Tsuneo
Después de responder algunas otras preguntas sobre el ESP fué el turno de hablar del abuelo Hanma. Parecía haberse puesto impaciente:
-Siento mucho que mi nieta os trajera sólo por un capricho, pero ya que estais aquí y no podeis marcharos creo... -dijo tensando sobre musculosos brazos sobre la mesa, cruzando las manos y con una mirada de pocos amigos en el rostro.
- ...creo que seriais unas buenas bazas para la supervivencia del "Tercer Bando" en esta maldita guerra de la que hablaba antes mi tonta nieta. -Suzuka inclino la cabeza. No pareció entender que había algo mal en sus prioridades. Miró al hombre, parecía molesta con su abuelo por mencionar la guerra. Miro hacia mí y me deslumbró con una de sus espeluznantes sonrisas.
-¿Tercer bando? ¿No era una guerra de magos contra monjes? -preguntó Kurogane muy serio de golpe. Yo continuaba mi trabajo como traductor -Nosotros mismos hemos visto lo que parecian unos soldados y hechiceros haciendo un campamento de camino hacia el frente de batalla mientras veníamos hasta aquí.
-Sí, al principio era así. El Tercer Bando esta formado de los renegados de los dos ejércitos. O incluso algunos a los que no les gustaba la ideologia de los otros. Tenemos tanto magos como hechiceros y humanos normales. Es un bando "equilibrado" , digamos... Donde nadie es superior a nadie en importancia sólo por nacer de una raza u otra o tener una habilidad más o menos poderosa. Los que se ganan algo allí lo hacen por su propia valía. -dijo Suzuka al parecer intentando ser seria.
-Y ese mismo bando es para el que trabajamos en secreto. -dijo el Hanma en un suspiro -Las predicciones de la Suzuka son muy apreciadas, al igual que mis armas encantadas que protegen a su usuario de todo mal y no se dejan tocar por quien no sea su propietario.
-¿A donde quiere llegar señor Hanma? -dije temiéndomelo. Ahora entendía por que Suzuka se había molestado con el, ella no quería meternos tanto en esto. O mas bien meterme a mi, el resto le daban igual.
-Quiero que os involucreis más. Según mi nieta sois buenos luchadores. ¡Quiero que lucheis por nosotros! -Suzuka no pareció sorprendida con la petición. Ya lo sabía al fin y al cabo. Derramaba una poderosa preocupación... solo hacia mi... a través de nuestra conexión del alma. Au Kurogane se le oscurecieron los ojos durante unos instantes.
Continuamos charlando un rato más antes de ir a dormir. Nos contó un montón de cosas interesantes aquella noche pero no pudimos decidir que haríamos a continuación. Pedimos un tiempo más para pensarlo bien.
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Ya en la cama Suzuka me contactó a través del alma. Sakura nos había enseñado cómo hacerlo y la verdad es que era muy incómodo. Sabía que no se podía mentir cuando lo usabas, pero es que ni siquiera podías ser sarcástico o decir medias verdades. Una vez comenzabas a hablar de un tema concreto prácticamente estabas obligado a acabarlo, incluso podía ser que dijeses cosas que ni tu mismo sabías de forma consciente en su totalidad. Era mas como si tu corazón hablara por ti.
Tsu-Nui, quiero que me enseñes a luchar. Me dijo. ...pero no le digas al abuelo que se enfadará.
¿Luchar? ¿Estás segura? ¿No será malo para tu salud? Respondí.
Me da igual. Sé que tú acabarás luchando y si no aprendo seré un lastre para ti. No me puedo quedar quieta ahora que el futuro al que nos dirigimos está en plena guerra. Me siento nerviosa, desprotegida, no puedo utilizar mis poderes tal como están. Han crecido demasiado y no puedo controlarlos como se debe. Si miro en la corriente temporal veo todo a la vez, por todas partes, siento que mi cabeza estallará.
¿Era eso parte de lo que discutiais a gritos tu abuelo y tu? ¿Si lucharias en el frente o no?
Pregunté pero no me hizo caso. Parecía estar descargando todas sus frustraciones. Y ahora que ya había empezado no pudo parar.
Ya tengo suficientes problemas para no pensar en nuestro efecto pero no puedo mas. Mis recuerdos están allí, a cada instante, martilleando mi consciencia. Todo el dolor de perder a quienes amas al mismo tiempo, todo el rato, sin poder olvidar ni sellar nada.
Lo sé, Suzuka, siento lo mismo. A cada instante veo las señales del maltrato de esos tipos a mi madre y me pregunto como es posible que no me diera cuenta de ello. Y me culpo. Me debo recordar a cada instante que solo era un niño.
Mis padres, mi hermano, mis tíos y primos. Con solo pensar en ello aunque sea un instante es como si volviese a pasar una y otra y otra vez. Sabía que pasaría así que evité pensar en ellos, y pude, durante sólo un rato. Duele tanto Tsu-Nui. Ayúdame mi amor, yo sola no podré soportarlo.
Sí, así es. Ese era nuestro efecto. No olvidar nada. Y por eso mismo no quise contarselo a Sakura o incluso Kurogane. Era una maldición y una bendición al mismo tiempo. Por suerte era un tipo de ESP y no algo del todo físico o nuestros cerebros no habrian soportado tanta información. Porque solo recordar no era el límite de este poder, si queríamos podíamos ver nuestros recuerdos en tercera persona y investigar cada detalle a nuestro alrededor.
Era casi como tener omnipresencia dentro de tus recuerdos. Por supuesto no podías alejar mucho tal poder del punto inicial del recuerdo o no sería solo un "casi". La cuestión era que con esta habilidad el dicho "Eres la suma de lo que has vivido." resultaba ser muy vívido.
Para alguien como yo que aunque había sufrido mucho logré perseverar y vivir una vida medio feliz, sumado a que tenia una mente equilibrada y resistente podía soportarlo. Para alguien que había sufrido toda su vida hasta el punto de sellar sus emociones para no volverse loca como Suzuka... parecía que su única ancla emocional era mi existencia. Yo era el único que podía evitar que ella pasase un punto de no retorno y estabilizar su mente.