos que se atrevieron a mirar, se mantenía intacto, inmune a cualquier intento de desentrañar su misterio.
Regla 4:
Si algún artefacto lo elaboró alguien a través de la manipulación de otros de manera consciente con el fin de explorar más allá de esta distancia, este tampoco volverá y no podrá ver más lejos desde una distancia predeterminada.
Los sacerdotes oscuros, en su afán por desentrañar los secretos prohibidos más allá de la distancia, urdieron un plan tan retorcido como audaz. Manipularon a niños inocentes, convirtiéndolos en peones de un experimento siniestro. Estos jóvenes, inconscientes del verdadero propósito de sus tareas, fueron instruidos a construir juguetes diseñados para cruzar el umbral del límite 3km
Con promesas de grandeza y la esperanza de una exploración que nunca comprenderían, los niños trabajaron con fervor, creando artefactos destinados a desafiar la distancia temida. Los sacerdotes les ordenaron que enviaran estos juguetes más allá del límite, desafiando las reglas sagradas que siempre habían garantizado la seguridad de su pueblo. Sin embargo, como un eco de las oscuras leyendas que se murmuran entre las sombras, los juguetes también desaparecieron en la vasta negrura del límite 3km, nunca más retornando.
La norma era implacable: el destino de los artefactos y de aquellos que intentaran cruzar esa distancia estaba sellado, sin importar la naturaleza de su creación o la inocencia de sus creadores. Cada intento de penetrar en el desconocido se enfrentaba a la misma cruel realidad: el límite 3km, indomable y misterioso, devoraba todo lo que se atreviera a desafiarlo, dejando solo un rastro de desolación y preguntas sin respuesta.
Regla 5:
Los bebes tampoco pueden volver.
En la penumbra de sus oscuros rituales, los sacerdotes de las sombras emprendieron experimentos que desafían la moral y la humanidad. Con un siniestro propósito, se volvieron hacia los más vulnerables entre los huérfanos, aquellos cuyas vidas ya estaban marcadas por la desdicha y la desesperanza. Estos infantes, desposeídos de cualquier rastro de esperanza, fueron elegidos como los sujetos de sus crueles pruebas.