Victoria lo dulce del dolor

Cap.: 9

Mientras victoria había parado de correr y de llorar. No porque ya no sintiera ese dolor punzante en el pecho, sino porque había corrido tanto que se había perdido y la verdad no sabía por dónde regresar.

Esto le estaba dando pánico, era un barrio un poco deteriorado y se podía escuchar perros aullando, las luces eran dispersas e inestables, prendían y apagaban cuál película de terror; además de no haber nadie por allí. Sus piernas ya empezaban a temblar y su cuerpo pedía a gritos cubrirse con algo. En ese momento deseo haber llevado su chaqueta puesta, pero no, la tuvo que dejar en la moto del estúpido de Keidan.

Algo la sacó de sus pensamientos, un grito que venía de la calle continúa.

Vamos Victoria, - pensó ella - según todas las películas de terror que has visto, deberías correr por el camino contrario de donde escuchaste el grito. Pero puede ser una persona que necesita de ayuda. Pero y si... – suspira – Ok iré, pero si me pasa algo malo culpo a mi conciencia. - sentenció

Al llegar allá vio a una señora como de la edad de su madre y un hombre cubriendo su rostro con un pasa montañas, que le apuntaba con un arma. Pensó en qué hacer, pero nadie nunca la había preparado para esto. Si se acercaba ese hombre no dudaría dos veces para dispararle y si no podían dispararle a aquella señora, pero ¿Qué pasaba si les disparaba a las dos?

Se arriesgó, tomó una piedra y se la lanzó con todas sus fuerzas, la que se acercó si al ladrón y casi (las palabras más crueles son esas casi, pero, sin embargo y no) le da, tanto que paso a su lado. ¿En qué rayos había pensado? ella nunca tuvo buena puntería y ahora el hombre pasaba a apuntarle a las dos. Esto se ponía cada vez peor, entonces de repente apareció un chico, se lanzó sobre el hombre y comenzaron a forcejear para quitarle el arma, cuando de pronto se escuchó un disparo.

La tensión era tan palpable, que se habría podido cortar con una tijera.

¿A quién fue dirigido el tiro?

De repente se vio al chico caer al suelo, todo pasó como en cámara súper lenta, el chico cayó al suelo y el maleante se echó a correr, ya que él no esperaba que alguien resultará herido. Al irse Victoria y aquella señora fueron corriendo hacia el muchacho el cual estaba tirado en el suelo sangrado.

– Mamá, lo siento esto es... Mi... Cul... Pa - dijo casi sin aliento el chico y con voz temblorosa.

– No hijo, no es tu culpa, solo no hables recupera fuerzas - dijo cuando vio que quería volver a hablar - No puedo perder a otro hijo, no sabría qué hacer, no sabría cómo vivir ¡y tú llama una ambulancia! - dijo llorando, pero con voz recta. Claro que la última parte iba dirigida hacía Victoria.

La cual busco un teléfono en el bolso de la señora para llama a la ambulancia. Estaba muy nerviosa y sentía que todo era su culpa, en buen momento ella se vino a creer Superman. Además de que los paramédicos hacían demasiadas preguntas las cuales ella no sabía contestar como ¿dónde rayos estaban? Esto la ponía mucho más nerviosa, por lo que la mujer termino por quitarle el teléfono para hablar ella.

La ambulancia llegó rápido y se los llevaron al hospital. Claro Victoria iba con ellos, porque como la iban a dejar sola en aquel callejón oscuro. La madre lloraba desolada, mientras Victoria intentaba calmarla.

Mientras en la casa de Victoria estaban todos muy preocupados, con el corazón en la mano.

– Haber Keidan ¿Qué le dijiste a Victoria para que se fuera corriendo de esa forma? - pregunto su padre sabiendo que hay había gato encerrado.

Su madre dejo de llorar para poner su atención ahora en su hijo. El cual dudaba en decirles de que se trató esa conversación.

– No he dicho nada que no fuera real, nada fuera de la verdad - se sentía harto de ser culpado por su familia. Ya suficientemente culpable se sentía él.

– ¿Qué le dijiste Keidan? - dijo desesperada y furiosa su madre.

Keidan estaba realmente sorprendido pues si madre nunca le había hablado de esa manera. Además de que sentía la mirada de su padre sobre él y esto lo hacía sentir muy presionando.

– Solo le dije que ella era el remplazo de Viki mi verdadera hermana, a quien su padre mato por saltarse las leyes de tráfico y bueno.... Que... Que....- su voz estaba fallando.

– ¿Qué? ¿¡Qué!? ¿¡Qué le dijiste Keidan!? - pregunto con irá y furia (que, aunque son sinónimos no son lo mismo) el padre.

– ¡Que la adoptaron por lástima! Eso le dije.

– ¿Lastima? - repitió incrédula de madre - Cuando Viki murió, yo entré en una gran depresión, no paraba de llorar, era como si el sol se hubiera apagado para mí, además de que no podía tener más hijos. - dijo sollozando. - intentamos, pero después del accidente, ya no pude tener más hijos. Tu papá me sugirió adoptar y así conocimos a Victoria. Aunque al principio no quise saber de la adopción al ver los ojos de Victoria y su sonrisa, cuando la vi me hizo sentir que no estaba tan lejos de Viki.

– Entonces decidieron remplazar a Viki con Victoria. - dice Keidan airado.

– No hijo nunca quisimos remplazar a tu hermana, si no queríamos que Victoria se convirtiera en otro miembro de nuestra familia. Y gracias a ella, todos fuimos un poco felices, hasta tú. Y con el tiempo su luz fue cubriendo nuestro dolor; porque eso es Victoria un rayo de luz, por eso decidimos llamarla Victoria ella fue nuestra victoria en medio del dolor. - dice su padre poniendo la mano en el hombro de Keidan.

– Y tenía que ser justamente la hija de quién se llevó a Viki - dice negando con la cabeza.

– Keidan, ese fue un accidente, yo iba distraído al volante, además de que había tomado, no fue culpa del padre biológico de Victoria, pero si culpa nuestra que ella se quedará sin padre. - dice cabizbajo el padre de Keidan.

– ¿Qué? - dijo Keidan en un susurro. - y la madre de Victoria ¿Por qué no se quedó con ella? ¿Por qué no la busco? - pregunto confundido.



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En el texto hay: secretos, amor, odio

Editado: 15.01.2023

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