NUESTRA IDENTIDAD NOS GLORIFICA

Había una vez, dos amigas maniquíes llamadas Rosa y Jazmín que vivían una vida completamente rutinaria en pleno microcentro de la Ciudad de Buenos Aires. Estar gran parte del día luciendo ropa para atraer al público, en un lugar cerrado, como la vidriera de la tienda Alberdi, era una gran labor para ambas. Y más aún cuando los días de verano del 2023 se hacían sentir. Todas las mañanas las dos compinches eran vestidas continuamente por los vendedores que trabajaban en aquella tienda. Ellas se limitaban a probarse distintas prendas, según la tendencia de la temporada de cada año. Había de todo un poco, desde gorras vintage, remeras overside, hasta vestidos playeros, gorros, trajes de baño y sombrillas. Rosa era más alta que Jazmín, por eso siempre la colocaban detrás de ella y usaba un gorro infantil de lana con vuelos coloridos en los extremos, que detestaba fervientemente, ya que le provocaba picazón en su cabeza calva pero impoluta.