Victoria lo dulce del dolor

Cap.:10

- ¿Qué dijiste mamá? - pregunto incrédulo Keidan.

Ella no respondió solo se quedó callada.

- Miriam ¿Cómo pudiste hacerles eso a Victoria y a su madre? - pregunto su esposo sorprendido.

- Pero su madre soy yo - dijo molesta. - ¿Es que no te das cuenta? Ellos nos arrebataron a nuestra hija y después nos querían quitar también a Victoria, yo solo defendí a mi familia. - dijo tratando de justificar sus acciones.

- No puedo creer que no conozca ni a mí propia familia. - dijo decepcionado el padre. - y no puedo creer como le arruinaron la vida a Victoria. Porque si, ya nos enteramos de por lo que le hiciste pasar a Victoria, fuimos con el director de la escuela y él nos dijo que todo se había iniciado por ti.

Keidan no supo que decir y la verdad es que al enterarse de esto se odiaba a él mismo por todo lo que le había hecho pasar a Victoria.

- ¿Arruinar dices? Pero yo le di todo el amor que le podría dar cualquier madre. - dice con dolor.

- ¡¡Tu cállate!! Ustedes me dan asco, como se atreven a culpar a alguien por un accidente y arruinar una familia completa. - Johann se encontraba desconcertado.

Keidan no lo podía creer ¿enserio esto era la verdad? ¿Él nunca conoció a su familia?

- ¿Mamá es verdad lo que papá dice? - pregunto aún incrédulo, más ella callo - ¡¡mamá!!

- Si, es verdad - dijo con lágrimas en los ojos. - pero él debió de haberse fijado en el camino, sino esto no estuviera pasando.

Keidan por primera vez en su vida miro a su madre con odio y decepción.

- ¿Por qué ahora me miran así? Todo lo hice por nuestro bien y por el suyo. - dijo al ver las miradas de su esposo y su hijo.

- ¿Te digo algo Mamá? Tu no pensaste en mí, en papá o en Victoria, solo pensaste en ti misma. Eso es muy egoísta de tu parte. - dijo alejándose de ella y salió de la casa.

Enseguida se subió a su moto y arranco. En el camino solo podía pensar en Victoria, en todo el daño que le había causado, todas las veces que la insulto, que la hizo llorar. Y lo inundó el remordimiento, ese sentimiento que por más dulces que comas todo te sabe amargo, y sin estar enfermó te causa daño y te va matando lento.

Mientras Victoria en el hospital estaba esperando noticias junto a aquella mujer. Entonces Victoria se le ocurrió preguntarle algo que la estaba tenía inquieta.

- Señora si no es muy atrevido de mi parte ¿podría preguntarle algo? - dice una curiosa Victoria.

- Claro, pregunta mi niña- dijo aquella mujer con una cándida y amable sonrisa. Aunque aún preocupada.

- Es que se ve que usted no es precisamente, alguien que le falte el dinero - esto hizo que la mujer que ahora estaba sería se riera un poquito - ¿Que hacía usted en un barrio como ese?

La mujer lo pensó por varios minutos, la verdad era que, si era algo atrevida al preguntar eso, más con su hijo siendo operado, pero era solo la curiosidad de una niña, que no sabía por qué le parecía tan familiar.

- La verdad es que fui a buscar a mi hijo, él había ido a una fiesta de unos amigos, era tarde y no me respondía el teléfono, simplemente me asusté. - confiesa ella, pero omitiendo una parte que no creyó relevante contar.

Cuando vieron al doctor venir hacía ellas se levantaron en seguida de su asiento.

- ¿Cómo está mi hijo doctor? - pregunto preocupada la señora.

- ¿Señora Daniels? - ella asiente con la cabeza - por suerte su hijo no sufrió mucho daño - dijo logrando que ambas suspiren de alivio - la bala no perforó ningún órgano de su hijo.

- Gracias doctor, y ¿puedo pasar a verlo? - pregunta.

- Pues claro. – contestó. Y con eso se marchó.

- Niña, creo que deberíamos llamar a tus padres - dijo la mujer. - y gracias por tratar de ayudarme.

- No fue nada, después de todo solo logré que a su hijo le dispararán. - dijo cabizbaja.

- ¿De qué hablas? Quien sabe lo que hubiera pasado si no hubieras estado ahí. Fuiste una gran distracción - dijo guiñándole un ojo con una sonrisa, lo que hizo que Victoria también sonriera. - pero la próxima vez mejor busca ayuda - dijo sería - o busca una piedra más grande.

Ambas comenzaron a reír.

- Y ahora qué dices si llamamos a tus padres y les decimos que estás aquí, deben de estar muy preocupados. - dijo sacando su teléfono.

- Claro. Para lo mucho que me quieren. - por supuesto que la última parte la dijo susurrando.

Le dio el número de su casa a la señora, la cual llamó. Al sonar el teléfono Miriam fue enseguida, pues estaba preocupada.

- Buenas noches - dijo la señora - ¿con quién hablo?

Habían pasado muchos años, pero aun así ella recordaba esa voz.

- Soy Miriam Justin ¿Qué quiere? - dijo asustada, aunque ella podía estar imaginando cosas y que está fuera otra persona.

- Soy Nicole Daniels - al escuchar ese nombre su corazón se paralizó, como podía ser que su pasado la estuviera encontrando, que su peor pesadilla se hiciera realidad.

Era ella, era la madre biológica de Victoria, por qué la llamaba. Estaba tan asustada, que por unos minutos no hablo, sonaba del otro lado de la línea aquella mujer que había evitado por tanto tiempo, era su peor pesadilla hecha realidad y su cuerpo no reaccionaba.

Se la querían quitar, otra vez se la querían quitar ¿Cómo se enteró que vivían hay? ¿Cómo se enteró que ese era su número? pero más importante había descubierto que Victoria aún vivía. Pero tenía que tranquilizarse existía la posibilidad de que fuera un número equivocado en cuyo caso ella sería considerada la persona con más mala suerte del mundo ¿Cómo podía ser que de tantas personas en el mundo se tuviera que topar con su número?

Mientras Nicole se estaba asustando y repetía una y otra vez por el teléfono.

- ¿Hola? ¿Señora Justin? ¿Sigue ahí?



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En el texto hay: secretos, amor, odio

Editado: 15.01.2023

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