Viajeros de Enblaxyl *volumen 1: El shihi azul cielo*

Mundo 1 - Capitulo 7: Nombre

Kurogane
 


-Elige un nombre para mí por favor, yo no sé ninguno que no sea llamativo en esta tierra. -repetí con voz rasgada. Solamente había tenido tres días para reponerme de la muerte de mis padres y no estaba para echar flores precisamente -. Lo que sea,... no me importa mucho. -dije acercando mi cara a la suya mientras apoyaba mis manos en el borde de su cama. Y ella se aparto un poco para aumentar nuestra distancia. Debía tener mucho más dolor y desesperación en mi mirada de lo que pensaba, ya que después de eso me dijo mirándome como si no acabara de creer que me fuera a hacer un favor:

-Yo... ¿el que sea?

-El que sea. -respondí y me senté en mi silla mientras suspiraba con voz cansada.

-Pues... que tal... Kurogane? Es un buen nombre para alguien tan oscuro como tú. -dijo ella desviando la vista por un momento como si no pudiera aguantar la tristeza en mis ojos. Debía sentirse muy incómoda.

-Kurogane... Me gusta. -la miré y me permití una triste sonrisa.

-Ya tienes un nuevo nombre. No tienes excusa para evitar presentarte ahora. -es una chica extraña, pensé por enésima vez, pero hice lo que me pedía.

-Me llamo Kurogane, Sunlun Kurogane Lers. No me hace ninguna gracia conocerte.

-¿No decías que no era adecuado para la pronunciación de la gente de aquí?

-No quiero perderlo por completo y como segundo nombre es más discreto.

Cuando viajé en el tiempo huía de la muerte, pero en ese momento no había tenido tiempo de pensar en que en realidad la deseaba. Ya no me quedaba nadie con quien volver. Mis padres estaban muertos por mi culpa y tenia a mi hermana perdida por el gran continente, en aquella época ya pasada hace mas de mil años. ¿Quedará alguno de sus descendientes siquiera? Habiendo perdido todo lo que me importaba hubiera sido más sencillo dejar que me disparasen una última flecha cuando aún estaba en mi propio tiempo. Ahora era demasiado tarde para pensarlo, mi vida ya no sólo me pertenecía a mí. Ya no podía elegir el suicidio para huir de mi espantosa vida. No era tan egoísta como para arrastrar a la chica conmigo. Por más mal que me cayera en aquellos momentos.

- ¿Sunlun? ¿Tenías que copiar mi apellido y cambiarle dos letras, no? -se quejó.

-Sunlun es mi apellido de verdad. -me quejé extrañado. Pensaba que su apellido era Kokuryu, como el de su abuelo.

-Como tú digas -dijo, claramente dudosa -. Yo soy Sakura, Sanlen Sakura. No somos lo suficientemente cercanos como para decirnos por el nombre, llameme señorita Sanlen por favor. -dijo poniéndose la mano en el pecho con los ojos cerrados, una leve sonrisa y una milimetrada delicadeza. Me pareció como si lo hubiera practicando cientos de veces. ¿Era el efecto de pertenecer a la alta sociedad tal vez? -Y una cosa más, -preguntó dejando de sonreír -cuando has dicho "magos" antes... querías decir ESPers, ¿no?

Es descendiente de magos y nuestros apellidos se parecen. Pensó un rincón de mi mente. Sería posible... ?

-¿ESPers? Te equivocas, en mi tiempo se les decían hechiceros a ellos. Los magos somos muy diferentes. -aquella chica sería como un grano en el culo, pense. ¡No tenía ni idea de lo que era ella misma! Un hecho extraño ya de por si, la verdad -Ser mago es hereditario. ¿Es que ni siquiera ha sobrevivido ni una leyenda sobre nosotros en tu familia?

-Mis padres no eran "magos" y yo tampoco. Los magos son un cuento de hadas de la Era Anterior en la que confundían los ESPers con seres sobrenaturales, cuando no es así. Y de eso hace más de 2000 años. -dijo como si fuera yo el loco allí. Aunque entendía por qué lo pensaba.

-¿Tu padre es el que está en ese cuadro, no es así? -dije señalando en la pared detrás de mí -¡Aunque él no fuera un mago sus cabellos azules y rojos son una señal inequívoca de que es descendiente de un mago y un ESPer! Por este motivo son azules, además, tú sí que eres una maga. -la chica no se quiso rendir a la evidencia.

-¡Yo no soy una maga! ¿El pelo? -se burló -¡Deja de decir tonterías! -cruzó los brazos bajo los pechos como para reafirmar mi absurdo, pero me di cuenta de que se estaba abrazando para no temblar. Parecía estar muy nerviosa.

-¡Sí que lo eres! Tus padres quizás no tenían sinsacka, pero tú sí. ¿No tienes marcas mágicas en los brazos? -ella negó con la cabeza, impertinente - ¿Seguro? ¿Una especie de "tatuajes" similares a los míos?

-No, yo no... -dijo mientras se arremangaba la manga del brazo derecho -¡¿Quién me ha tatuado una cruz en el brazo ?! -parecía consternada de ver la marca mágica bajo su antebrazo. Me estuve a punto de atragantar. ¿Entonces no era una ilusión que yo también la tuviera en el brazo izquierdo? ¿Era posible que fuera una maga naturalista?

-Mira la mano izquierda también. -le sugerí con la clara certeza de lo que encontraría allí.

Tiritando, miró su mano y al ver las marcas alli se subió la manga y dijo con un sonido afligido.

-¡Mas no! El abuelo me matará por haber obtenido mi primer tatuaje sin haber matado a nadie. ¡Seguro! -la chica estaba aterrorizada como mínimo. Yo no entendía muy bien el por qué. Su abuelo era muy majo, pero por suerte para ella eran marcas mágicas, o sinsaka, no tatuajes.

-¡Eres una maga naturalista! -exclame y me dió un escalofrío al pronunciar aquellas palabras. Ni en mis sueños más absurdos pensé que algún día conocería a alguien como ella. ¡Mucho menos que tendría una anagae que lo fuese! En medio de mi tristeza personal brillaba una intensa luz de emoción contenida y ansia de conocimiento.

-No me los habrás hecho tú ¿no? -preguntó la chica sin hacerme ni caso. Tenía una mirada acusadora en la cara. Y miedo en los ojos.

-¡No! -me quejé. Otra idea absurda de aquella chica aún más absurda. Pensé desconsolado. ¿Porque a mí...?

Después de escuchar aquella cosa tan estúpida se me ocurrió algo que no lo era tanto. Si ella y yo éramos realmente familia como había empezado a sospechar desde que había hecho el comentario sobre mi apellido quizás serviría de algo que me mostrara "aquella" sinsaka. En todo caso, aunque no me creyera yo sabría que queda alguien de mi linaje familiar con vida en este tiempo. Eso haría mi vida aquí más llevadera. Quizá, con el tiempo, se me irían cerrando las fatales heridas en mi corazón.



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En el texto hay: viajes dimensionales

Editado: 16.12.2019

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