Viaje o destino

COMIENZA EL FINAL

Además, no coincidía con su personalidad ni con su ser, ya que siempre fue implacable, seria y protectora. Jazmín por otro lado, era de estatura baja, pero como dicen, peligrosa en ciertas cosas. Su ímpetu la caracterizaba y su torpeza se notaba a leguas. Aunque su simpatía era uno de sus mayores rasgos y su gran optimismo era contagioso. Al llegar el otro día, Rosa sintió un vacío espiritual que duró toda la jornada. Se preguntó por primera vez si quería seguir siendo un maniquí con vida, pero viviendo para el resto y no para ella misma. Desde ese momento no volvió a ser la misma y creyó que era conveniente contárselo a su par, a Jazmín. Entonces, aprovechó el fin de la jornada y cuando se encontraban descansando ya sin ropa, sin accesorios, y sin precios de venta (con los que tenían que lidiar al momento de ponérselos). Tuvieron la esperada charla, ambas estaban cansadas de su vida agobiante, no les llenaba de felicidad el rol que “debían” ocupar por el hecho de ser estatuas de ropa. Jazmín apoyó a Rosa y logró comprenderla porque ella sentía lo mismo. Primero se unieron en sollozos, se abrazaron con todas sus fuerzas a pesar de la incertidumbre que se notaba en sus ojos. Pero, el alivio que sintieron fue celestial, porque supieron cuál era su próximo propósito, explorar las calles de la gran Ciudad, conocer el otro mundo donde ellas serían las protagonistas, sin mirar a la gente y permitiendo que las puedan observar siendo libres y corajudas, asique, desafiando su origen, su identidad, las ocurrentes amigas decidieron empezar a vivir de verdad y salir de la rutina de sus aburridas vidas.



#3002 en Fantasía

En el texto hay: libertad, amistad, maniqui

Editado: 21.07.2024

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.