Kurogane
Mi madre primero liberó a mi padre. Dije. La Inquisición lo había decretado culpable. Lo querían decapitar por proteger a una "bruja" y tener maligna descendencia con ella. Se me escapó una risa floja y amarga al decirlo. "Bruja ..." Se me mojaron un poco los ojos y continué narrando la historia mientras los secaba. Después los 2 juntos vinieron a sacarme de la cárcel de alta seguridad donde me retenían. Consiguieron liberarme, pero mi madre se tuvo que quedar guardando la retirada para que pudiéramos escapar. Aquella fue la última vez que la vi a ella y a la que ahora es mi espada, en sus manos. No he sabido nunca qué pasó despues, he intentado vuscarlo en libros de historias o de mitos, pero no ha habido suerte. Lo más seguro es que la matasen allí mismo, o peor, que la atraparan y la quemasen en una hoguera.
Es la peor tortura para un mago. Imagínate tú con los conjuros sellados y haciendo lo posible para resistir el fuego con tu efecto de resistencia a éste. En medio de las llamas sería eficaz durante un rato pero te cansarías con el tiempo y su efectividad se debilitaría. Cada vez quemaría más, de golpe habría zonas desprotegidas por donde arderías por dentro de forma espontánea en un infierno que se extendería por horas enteras. Al final no podrias soportar y desactivarías el efecto para morir rápido, o incluso lo utilizarías para debilitar tu resistencia y acabar antes. Mientras más fuerte es el mago peor, he oido que un mago lo suficientemente poderoso puede durar dias en la hogera. Sakura tragó saliva. Mientras que yo continuaba mi historia.
Mi padre y yo no paramos de correr, correr y correr. Al final nos emboscaron en el cuello de una montaña. Estaba muy débil y no podía ayudar a mi padre a luchar. Tampoco es que hubiera podido usar magia, ya que llevaba aquella argolla de plata en el cuello. Él me hizo correr hacia los bosques de más allá con unas palabras de despedida. Yo estaba muy asustado.
Al llegar al umbral del bosque me volví. Y no fuí capaz de sacar los ojos de aquella lucha, eran 20, o 30 tal vez, contra un solo hombre. Luchó con valor. Algunos de los atacantes eran ESPers incluso más fuertes que él y aún así los fue venciendo de uno en uno. Pero al final incluso los mejores, también caen. Murió atravesado por una lanza a traición. Lo sé, lo vi. Y en el momento que lo vi fue el momento en que pasó... Antes sólo tenía una niebla alrededor de estos recuerdos pero ahora que los he recuperado se lo tenía que contar a alguien. ¡No podía mantenerme callado, no podia mas!
Primero estaba aturdido.
Me derrumbé, caí de rodillas.
Después pegué un grito de agonía que resonó en todo el valle.
A continuación comenzó el odio, un dolor interno que nunca había sentido antes.
Y la rabia, una rabia cegadora.
Los hombres que habían matado a mi padre me cercaron, por alguna razon dubitativos, y una especie de humo azul cielo me empezó a salir por todo el cuerpo.
No, del cuerpo no.
Era mucho más profundo, creo que salía directamente de mi alma.
No pudieron soportar la presion que desprendía, comenzaron a huir asustados. No me molesté en quitarme las esposas de las muñecas aunque sé que lo hubiera podido hacer con facilidad. Fué visto y no visto, no sabría decirte qué pasó exactamente. Simplemente me levanté a una velocidad imposible incluso para nosotros dos y los maté a todos.
Fué como si me encontrara en un sueño. En algún momento después de eso, no me preguntes cuando ni cómo, llegué a desmayarme. Desperté rodeado de cadáveres destrozados. Eran casi dos escuadrones y no duraron ni cinco minutos contra un hombre esposado. Me puse a temblar por el recuerdo.
¡Lo que hice no tiene nombre! Continué.
No era ESP, eso seguro, y magia aún menos. Sentía una curiosidad increíble, estaba rodeado por un nido de cadáveres y sólo podía pensar en cómo podía ser así. Mi mente lo había bloqueado todo hasta que ayer matamos aquel escuadrón de espías suicidas. ¡¿Qué cojones soy yo Sakura?! No lo comprendo. ¿Un monstruo? ¡¿Soy un monstruo?! ¡No puedo parar de pensar en ello!
Le pregunté a mi amiga con mas lágrimas en los ojos. Me intentó calmar y por un momento dejé de temblar. Continué hablando con ojos vidriosos.
De repente, los sonidos de los caballos me volvieron a la realidad. Dije entre hipo e hipo volviendo a mi historia.
Más perseguidores de la Inquisición, me levanté y me fui corriendo hacia el bosque, para perderme entre su frondosidad. Me dispararon y una flecha me hizo caer de cara al suelo. Yo sólo pensaba en escapar de allí. Y de pronto... estaba en la cama del hospital. Ya sabes el resto de la historia.
Se hizo un silencio incómodo. Sakura se quedó quieta, callada, y dió un gran suspiro entrecortado. Temblaba un poco. Habló:
-Por eso cuando te conocí eras tan... ¿oscuro? Porqué tu familia murió por tu culpa y no te lo puedes perdonar? -dijo con una sonrisa un poco triste y yo respondí:
-Sí. Pero lo que mas me inquieta ahora mismo es otra cosa. Más que la posibilidad de ser un monstruo lo que me preocupa es que me gustaría volver a sentir esa sensación de poder que tuve en aquél instante. La placentera sensación de estar completo, de ser quien debería ser. Fué eso lo que me invadió cuando me envolvió aquel "humo" azul cielo. Me doy miedo. Además está la curiosidad que me provoca cualquier cosa. En un principio pensaba que era prisa por conocer este tiempo y poderme adaptar pero me he dado cuenta de que no es así. Y me cuesta tanto tenerla a raya ahora que lo se... También estoy preocupado por ti. ¿Qué te pasará si me vuelvo loco de aquella manera extraña? Qué pasará si ... despierto? -era la única palabra que tenía sentido para esa sensación -La única pista que tengo sobre lo que soy es la supuesta "marca de nacimiento" que tengo en la pierna derecha.
-¿Espera, tienes una marca de nacimiento? -me dijo sorprendida y un poco atemorizada.