Víbora

Niñatos

Más tarde ese día, Isis se encontraba en la habitación de señoritas de primer año de Slytherin, muy feliz apreció su cama con cortinas de terciopelo verde esmeralda, el mismo de sus ojos, con todo el cansancio que traía encima se tumbó en la cama y sintió como si se sumergiera dentro de una nube. Casi hundida en los brazos de Morfeo, se levantó abruptamente al pensar en la cara que pondría la señora Boothe si se enteraba que se había ido a la cama sin asearse.

Al salir del cuarto de baño podía escuchar desde afuera de su habitación las risas estridentes de sus compañeras, al entrar vio sentadas en una misma cama a Zoelle Flammia, Zarah Death y Zelda Dagger, las tres chichas, que parecían hermanas aunque se habían conocido en el Expreso Hogwarts, se parecían tanto entre ellas que Isis llego a pensar que tal vez si eran parientes de verdad, para diferenciarlas las bautizo como Z1 a Zolle la más alta y bonita, Z2 a Zarah la del cabello más largo y ojos de villana de telenovela y finalmente Z3 a Zelda la de ojeras pronunciadas y piel de aceituna.

Las triple Z estaban tan entretenidas en su conversación que ni siquiera notaron la presencia de Isis, mientras ella se acomodaba calentita debajo de las cobijas no pudo evitar escuchar lo que hablaban.

—¿Creen que Quirrell nos mostrara un diente de vampiro mañana?

—¡Pamplinas! Mi papá dice que solo es un demente en un puesto importante, en el caldero chorreante dicen que lleva el turbante lleno de ajos —respondió Z1.

—¿Por qué ajos Zoe?

—¿Qué no es obvio? Porque espantan a los vampiros Zaris.

—Bueno, si Quirrell sabe de artes oscuras tanto como de alta costura en turbantes, entonces no aprenderemos absolutamente nada en todo el año —concluyó Z3.

—Los prefectos dicen que deberían darle ese puesto al profesor Snape —dijo Z2 a lo que sus amigas procedieron a callarla rápidamente al recordar la presencia de Isis, cuchichearon unos segundos hasta que finalmente Z1 habló.

—¿Isis? ¿Estas despierta?

—Por poco —dijo sentándose en la cama mientras bostezaba—. No se preocupen, todos saben que mi papá sabe más de artes oscuras que el profesor Quirrell.

—¿Tu papá no te ha dicho si Dumbledore piensa hacer algo al respecto?

—No, él nunca habla de sus asuntos, todo lo que hace parece ser ultra secreto.

—¡Ash! Mi hermano siempre dice que Dumbledore nunca ayuda a los de Slytherin, creo que tiene razón —dijo Z3.

—Y ahora que Harry Potter entro al colegio todas las copas irán a Gryffindor —dijo Z1.

—Hablando de Potter ¿Vieron sus pelos revoltosos? ¿Qué nadie le enseño a peinarse? — respondió Z2.

En ese punto Isis había perdido el interés, no le agradaba hablar de la apariencia de otras personas y Harry Potter según le había dicho su papá era un jovencito como cualquier otro, por lo que volvió a envolverse dentro de las cobijas y a cerrar sus ojos, lo último que escucho fue a su cuarta compañera entrar a la habitación.

El sol salió y con él el primer día de clases, Isis, más que emocionada, se levantó y organizo a primera hora de la mañana, su cabello negro y perfectamente liso estaba estratégicamente acomodado y su túnica no tenía un solo una arruga. Aunque dijera que lo que más le importaba era su cerebro pasaba una ridícula cantidad de tiempo mirándose al espejo.

Su primera clase fue Defensa Contra las Artes Oscuras con Quirrell, se desplazó rápido al aula de clase deslizándose entre la gente como una serpiente, era nuevo para Isis ver esos pasillos llenos de estudiantes, estaba acostumbrada a la soledad aplastante del castillo en vacaciones. Una vez adentro busco entre sus compañeros alguien agradable con quien pasar la clase, por encima de la multitud se asomaba la cabeza de Blaise Zabini, Isis aun recordaba el maravilloso momento en que le había gritado a Lavender, estaba más que agradecida con el destino por poner a la desagradable jovencita en una casa distinta a la suya, no quería siquiera imaginarla como compañera de habitación. Se sentó al lado de Blaise.

—Hola.

—Hola cara conocida —respondió—. ¿No te sientas con tus Roomies? —dijo burlándose mientras veía como las triple Z molestaban a la única pobre alma hija de Muggles que había entrado a Slytherin.

—Muy gracioso, deberías agradecer que soy yo y no la loca de los gansos —a Blaise le recorrido un escalofrío por todo el cuerpo.

Defensa Contra las Artes Oscuras resulto ser todo un fracaso, él profesor parecía nervioso de enseñar y su olor a ajo mantenía a Blaise a punto de vomitar. Aunque el inicio de clases parecía el comienzo de un naufragio, el resto del día mejoro bastante, Trasformaciones con la maestra McGonagall había pagado con creses la deuda que dejo Quirrell, aun cuando todos temían a la profesora, la mejor parte fue cuando debieron intentar trasformar una vela en una aguja e Isis logro convertir la mecha en un ojal, recibió una felicitación publica, lo que la dejo con el pecho hincado el resto del día.

En la noche los estudiantes se encontraban en sus salas comunes, era raro que los de primer año lograran un espacio cómodo en alguno de los sillones, o que les permitieran unirse a alguno de los juegos, pero Isis tenía el apellido de su lado y nadie se metía con ella, si había algo que un alumno de Hogwarts temía más que nada, era ganarse el odio del profesor Snape. Isis y Blaise acomodados ampliamente en el sofá de cuero negro reían a carcajadas con las ocurrencias de los estudiantes de grados superiores.



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En el texto hay: harrypotter, dracomalfoy, slytherin

Editado: 28.02.2021

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