Víbora

Primer día

Si alguien, cualquier persona, por más creativa que fuera, hubiese visto esa casa, nunca jamás habría dicho que ahí vivía un infante, ni siquiera lo hubiese imaginado, pues esa casa en medio de la hilandera, solo mostraba oscuridad y descuido. Pero la realidad era que en la primera habitación, del segundo piso, de aquella casa, vivía Isis Snape, no era más alta que el promedio de niños de once años en Gran Bretaña, pero si tenía el coeficiente intelectual de alguien mucho mayor, se podría describir como uno de esos niños con alma de viejo; y como tal, la cosa que más le encantaba hacer en el mundo era leer, lo que fuera, desde novelas muggles hasta libros de historia de la magia, por eso su lugar favorito en esa vieja casa era la sala de estar cubierta de libros por donde se le mirase, todos con aburridas cubiertas entre el negro y el marrón, pero con millones de colores dentro, allí mismo era donde Isis se encontraba cuando su tío entro con su baúl.

—¿Ya te vas papá? —dijo sorprendida.

—Así es —respondió Severus.

—Pero todavía falta mucho para que termine el verano.

—Al parecer Dumbuldore necesita a los profesores un poco antes este año.

—¿Y por qué no me lo habías dicho?

—Fue algo inesperado Isis, ahora no preguntes más —aseveró.

—¡Claro que pregunto! ¿Qué es tan importante para que te tengas que ir tan pronto?

—Es un tema de adultos.

—Siempre me dices que soy más inteligente que muchos adultos.

—Esto es diferente.

—Andaa cuéntame, papá.

—No lo voy a hacer Isis.

—¿Pero por qué no?, Cuéntame prometo no decir nada.

—¡No te diré nada!, vuelve a tu libro y deja de comportarte como una niñata.

Isis tenía sus ojos verdes fijos en los de Severus, a través de ellos se veía la furia que sentía, tomó un poco de aire y dijo:

—¡NO SOY UNA NIÑATA! —Su gritó retumbó en toda la hilandera, no había cosa que odiara más que su tío la llamara niñata, odiaba esa palabra con todas las fuerzas que tenía, simplemente la odiaba, se quedó mirando la cara inexpresiva de Severus con furia.

—Isis si quieres que te deje de llamar niñata ¡deja de comportarte como una! —dijo mientras se aproximaba a ella—. No insistas en que te cuente los secretos de Dumbuldore porque no lo voy a hacer, por lo menos no por ahora —dijo poniéndose a la altura de la niña.

—¿Entonces me lo vas a contar algún día?

—Tal vez, pero no en este momento, ven aquí —la tomo por los hombros y la envolvió en un abrazo—. ya me tengo que ir— le dio un beso en la mejilla—. Te quiero niñata.

—Y yo a ti papá —Severus se puso de pie y camino hasta la chimenea, tomo su baúl y los polvos flu.

—Nos vemos en unas semanas —arrojó sus polvos y se fue directo a Hogwarts.

Ya era normal para la pequeña Isis que su padre pasara la mayor parte del año en Hogwarts, por eso mismo detestaba cuando Albus Dumbuldore se encargaba de recortar el poco tiempo que tenía con Severus, o por lo menos ella lo veía de esa manera, sin más remedio que resignarse tomo de nuevo su libro y se sentó a leer y esperar a que la señora Boothe viniera a hacerle la comida.

Como ya todos sabemos, la primera guerra mágica fue toda una tragedia, personas torturadas, asesinadas, lugares destruidos, niños huérfanos, parejas separadas, todo a causa del tan miserable Lord Voldemort, murieron muchas personas inocentes, pero también lo hicieron muchas personas culpables, entre ellas estaban Magnus y Boyka Rosier, la muerte de estos devotos del señor tenebroso dejo una niña huérfana, Isis, y si se lo preguntan, no, su nombre no hace referencia al estado islámico. Isis es la gran diosa egipcia, señora del cielo, la tierra y el inframundo denominada como la gran maga del antiguo Egipto, es de naturaleza emotiva, amable y condescendiente pero también la sagaz, superior, y prepotente, lo que la convierte en una mezcla entre el bien y el mal. Isis, es hija de mortifagos, tenía unos cuantos meses cuando sus padres murieron, el ministerio de magia la recogió y se la entregaron a la única familia que tenía en el reino unido, el medio hermano de su padre, Severus Snape.

El 1 de septiembre a las 11 horas Isis abordaba el expreso Hogwarts para cursar su primer año, junto a ella estaba la señora Boothe que con sus dedos como salchichas estripaba sus mejillas.

—¡Ay! muñequita prométeme que te vas a cuidar mucho, tienes que estar siempre junto a tu padre, no te juntes de a mucho con los muchachos, los hombres son peligrosos, y has las cosas muy bien en la escuela, siempre has sido buena, pero de todas maneras. Cuando te levantes no olvides cepillar tus dientes y cuando te acuestes deja todo organizado para el día siguiente, pórtate bien, muy bien, bueno eso no tengo que decírtelo ¿verdad? Para eso va a estar Severus, ¡ay! cuídate mucho mi princesa —decía entre triste y preocupada la mujer.

—Claro que si señora Boothe, me portare muy bien —dijo intentando sonreír, pero los dedos en su cara no se lo permitían.

—Por Merlin, dame un abrazo niña —agarró a Isis con todas sus fuerzas hasta dejarla sin aliento—. Te quiero muñequita que no se te olvide.



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En el texto hay: harrypotter, dracomalfoy, slytherin

Editado: 28.02.2021

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