- No habían pasado ni 10 minutos cuando los padres de Victoria la vieron salir al patio tomada del brazo de dos compañeras. Eso los alegro mucho, porque pensaron que ya tenía amigas, pero su sonrisa se borró al ver a sus "amigas" tirarla al piso y golpearla. Enseguida intentaron intervenir, pero al ver que era defendida por un chico, el cual parecía amigo de Keidan pues llevaba el uniforme del equipo de fútbol. Pues sí, aunque se había sentido liberada hace unos instantes, esto no fue más que una felicidad momentánea que le duro un par de minutos antes de ser golpeada por las tres. Más no le importaba, al menos ahora había hecho algo para provocarlas, no la golpearían sin razón.
Desde luego sus padres se dirigieron a la oficina del director para reclamar por lo sucedido en el patio del instituto y amenazaron con demandar a la escuela si esto no se corregía. Mientras Victoria estaba con aquel chico que le había ayudado.
- Gracias - le dijo ella- no debías hacer eso te meterás en problemas.
- Es mi deber rescatar las damiselas en peligro- dijo riendo sin embargo ella no lo hizo, se calló y se puso serio- no fue nada. Y ¿Porque te molestan? - preguntó intrigado.
- Golpee a su líder- respondió encogiéndose de hombros y emprendiendo su marcha.
- ¿Porque? ¿Quiénes son? -dijo siguiéndola.
Ella detuvo su paso sorprendida y volteo a verlo.
- ¿Qué? ¿No las conoces? - pregunto extrañada.
- ¿Qué no notas que soy nuevo? ¿O acaso has visto por aquí alguien tan guapo y valiente como yo? - dijo tratando de sacarle una sonrisa y moviendo las cejas exageradamente de arriba hacia abajo.
Lo cual le saco una pequeña sonrisa a Victoria (la cual no duro mucho, aun así, se alegró por haber logrado su objetivo.)
- Ella, pues es la novia de mi hermano y sus secuaces, siempre me tratan así, son “los populares”. - dijo como si nada.
- ¿Y tu hermano no hace nada? - preguntó extrañado.
Y dio justo en el clavo. Esto hizo que a Victoria se le aguaran los ojos y quisiera llorar.
- No- rio amargamente- porque lo haría si soy adoptada. - dijo como si esa fuera suficiente explicación.
- ¿Y tus padres no hacen nada? - dijo con asombro.
- Ellos no lo saben. - dijo con dolor.
- ¿Cómo puedes pasar por todo esto a diario y no decírselo a tus padres? - dijo incapaz de creer lo que le decía.
- Es que no puedo.
- ¿Por qué no, he?
- ¡¡Porque no y ya!! - dijo rompiendo en llanto porque sentía que ya no lo aportaba más, quería decirles, pero tenía miedo de dañarlo todo ¿y si la dejaban? él era su hijo y ella no.
Entonces él se acercó y la envolvió en un cariñoso abrazo y a la vez cálido. Ella se estaba desahogando por primera vez con alguien que no era su almohada y realmente se sentía bien, haber contado sus problemas a alguien más era realmente liberador, por lo que no se contuvo en llorar. Él empezó a calmarla dando pequeños y suaves golpecitos en su espalda y en pocos minutos ella ya había dejado de llorar, así que se separaron.
Ambos iban en direcciones opuestas, por lo que se despidieron y él se dirigió a su entrenamiento. Mientras ella se quedó mirándolo hasta que desapareció de su campo visual, era un chico alto; más alto que ella, de pelo castaño medio rubio y con ojos café dorado, su tez morena y sus labios rosa. (¿qué porque se fijó en sus labios? pues es claro lo había visto mientras hablaba)
Pero que chico más extraño- pensó ella, antes de darse la vuelta e irse a su clase.
…
Mientras él llegaba al campo de fútbol.
- Amigo, ¿dónde estabas? - preguntó uno de sus compañeros.
- Conociendo al amor de mi vida- dijo con una sonrisa.
- ¡¡¡Oh!!! conque ya saliste de conquista, y ¿Cómo se llama? ¿La conozco?
- La verdad es que ni le pregunte su nombre. - dijo rascándose la nuca.
- Eres muy lento, más que su nombre deberías tener mínimo su número- dijo riendo - tu descuida, tu solo señálame a la chica en la cafetería y yo te la consigo. - dijo seguro.
- ¿Enserio broth? - asintió- gracias Keidan eres el mejor.
Al terminar el entrenamiento se dirigió a la cafetería, donde busco a la chica la cual había visto antes, pero no la encontró. No la encontró porque hace tres años que Victoria no pisa la cafetería. Eso porque su "querido" hermano Keidan se lo había prohibido. Al terminar se dirigió al salón de química y hay estaba ella, se dirigió hacia donde Keidan y le dijo:
- Broth, allí esta, es ella- dijo llamando la atención de Keidan.
- ¿Quien? -dijo Keidan buscando.
- La del pelo negro recogido en un moño -aseguro su amigo.
Esto a Keidan le cayó como un balde de agua fría, era ella, era Victoria.