Victoria lo dulce del dolor

Cap.:12

A veces dormimos y al despertar pensamos en el pasado y queremos que todo hubiera sido un sueño, que en todo ese tiempo malo se convirtiera en un sueño triste, pero no por desearlo sucede. Esto le pasó a la familia Justin esa mañana. ya no parecía la misma familia de antes, todos estaban incómodos y evitando ver o toparse con alguno. La confianza de familia se había perdido y en cambio fue iniciando la cercanía entre Keidan y Victoria.

Fueron pasando los meses y todo se normalizo, aunque parecía que nada era verdaderamente normal desde aquel día. Los padres de Victoria estaban extraños, aunque trataran de que ella no se diera cuenta, ella aun así podía verlo. La forma tan nerviosa en la que actuaban cuando ella hablaba de su nueva amiga era muy extraña, además le habían prohibido verla cosa que jamás habían hecho.

Era tan raro que una vez Victoria se atrevió a preguntarles porque no podía ir a verla, pero su madre se había puesto histérica y la había castigado. Lo mismo incentivo la curiosidad de Victoria ¿Si de verdad no la conocían, por qué reaccionaba así? ya estaba totalmente harta de su dichoso "porque si y ya"

Los padres de Victoria también habían notado el cambio brusco de su hija, pues ella nunca les replicaba. En cambio, la madre de Victoria culpaba a la madre bilógica de todo esto, después de todo fue cuando ella apareció que Victoria había cambiado, lo que le hacía preguntarse ¿Qué le había dicho? y ¿Qué tanto debe saber del origen de victoria?

Sea como sea no se arriesgaría dejando que Victoria fuera a visitarla, no se arriesgaría a perderla. Su esposo, por otro lado, no estaba de acuerdo con todo esto, pero amaba a su esposa y amaba a su familia por lo que no tenia de otra que seguir ocultado esas verdades que le carcomían al ver a victoria a los ojos. Esto provoco que todos los días se levantara muy temprano y llegara muy tarde a su casa, pues se quedaba en la oficina con la excusa de tener mucho trabajo.

Keidan tampoco pasaba mucho tiempo en casa, pues ya no consideraba que fuera su casa. Se sentía incómodo para el cruzar miradas con su madre y se encontraba ridículo que siguieran con ese teatro en vez de decirle la verdad a victoria. Después de todo ella merecía saber que su madre si la quería y que la busco, era egoísta por parte de sus padres el negarle eso. Él había decidido cuidarla desde aquel día, pero tampoco sabía cómo ir en contra de sus propios padres, después de todo era algo muy grande lo que habían hecho, los podrían llevar a la cárcel por esto. Y aunque quisiera decir la verdad, no sabía qué clase de persona era la madre de Victoria y que haría al enterarse, quizás se llevaría a Victoria y jamás la volvería a ver, y no podía dejar que eso pasará.

La actitud de Keidan hacia Victoria había cambiado desde ese día esto le parecía muy extraño a ella, pero al mismo tiempo le gustaba, era como si esos años no hubieran pasando y volvieran a empezar. La llevaba a la escuela, le dejó entrar a la cafetería, la saludaba en público e incluso la defendía de chicos mayores que ella, salían juntos y veían películas en las noches, definitivamente esto le gustaba.

Además, al salir de la escuela iba a Victoria a la señora Daniels y a su nuevo amigo Dariel (El que por cierto estudiaba actuación en la Universidad) y lo ayudaba con sus diálogos. A pesar de lo que sus padres dijeran, no le veía nada de malo a visitarlos e incluso Nicole le había tomado cariño. Claro que Keidan no se podía enterar de ello, por lo cual se escapaba a la salida, ya que él tenía entrenamiento.

- Señora Daniels. - tocó el timbre de la entrada mientras hablaba por la pantalla. - soy yo Victoria.

- Dame un momento linda ahora te abro. - habló Kathy la ama de llaves abriendo la puerta. - la señora está atrás, está merendando con un amigo. - le explicó al verla pasar por la puerta principal.

- ¡¡Genial!! ¿puedo pasar a verla? - le dedicó una sonrisa emocionada.

- Claro, pero ah, ah, ah - la mujer la detuvo al ver que iba hacia allá. - zapatos fuera! Le señaló unas pantuflas que había preparado para ella.

Se devolvió de espaldas y se las quitó aún con una sonrisa.

- ¿Ahora?

La mujer la inspeccionó estrechando los ojos en ella, para luego sonreír ladeado y asentir.

- Pero toca antes de entrar. - le advierte.

- ¡Claro! Eso are, gracias Kathy. - le dio un abrazo para luego irse.

Al llegar tocó la puerta y al escuchar la respuesta salió.

- Victoria eres tú. - dijo está, para luego pararse y abrazarla. - Me alegra que pudieras venir hoy, pero… - miro serio. - está vez Le avisaste a tus padres ¿Cierto?

- En realidad. - desvío la mirada.

- ¿Qué voy a hacer contigo? - negó con la cabeza.

Si ella sabía que Victoria iba allá sin el permiso de sus padres ¿por qué? Porque Victoria no era muy buena con los secretos.

- Si les digo, no me dejaran venir, ellos tienen está extraña idea de que no es buena idea venir. - admitió.

- Eso es porque estabas pérdida la última vez, debió ser traumático para ellos haberte perdido así y quizás lo relacionan conmigo, quizás yo se los acuerdo. - Le trató de hacer entender. - ahora promete que no volverás a escaparte. - la miró fijo.

- Esta bien, no lo volveré a hacer. - Le prometió.

- Así me gusta, créeme no es nada fácil para un padre sentir que ha perdido a su hijo, eso podría devastar a una persona, más a una madre.

Lo dijo tan seria y al mismo tiempo tan triste que Victoria comenzó a arrepentirse de no haberle dicho a sus padres. No quería que ellos se preocupasen por ella, además quizás había juzgado mal las intenciones de sus padres al evitar que ella viniera y ahora se sentía mal por ello. Por lo que solo asintió.

- ¿Aun así vamos a leer a Cervantes hoy? – preguntó esperanzada.

- Por supuesto que sí, eres la única que tiene este mismo amor a la lectura que yo. - Le dedicó una sonrisa.



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En el texto hay: secretos, amor, odio

Editado: 15.01.2023

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