Todo acabará

Las siguientes semanas pasaron con normalidad, si es que normalidad incluye la entrada de un Troll a la escuela y la casi muerte de una estudiante. La noticia de que Ron y Harry habían salvado a la pobre Hermione se expandió como pólvora por todo el colegio, en su mayoría los Slytherin opinaban que había sido tremendamente estúpido atacar solos a la criatura y que nada más habían tenido suerte de salir con vida. Por su parte, Isis, aunque coincidía en que había sido una decisión estúpida, también la consideraba tremendamente valiente. Además, se sentía agradecida con los dos muchachos por salvar a Hermione, sin ella ya no tendría a nadie con quien medirse intelectualmente, aunque le costara, tenía que admitir que había empezado a disfrutar bastante de su compañía en clase de pociones, y había aprendido un par de cosas de ella.

Isis intentaba visitar frecuentemente a su tío, normalmente charlaban un rato y luego le daba algo para prepararse para la próxima clase de pociones. Desde la entrada de ese troll ella lo notaba extraño, era evidente que algo lo perturbaba, pero no podía descifrar que era. Las únicas pistas que tenía, era que había una bestia involucrada, por las heridas en su pierna, y que el profesor Quirrell tenía algo que ver, Severus todo el tiempo le decía que no se fiara de él.

En general se la había pasado alejada de problemas, solo perdió cinco puntos para Slytherin cuando ella y Blaise animaron con magia un cartel, para apoyar a su casa en los partidos de Quidditch, que al profesor Flitwick le pareció inapropiado. Constantemente se paseaba por los jardines a revisar que las bellas flores que había sembrado junto a los hermanos Weasley se encontraran en buen estado, de vez en cuando les quitaba la maleza y les regaba un poco de agua. Se habían convertido en su pequeño proyecto.

Isis despertó ese día con la terrible sensación de no querer abandonar su cama calientita, podía sentir el frio en su nariz y no deseaba abrir los ojos, cuando finalmente lo hizo, la vista de la nieve cayendo a través de la ventana la aterrorizo. La primera nevada del año había llegado más pronto de lo normal, se puso de pie, agarro su capa y se fue corriendo al jardín. Había temido ese día por semanas, no podía dejar que la nieve matara sus flores, estuvo estudiando encantamientos para que las plantas lograran sobrevivir el invierno. Mientras corría hasta allí, solo esperaba que no fuera demasiado tarde.

—No están tan mal ¿Verdad? —Dijo George.

—Wow ... ¡Las salvaste! —respondió Isis sorprendida y muy feliz—. ¡No lo puedo creer! ¿Cómo llegaste aquí tan rápido?

—Bueno... el frio no me deja dormir... así que vine.

—Esto es increíble George —de alguna manera Isis había logrado identificarlo—. En serio —dijo mirando las flores en perfecto estado.

—Solo aplique algunos encantamientos que nos enseñó la profesora Sprout.

—Pues... muchas gracias, George —mirándolo directamente—. No creí que recordaras este jardín.

Él dudó un segundo en hablar.

—Te vi cuidando las plantas, me pareció que era algo importante para ti, y yo... yo solo quería que no estuvieras triste.

Isis nunca imaginó que George fuera a tener un gesto tan bonito con ella, aquello le puso una sonrisa en la cara que no se borró por varios días, ni siquiera cuando Blaise y Draco se pasaron toda una tarde interrogándola sobre por qué la habían visto por ahí con un Gryffindor, y mucho peor, con un Weasley. Pero su percepción de los Gryffindor había cambiado, especialmente después de la comida de navidad.

En todo Hogwarts solo seis estudiantes no se habían ido del castillo para pasar las fiestas de fin de año, eran Percy Weasley, Fred Weasley, George Weasley, Ron Weasley, Harry Potter e Isis Snape. Como es evidente, uno de esos estudiantes parecía no encajar con los demás.

La pequeña bruja despertó el 25 de diciembre con la hermosa seguridad de estar sola en toda la torre de Slytherin, ya habían pasado un par de días desde que sus compañeros se habían ido y ella disfrutaba, tal vez demasiado, poder tener todo ese espacio para sí misma. Esa mañana de navidad encontró varios regalos al pie de su cama, Blaise le había enviado una hermosa capa de alta costura. La señora Boothe le hizo llegar una canasta llena de golosinas preparadas por ella misma, deliciosas como siempre. Los Malfoy, que nunca escatimaban en gastos, le enviaron unos Omniculares con aplicaciones en Plata, seguramente para que pudiera ver a Draco al detalle en los partidos de Quidditch, claro primero tenía que entrar al equipo. Su papá como casi todos los años le había dejado un libro, era una hermosa copia ilustrada del cuento Muggle "Blancanieves y los siete enanitos", al abrirlo Isis también descubrió una foto de sus padres, en el reverso decía "Todos merecemos saber de dónde venimos, pero solo nosotros escogemos para donde vamos".

Esa frase fue como un golpe, siempre intentaba bloquear los pensamientos acerca de sus padres, desde muy pequeña tenía claro que no habían sido buenas personas, Severus se encargaba de recordarle constantemente que por más que estemos en situaciones sin salida, siempre tenemos la opción de hacer lo correcto. Ella estaba todavía muy pequeña para entender porque su padre quería que esas palabras nunca se borraran de su mente, aun así, las aceptaba.

En el gran comedor se encontraba el banquete más espectacular que alguien pudiese imaginar, había un centenar de pavos asados, montañas de patatas cocidas y asadas, soperas llenas de guisantes con mantequilla, recipientes de plata con una grasa riquísima y salsa de moras, y muchos huevos sorpresa esparcidos por todas las mesas. Isis sentada sola en la mesa de Slytherin veía a todos los Weasley junto con Harry Potter reírse y disfrutar de la deliciosa cena, y aunque normalmente disfrutaba de la soledad, deseaba tener a alguien con quien vivir ese momento. Su padre sentado en la mesa de los profesores, parecía no percatarse de lo incomoda que estaba su hija. Sin embargo, mientras la pequeña miraba su plato y se preguntaba que estarían haciendo sus amigos en ese momento, un huevo exploto frente a ella desplegando una gran nube de humo anaranjado de la que surgieron los gemelos Weasley posando como los magos muggle.